MISIÓN PRODUCTIVA: ¿Cómo surge el Parque Tecnológico Litoral Centro?
EDUARDO MATOZO: A fines de los 90 en el CONICET Santa Fe se generó la idea de armar un parque científico- tecnológico en la ciudad de Santa Fe, pero que tenga carácter regional. Se invitó a distintos actores y se discutió su constitución. En agosto de 2002 nos dieron el Acta de Constitución de la Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria, que es el ente que rige el Parque. La visión con la que fue pensado tiene que ver con agregar valor, con atraer y retener talento.
En Santa Fe hay un ecosistema de ciencia, tecnología e innovación muy importante que ha sido sostenido a lo largo del tiempo. Los objetivos del Parque a principios de los años 2000 estaban orientados a generar empresas basadas en conocimiento, crear empleo de calidad y agregar valor. El otro punto importante que se tenía en cuenta en esa visión inicial era aceitar el flujo de conocimientos entre el sistema científico-tecnológico y las empresas, el sector productivo en general.
En estos 21 años desde que se creó el Parque se fueron desarrollando estrategias múltiples para ser los primeros en innovar, y así fuimos dando respuesta a distintos estadios de emprendedores que querían generar estas empresas basadas en conocimiento. Hoy el Parque cuenta con 24 empresas, con 500 personas trabajando. El 60% de estas personas tienen un título terciario o universitario y el 10% tiene un posgrado terminado. Esto habla de la atracción y retención de talento, que es uno de nuestros objetivos primarios.
También cumplimos con la meta de agregado de valor: según estadísticas de la Agencia de Cooperación, Inversiones y Comercio Exterior de Santa Fe, en el parque se encuentran la primera y segunda empresa que más exportan de la ciudad y desde las empresas del PTLC se exporta el 42% de los bienes exportados desde la ciudad, y en los últimos tres años alcanzaron 41 destinos desde el Parque.
Este es un Parque generalista pero, por el conocimiento que nos rodea, hoy es fuertemente biotecnológico. Un tercio de nuestras empresas tienen que ver con la biotecnología; otro tercio son empresas IT, de tecnología de la información; y otro tercio son de ingeniería, nanotecnología y servicios tecnológicos.
MP: ¿Cuál es el objetivo y la visión que tienen en el largo plazo?
EM: Nuestro principal objetivo, en el que estamos trabajando fuertemente a partir de nuestro Segundo Plan Estratégico, es generar un espacio modular y flexible para la creación de empresas basadas en el conocimiento. Nosotros administramos 15 hectáreas y tenemos espacios adecuados para los distintos estadios de las empresas, desde aquellas que están validando su mínimo producto viable hasta aquellas que están exportando a 30 países. Entonces nos están quedando muy pocos lugares para la localización de empresas: cuatro lotes de 2.000 m2. Por tal motivo ahora estamos localizando emprendimientos en su fase inicial, cuando validan sus desarrollos en los laboratorios y después en un cambio de escala, para que luego vayan a radicarse al territorio.
MP: ¿Cómo se distribuyen estas 15 hectáreas? ¿Qué servicios se ofrecen en el Parque?
EM: El Parque se ubica dentro de un predio que pertenece en su mayor parte al Centro Científico Tecnológico (CCT) CONICET Santa Fe y en menor parte a la Universidad Nacional del Litoral (UNL), con lo cual estamos rodeados de institutos de doble dependencia entre las universidades y el CONICET, y de la Ciudad Universitaria de la UNL, por la que transitan 30.000 estudiantes todos los días.
El Parque no es temático pero indudablemente el conocimiento que produce te lleva a eso. Y tiene esta impronta porque tenemos más de 60.000 estudiantes en toda la región, porque en el área metropolitana hay un millón de habitantes y porque tenemos conocimiento que se genera en nuestros institutos. Somos una ciudad con Parque o un Parque con ciudad dependiendo de dónde se ponga el foco de la cámara de fotos. Por eso estamos limitados en espacio, nos quedan 4 lotes y tenemos que dar el máximo despliegue a estos 8.000 m2.
Con este objetivo hemos optado por instalar laboratorios de uso común. Ganamos dos proyectos de Nodos de la Economía del Conocimiento en las convocatorias 2021 y 2022. En noviembre de 2022 inauguramos un coworking de biotecnología equipado, y estamos instalando ahora un laboratorio de uso común en electrónica, orientado a sensores y dispositivos de comunicación. Apuntamos a que el emprendedor pueda validar aquí su idea y no tenga que salir a buscar dinero para comprar la maquinaria para hacerlo. Que transite rápido esos primeros períodos hasta lograr su producto viable mínimo, y después empiece a buscar aportes, créditos, socios.
Estos espacios flexibles para el crecimiento de las empresas están disponibles para cualquier emprendedor, no solo para estudiantes, emprendedores e investigadores que vienen de la universidad y el CONICET, para que quienes no cuenten con la posibilidad de tener un cargo docente en la universidad o una beca en el CONICET, también puedan acceder a laboratorios.
La idea es que el emprendedor entre en cualquier estadio, en el momento que necesite: ya sea que no tenga todavía una figura jurídica o que se trate de una empresa ya constituida que quiera desarrollar una nueva unidad de negocio tecnológico. El punto es transferir conocimientos, derramar innovación en el territorio; que los desarrollos entren en cualquiera de los estadios y nosotros los acompañamos en conjunto con el ecosistema. Porque nosotros complementamos lo que ya hacen otros nodos, otros eslabones del ecosistema.
MP: ¿Esa dinámica de intercambio dentro del Parque tiene asistencia por parte del CONICET y las universidades?
EM: El Parque les da un apoyo a los emprendedores para seguir avanzando. En cuanto a la necesidad de grandes equipamientos o de asesoramientos específicos –en el predio existe equipamientos complejos y de mucho valor, que necesita de personal altamente especializado para manejarlo–, lo que hacemos es facilitar el flujo de conocimiento con instituciones que forman parte del ecosistema: el CONICET, la UNL y la UTN en menor medida.
Además, la UNL es referente en derechos de propiedad intelectual, después del CONICET es la segunda institución pública del país con más patentes. Nosotros derivamos los emprendimientos a esos eslabones, nos manejamos en el ecosistema. Y lo que mejor hacemos es incubar empresas, impulsarlas en su desarrollo. Entonces nos enfocamos en eso.
Nosotros somos parte de la Aceleradora Litoral, que es un consorcio entre la Bolsa de Comercio de Santa Fe, la UNL y el Parque Tecnológico Litoral Centro. La aceleradora es la que fondea emprendimientos no solo del Parque, que tiene dos fondeados, sino de todo el país. La mayoría son de la provincia de Santa Fe.
MP: ¿Qué servicios concretos ofrecen a estas empresas o emprendedores para radicarse dentro del Parque?
EM: Les ofrecemos infraestructura en sus distintos niveles. Tenemos una incubadora con espacios apropiados para que instalen sus laboratorios o sus gabinetes; tenemos oficinas y cinco salas de reuniones a disposición de nuestros emprendedores. Ofrecemos lotes de terrenos para que las empresas más grandes construyan sus dependencias. Para aquellas en una instancia intermedia tenemos cuatro galpones de 200 m2 cada uno, que se entregan con los servicios instalados, pero cada empresa hace el diseño durante dos períodos de cinco años de acuerdo con la funcionalidad que requiera. Tenemos todos los servicios: estamos intentando conseguir gas natural, tenemos servicios de sanidad e internet, con cableado hasta donde pasa el nodo de ARSAT en la ciudad de Santa Fe, que es el que va para toda la Mesopotamia. La empresa que se instale en el Parque puede contratar cualquier proveedor de internet con cables de fibra óptica que son nuestros y que están para usarse. En cuanto a la seguridad, tenemos servicio de vigilancia y el predio cercado.
A esto se suman los intangibles, que es la gestión del día a día, la gestión de la innovación. Por ejemplo, una empresa necesita buscar un equipamiento y nosotros buscamos quién lo puede hacer en el país, después la empresa se tiene que relacionar. Si necesita resolver una temática, por ejemplo la exportación, lo conectamos con los entes regulatorios para las acreditaciones o con quien le brinde todos los asesoramientos para exportar, para consolidar su plan de negocio tecnológico.
MP: ¿Qué vínculo tienen con otros parques tecnológicos del país? ¿Existe alguna instancia institucional en la que se encuentren?
EM: Nosotros fuimos los impulsores de la creación de la Red de Parques y Polos Tecnológicos de Argentina (RedPPAr). Durante la pandemia buscamos juntarnos todos los parques y polos tecnológicos activos que administran tierra, que no son más de 10 a 12 en el país. Proyectos hay muchos, pero parques activos hay muy pocos. Estamos muy relacionados. Hacemos encuentros anuales, el primero se hizo acá en Santa Fe, el último lo hicimos en el Parque Empresarial Austral, en Pilar, y el anterior lo hicimos en el Parque Informático La Punta, en esa ciudad.
MP: ¿Cuál es el perfil de las empresas o emprendimientos que hoy están en el Parque?
EM: Entre las biotecnológicas tenemos empresas surgidas de la universidad, principalmente de la UNL. En diciembre de 1992, cuando en la Argentina no se hablaba de incubar empresas, la universidad firmó el acuerdo para la primera empresa biotecnológica en el país. El año pasado se conmemoraron 30 años de esta plataforma que dio lugar a varias más. Somos muy fuertes en el tema de biotecnología orientada a la salud humana, a la salud animal y a la producción agropecuaria. Tenemos una empresa que en estos momentos está trabajando en prolongar la vida útil de especies vegetales con interés agronómico, que puedan sembrarse una vez y cosechar varias veces, lo que rompe el paradigma del agro. Tenemos una empresa, APOLO Biotech, que ha sido premiada en SantanderX Global Award 2023. Esta empresa está desarrollando ARN mensajeros, lo que se aplicó en las vacunas, para que las plantas generen resistencia o reacción a hongos e insectos, todo lo que hacen los biofungicidas y bioinsecticidas.
Surgieron también empresas TIC que están trabajando en la agricultura de precisión y otras pequeñas abocadas a algunos sectores de seguridad informática con el tema de firmas y archivos digitales. Y tenemos empresas como, por ejemplo, PPST, que tiene 15 ingenieros y trabajan punto a punto con una empresa de California, con patentes en Estados Unidos. Acá en el Parque también se hicieron los nanómetros de plata que llevaban los barbijos ION positivo. Esto significa que una empresa que hace nanotecnología se asoció con una empresa textil para desarrollar los productos.
MP: Entendemos que seguramente para algunas empresas sea más fácil instalarse en el AMBA, por la dinámica centralista que tiene nuestro país. ¿Fue un desafío para el Parque que se desradiquen empresas?
EM: El tema del centralismo es un problema, estoy de acuerdo. Pero las empresas buscan instalarse en ciudades vivibles, ciudades en las que vos en 20-30 minutos estés en tu trabajo. Como te decía, somos un Parque urbano, todo lo relacionado con esto de ser una ciudad vivible es muy importante. También tenemos un ecosistema científico-tecnológico muy avanzado. A 700 metros de donde estoy se desarrolló el H4B4, que hoy hace que Bioceres cotice en Nasdaq. Indudablemente hay una capacidad, una generación de conocimientos muy importante que hace que ciertas empresas, hasta las más grandes, decidan concentrar sus actividades en el Parque Tecnológico y desactiven otras, incluso en Buenos Aires.
Dicho esto, si vos vas a hacer un producto masivo, te conviene estar en Zárate, en Gualeguaychú, en las puertas de la Ciudad de Buenos Aires, cerca de los centros que tienen el 50% del consumo del país, o cerca del puerto. Pero por ejemplo el Zelltek produce 5 kilos al año, lo que es fácilmente transportable, y es la primera exportadora de la ciudad de Santa Fe.
MP: ¿Cuáles son los desafíos con los que se encuentran para continuar mejorando el Parque?
EM: Creo que tenemos que desarrollar la infraestructura para contener los nuevos proyectos. En estos 21 años el Estado invirtió USD 2.600.000 en infraestructura para el Parque. Yo compartí una charla con una gerenta de un parque tecnológico de Estados Unidos de Arizona, y ella difundió que en 2022 se invirtió el mismo valor en cuestiones operativas para desarrollar emprendimientos biotecnológicos. Entonces, si querés jugar fuerte, tenés que invertir. Como Estado tenés que invertir en el desarrollo de estas plataformas para generar temas que sean disruptivos a nivel mundial. Si no tenés que quedarte jugando en el mercado local.
Nosotros necesitamos ir acompañando. La visión del Parque en infraestructura de hace 10 o 20 años atrás no es la misma que tenemos hoy. Tenemos que ir innovando permanentemente en virtud de las necesidades de los emprendedores que se están presentando y de lo que sucede a nivel mundial. Necesitamos trabajar fuertemente en eso para dar un apoyo serio al emprendedurismo y para que nuestros jóvenes se puedan radicar acá y trabajar para afuera, y que no se vayan.
MP: Para cerrar, ¿cuáles son para vos los beneficios de innovar hoy en Santa Fe, más allá del Parque?
EM: La ubicación geográfica es uno de los beneficios: estamos en un cruce de rutas que une a todo el Mercosur, ubicados a sólo 500 kilómetros de Buenos Aires, unido por autopista, y al lado de una de las vías navegables más importantes del mundo: la hidrovía Paraná-Paraguay. Además, Santa Fe es una ciudad vivible que tiene un ecosistema emprendedor y un sector científico-tecnológico de excelencia. Y el Parque, en estos 21 años de funcionamiento, ha desarrollado un enorme capital social con la provincia, con la ciudad, con los distintos organismos.
Por Tomás Gulias y Paloma Varona