Están presente en toda nuestra vida cotidiana, son componentes esenciales en la mayoría de nuestros dispositivos electrónicos cotidianos: smartphones, computadoras, automóviles, electrodomésticos inteligentes, y equipos médicos. Su función es procesar información y controlar funciones, haciendo posible la comunicación, el entretenimiento, el transporte y la atención médica moderna.
A medida que la demanda global de chips crece, la producción enfrenta desafíos cada vez mayores debido a los altos costos, la tecnología avanzada requerida y los conflictos geopolíticos. Un smartphone moderno puede contener entre 20 y 50 chips principales (y hasta 150 si se consideran sensores y otros componentes), una computadora personal entre 50 y 200, y un automóvil entre 1.000 y 3.000. Esta dependencia ha convertido la producción de semiconductores en un sector clave para la economía y la seguridad nacional de muchos países. De ahí la disputa global por controlar su mercado.
La competencia global por la producción de chips
Para el creciente uso de la inteligencia artificial, se espera que el mercado de semiconductores especializados en IA crezca a una tasa compuesta anual (CAGR) de aproximadamente 30% entre 2025 y 2027, alcanzando un valor de alrededor de 35,9 mil millones de dólares para 2027. Las principales industrias que impulsan esta demanda incluyen:
- El sector automotriz, para sistemas de conducción autónoma.
- La salud, en diagnósticos y análisis de datos.
- Las finanzas, en análisis predictivo y detección de fraudes.
- Las tecnologías de la información.
- El sector militar, en el control estratégico y la defensa.
El reciente anuncio de Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) sobre su inversión de más de 100 mil millones de dólares en la construcción de cinco nuevas fábricas en Estados Unidos, junto con la marcha atrás de programas gubernamentales impulsados por la administración Biden para fortalecer la industria, ha generado diversas especulaciones sobre los motivos detrás de estas decisiones.
Llama la atención que TSMC vuelva a apostar por el territorio estadounidense, sobre todo considerando que hace unos años la recepción de esta inversión fue controvertida. ¿La razón? Principalmente, la cultura laboral en EE.UU. no estaba preparada para este tipo de industria manufacturera. Los costos laborales en el país son significativamente más altos y la productividad en el sector no justificaba esas inversiones. A pesar de estos desafíos, TSMC sigue siendo el líder mundial con el 54% del mercado, gracias a su tecnología de litografía ultravioleta extrema (EUV), que le permite fabricar chips más pequeños y eficientes que la competencia.
Sin embargo, este liderazgo enfrenta nuevos desafíos. Apple, uno de los mayores consumidores de semiconductores, ahora apuesta por convertirse también en productor. Recientemente, la compañía anunció una inversión de más de 500 mil millones de dólares en Estados Unidos para fortalecer su presencia en la manufactura de chips.
Las especulaciones de un posible conflicto Estados Unidos con China, aliándose con Taiwán, y el gesto de Trump con Ucrania para estar en buenos términos con Putin, nos hace preguntar qué rol cumple la producción de éste producto en nuestro tiempo y por qué es tan importante. Con todas las demandas y ventajas que supone la producción de chips semiconductores actualmente, los países buscan desarrollar su propia manufactura para reducir dependencia.
¿Cómo está distribuida la industria?
En los últimos años, la industria de semiconductores ha triplicado su valor de mercado y sigue en ascenso. Según estudios de McKinsey, se estima que alcanzará los 1.000 mil millones de dólares para el final de la década.
Los principales productores son TSMC, Intel y Samsung. Mientras que TSMC lidera con una cuota del 54%, Intel y Samsung tienen participaciones de mercado que oscilan entre el 12% y el 15%. Otras empresas relevantes incluyen UMC y GlobalFoundries, con un 7% cada una, y la china SMIC, con aproximadamente un 5% del mercado.
Cabe destacar que Nvidia no es la mayor productora de chips, pero sí es la empresa más valiosa del sector. Su liderazgo en el mercado de GPUs para IA, centros de datos y hardware especializado la ha convertido en una pieza clave de la industria.
Valores en miles de millones de USD (B); Ingresos y beneficio neto corresponden a los últimos doce meses (TTM); Retorno total acumulado durante el último año.
Regulaciones y estrategias gubernamentales
En agosto de 2022, EE. UU. aprobó la Ley CHIPS y Ciencia, que proporciona alrededor de $280 mil millones en nuevos fondos para la investigación y fabricación doméstica de semiconductores, $39 mil millones en subvenciones para la fabricación y créditos fiscales del 25% para la construcción. También incluye una disposición que prohíbe expandir capacidad en «países considerados de riesgo» (como China), y limita la colaboración con empresas de esos países.
En mayo de 2023, el gobierno del Reino Unido anunció planes para ofrecer a las compañías de chips hasta £1 mil millones ($1.21 mil millones).
En julio de 2023, la Unión Europea aprobó su Ley de Chips, que apunta a duplicar la cuota de mercado global de la UE del 10% al menos al 20% para 2030 mediante inversiones estimadas en €43 mil millones ($45.3 mil millones). Este plan incluye inversiones en tecnologías de próxima generación y el acceso a herramientas de diseño y líneas piloto para prototipado y pruebas de chips avanzados.
Además, el Chips Act propone un marco más amigable para los inversores, facilitando la creación de instalaciones de fabricación en Europa y brindando apoyo a start-ups, scale-ups y PYMEs en su acceso a financiamiento. La iniciativa busca fomentar habilidades e innovación en microelectrónica, y establecer asociaciones internacionales con países afines a anticipar y responder a la crisis de suministro de semiconductores, garantizando así un futuro sostenible y competitivo para la industria en la región.
En agosto de 2024 el Senado de Brasil aprobó el “Programa de semiconductores de Brasil” (PL 13/2024) que busca impulsar la producción nacional a través de mayores inversiones en I+D, modernización de infraestructuras y una simplificación del marco regulatorio. Extendiendo los incentivos fiscales (Padis) hasta 2073 y agilizando los trámites. Actualmente, las empresas brasileñas de semiconductores generan alrededor de 86 millones de dólares y emplean directamente a 2.500 personas, enfocándose principalmente en el mercado interno. Se espera que Brasil incremente significativamente estas cifras, impulsando las exportaciones y posicionando a Brasil como proveedor preferente, particularmente en etapas como el encapsulado y las pruebas de chips. El éxito del programa dependerá de la rápida y eficiente implementación , en los próximos seis meses.
¿Qué está pasando en la región Latam con la producción de chips semiconductores?
Latinoamérica enfrenta importantes barreras de entrada al mercado global de semiconductores. La inversión requerida es elevada, como lo demuestra la reciente inyección de 25 mil millones de dólares de Intel en Israel. Además, la ubicación geográfica de la región dificulta la logística para abastecer a los principales centros de consumo (EE.UU., Europa, China y Japón).
A pesar de esto, el creciente fraccionamiento de la cadena de suministro mundial, impulsado por tensiones geopolíticas, genera oportunidades en nichos específicos. La alta demanda de semiconductores en sectores como la ciberseguridad, la automatización industrial y la protección de datos abre la posibilidad de desarrollar capacidades productivas en ensamblaje, prueba de chips y fabricación de componentes específicos. Como dijo Shih Chin-tay, fundador de TSMC: «La regla número uno en TSMC es no competir con sus clientes”.
Brasil lidera la iniciativa en la región con inversiones de Zilia Technologies y la reestatización de Ceitec, su empresa pública de semiconductores. Esta estrategia busca posicionar al país en el mercado internacional, con posibles alianzas con EE.UU. y China.
Conclusión
La creciente tensión geopolítica y el auge de la industria de semiconductores están redefiniendo las oportunidades para Argentina y toda la región. En este nuevo contexto global, los semiconductores han emergido como un recurso crucial, cuya relevancia se ve amplificada por los conflictos geopolíticos actuales.
La combinación de una preparación proactiva y una estrategia adecuada será fundamental para que Argentina y la región logren una inserción exitosa en este sector, vital para las economías del siglo XXI.
Por Felipe Costa Paz