En un anuncio que sacude el tablero de la competitividad global, China ha presentado recientemente un nuevo jugador en el mundo de la Inteligencia Artificial que rivaliza con las principales compañías de los Estados Unidos.
DeepSeek es la responsable de lo que muchos llaman el “momento Sputnik” de la IA para las grandes tecnológicas de los Estados Unidos. Esta start-up de I+D china, de menos de 200 empleados y con recursos de cómputo limitados en comparación con sus competidores americanos, acaba de lanzar el modelo DeepSeek-R1, un modelo de lenguaje de código abierto que supera en performance en los benchmarks de matemática, programación y habilidades de razonamiento complejo al modelo estrella de OpenAI, o1.
Este movimiento no solo subraya la ambición del gigante asiático por liderar el sector tecnológico (que ya tenía a un jugador de peso con Alibaba y su familia de modelos de IA Qwen), sino que también intensifica la carrera entre China y Estados Unidos por el dominio de una de las tecnologías más disruptivas del siglo XXI.
La IA como motor del desarrollo productivo
La inteligencia artificial está transformando de manera radical la industria global y los modelos productivos tradicionales. Desde la manufactura avanzada hasta la agricultura de precisión, pasando por la gestión logística y la eficiencia energética, la IA se está convirtiendo en un habilitador clave para optimizar procesos y reducir costos.
Uno de los mayores beneficios de la IA es su capacidad para automatizar tareas repetitivas, lo que permite a las empresas redirigir los recursos humanos hacia actividades de mayor valor agregado. En el sector manufacturero, esto incluye la implementación de sistemas de mantenimiento predictivo que reducen el tiempo de inactividad de las máquinas y aumentan la productividad. De hecho, las «fábricas inteligentes» equipadas con soluciones de IA ya están transformando la forma en que se producen bienes, haciendo que las cadenas de suministro sean más flexibles y resilientes.
En la agricultura, la IA está permitiendo a los agricultores tomar decisiones basadas en datos, desde la selección de cultivos hasta la optimización del riego y la aplicación de fertilizantes. Sistemas avanzados de visión por computadora, combinados con drones y sensores IoT, están ayudando a maximizar el rendimiento de las cosechas mientras se minimizan los insumos, lo que representa una revolución en términos de sostenibilidad y eficiencia.
El sector energético tampoco se queda atrás. La IA se utiliza para optimizar redes eléctricas inteligentes, integrar fuentes de energía renovable y gestionar el almacenamiento de energía. Estos avances no solo reducen costos, sino que también contribuyen a la descarbonización de la economía, un objetivo crítico en la lucha contra el cambio climático.
China ha sabido capitalizar estas oportunidades al integrar la IA en sectores estratégicos como la fabricación de semiconductores, las redes 5G y los vehículos eléctricos.
El país también lidera en la implementación de herramientas de ciudades inteligentes, donde la IA se utiliza para gestionar el tráfico, mejorar la seguridad y aumentar la eficiencia de los servicios públicos. De acuerdo con un informe reciente del Foro Económico Mundial, la IA podría agregar más de 15 billones de dólares a la economía global para 2030, con China y Estados Unidos capturando la mayor parte de este crecimiento.
Este incremento se generará como consecuencia del incremento de productividad para las compañías a partir del aumento de la automatización de procesos y de la mejora de la productividad de la fuerza laboral basada en la aplicación de tecnologías de inteligencia artificial que potencien y complementen las habilidades humanas.
La carrera tecnológica: China vs. Estados Unidos
La carrera tecnológica entre China y Estados Unidos no es solo una competencia por la supremacía económica, sino también un enfrentamiento estratégico.
Mientras que Estados Unidos apuesta por un modelo descentralizado basado en la colaboración entre empresas privadas y organismos gubernamentales, China ha adoptado un enfoque centralizado, movilizando recursos estatales para acelerar el desarrollo de tecnologías avanzadas.
Uno de los puntos clave de esta competencia es el desarrollo y producción de semiconductores avanzados, esenciales para las aplicaciones de IA. Las sanciones de Estados Unidos contra empresas chinas, como Huawei, han limitado el acceso de empresas chinas a chips de alta gama fabricados con tecnología estadounidense. En respuesta, China ha intensificado sus esfuerzos para alcanzar la autosuficiencia en esta área, invirtiendo miles de millones de dólares en infraestructura de investigación y desarrollo.
Por otro lado, Estados Unidos sigue liderando en el desarrollo de software y tecnologías de IA, con empresas como Google, OpenAI, Meta y Anthropic a la vanguardia de la innovación. Sin embargo, la competencia se ha vuelto más intensa, y la posibilidad de que China supere a Estados Unidos en términos de liderazgo tecnológico de la mano de Alibaba y DeepSeek está al alcance de la mano.
Implicancias para la industria global
El surgimiento de una nueva potencia en IA podría tener profundas implicancias para la industria global. Por un lado, se espera que la competencia entre China y Estados Unidos acelere la innovación tecnológica, con beneficios potenciales para otros países. Por otro lado, también podría fragmentar las cadenas de suministro tecnológico, obligando a las empresas a alinearse con uno u otro bloque.
Un área de especial interés es el uso de la IA para abordar los desafíos del cambio climático. Tanto China como Estados Unidos están invirtiendo en soluciones de energía inteligente que incluyen sistemas de almacenamiento avanzados, redes eléctricas autónomas y optimización del consumo en tiempo real. En este contexto, los países que adopten rápidamente estas tecnologías podrán aumentar su competitividad industrial mientras contribuyen a los objetivos de sostenibilidad global.
Reflexión final
La creación de esta nueva empresa de IA reafirma el compromiso de China de consolidarse como líder global en tecnologías avanzadas. Sin embargo, también plantea desafíos significativos para la cooperación internacional y la regulación ética de la IA. En este contexto, los países emergentes, incluida América Latina, tienen la oportunidad de posicionarse como actores clave adoptando una estrategia que combine la innovación tecnológica con la inclusión social y el desarrollo sostenible.
La pregunta ahora es: ¿Está el mundo preparado para un futuro liderado por la inteligencia artificial, y qué lugar ocupará cada región en esta nueva era industrial?
Por Paloma Varona (@Palu_varona) y Matías Frydman (@eardsteppan)