La evolución del empleo femenino en Argentina en los últimos años

La participación de las mujeres en el mercado laboral formal aumentó progresivamente en los últimos años. Pero dicha suba, ¿fue uniforme al interior de cada sector productivo?. En esta nota, a partir de los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) para personas trabajadoras del segmento formal privado de la economía entre 2007 y 2021, se analiza cómo evolucionó la tasa de feminización agregada de la economía y a qué se debieron esos cambios.

La evolución del empleo femenino en Argentina en los últimos años

La participación de las mujeres en el mercado laboral formal aumentó progresivamente en los últimos años. Pero dicha suba, ¿fue uniforme al interior de cada sector productivo?. Además, a partir del 2020, el país declaró la emergencia sanitaria por la pandemia originada por el COVID-19. En ese marco, las restricciones ocasionadas, ¿tuvieron algún impacto en la composición de género sectorial?

Esta nota nace del siguiente documento del Centro de Estudios para la Producción (CEPXXI) donde, a partir de los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) para personas trabajadoras del segmento formal privado de la economía entre 2007 y 2021, analiza cómo evolucionó la tasa de feminización agregada de la economía y a qué se debieron esos cambios.

Tasa de feminización del empleo en empresas – En porcentajes, 2007 a 2021

La evolución del empleo femenino en Argentina en los últimos años

Fuente: CEP XXI sobre la base de SIPA.

Durante el período de análisis, la tasa de feminización pasó del 30% al 33%, lo que se traduce en la incorporación de casi 400.000 mujeres al mercado laboral y totaliza más de dos millones de asalariadas registradas. Este aumento tiene dos explicaciones posibles: por un lado, pudo haber aumentado la participación de las mujeres hacia el interior de cada sector productivo (manteniéndose constante el tamaño de cada sector); o por otro lado, si la composición de género se mantuvo constante, los sectores más feminizados pudieron haber aumentado su tamaño relativamente. Para comprobarlo, se realiza un sencillo ejercicio de descomposición para entender si predominó más el primer efecto (Efecto Empleo Femenino) o el segundo (Efecto Composición Sectorial).

Descomposición de los cambios

La evolución del empleo femenino en Argentina en los últimos años

Fuente: CEP XXI sobre la base de SIPA.

Los resultados indican que entre el primer semestre de 2007 y el primer semestre de 2021 no hubo predominancia de un efecto particular, sino que en promedio, ambos operaron en proporciones similares. En otras palabras, el aumento de 3 p.p. en la tasa de feminización agregada se explica por la combinación entre una mayor contratación de mujeres en ciertos sectores productivos (1,63 p.p.) y el crecimiento de sectores históricamente más feminizados (1,34 p.p.).

Los sectores que más contribuyeron a la feminización de la economía en el período fueron enseñanza y salud, y en ambos se debe a que éstos, que de por sí tienen una alta proporción de mujeres, aumentaron su tamaño respecto al resto de los sectores de la economía. En el otro extremo, los sectores que contribuyeron negativamente (es decir, bajaron la tasa de feminización agregada de la economía) fueron otros servicios personales (peluquerías, gimnasios, tintorerías, funerarias, entre otras), servicios inmobiliarios y elaboración de prendas de vestir, mayormente por disminuir su tamaño respecto a los demás sectores.

Merece especial atención el efecto que tuvieron las restricciones generadas a partir de la pandemia de COVID-19 en el empleo formal de las mujeres. La tasa de feminización, que siguió una tendencia alcista en los últimos 15 años, llegó a un pico de 33,5% en el primer semestre de 2020 y luego cayó a niveles pre-pandémicos (33% en eI primer semestre de 2021), ¿qué sucedió?. Se puede analizar este proceso en varias etapas.

Entre el primer semestre de 2019 y el primer semestre de 2020, la tasa de feminización aumentó 0,5 p.p. y llegó a su pico histórico de 33,5%. En ese lapso, sectores muy feminizados como salud y, de forma más moderada, educación, aumentaron su tamaño frente a otros masculinizados que se retrajeron, como la construcción y la industria.

En el segundo semestre de 2020, el primero que contabiliza plenamente los efectos de la pandemia, la tasa de feminización cayó 0,3 p.p y alcanzó un nivel de 33,2%. Esto se explica principalmente por la dinámica de dos ramas de actividad: las agencias de empleo temporario (que contratan personas trabajadoras que cumplen sus funciones en otros sectores) y el comercio minorista, en las que bajó la participación de mujeres. De indagar en mayor profundidad en este último sector, probablemente sean el comercio de prendas de vestir y calzado (altamente feminizados) los que más traccionen hacia la baja, debido a la menor circulación y la menor frecuencia de reuniones sociales generadas por el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO).

Finalmente, en el primer semestre de 2021, se profundizó la caída de la tasa de feminización agregada pero con otra dinámica: la recuperación de sectores productivos se dio más en aquellos relativamente más masculinizados (construcción e industria), y menos en sectores más feminizados que el promedio (hotelería y restaurantes).

En resumen, los datos muestran que la participación de las mujeres en el mercado laboral argentino aumentó en los últimos años, sin embargo, los niveles permanecen relativamente bajos en comparación con la cifra de los varones. Entre las múltiples causas que señala la literatura respecto a este fenómeno, la principal está relacionada al mayor tiempo que dedican las mujeres a las tareas de cuidados no remuneradas dentro del hogar.

Asimismo, la participación laboral de las mujeres es sumamente heterogénea entre los sectores productivos de la economía. El hecho de que existan ramas de actividad históricamente más feminizadas (las más paradigmáticas son servicio doméstico, casi en su totalidad; enseñanza y salud) y masculinizadas (como construcción; transporte y la industria),  tuvo su correlato en los efectos de la pandemia en el empleo, que en el agregado disminuyeron la tasa de feminización de toda la economía, rompiendo con el sendero ascendente que tenía en los últimos años.

 

Reproducimos la editorial n°4 de la revista «Mujeres Produciendo» del Gabinete de Género del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación.