Articulación público-privada para la promoción de la bioeconomía en el NOA: el caso de Tucumán

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La bioeconomía surge como un nuevo modelo de crecimiento económico que incorpora preocupaciones actuales ligadas al cambio climático y el deterioro de los recursos naturales. Asimismo, varios países de medianos ingresos, que cuentan con una importante base de recursos de origen biológico, vieron en la bioeconomía una oportunidad para desarrollar nuevas tecnologías y modernizar cadenas productivas agroindustriales.

El potencial bioeconómico de una región pasa no sólo por su disponibilidad de recursos biológicos, sino también por la dotación de biomasa; las capacidades industriales, científicas y tecnológicas; la cultura empresarial y emprendedora; la disponibilidad de financiamiento; y las instituciones y redes de apoyo. Factores en los que Tucumán se destaca o presenta un gran potencial, como un caso atípico dentro de una región en la que el desarrollo de la bioeconomía presenta un gran desafío.

Medir el potencial bioeconómico de una región dista de ser sencillo porque muchos de los factores mencionados anteriormente como claves para potenciar una estrategia de crecimiento basada en la bioeconomía son de difícil cuantificación.

Según el índice de potencial bioeconómico del Centro Interdisciplinario de Ciencia, Tecnología e Innovación (CIECTI), el NOA es la segunda región de Argentina con menor puntuación en 2023, sólo por detrás de la Patagonia. Los motivos se relacionan con un desarrollo limitado de su sistema científico-tecnológico, especialmente en el ámbito de la biotecnología; la baja competitividad en algunas cadenas agroindustriales debido al escaso nivel de industrialización; y problemas de infraestructura y logística, entre otros.

POTENCIAL BIOECONÓMICO DE ARGENTINA, SEGÚN REGIONES. índice CIECTI (2023)

Articulación público-privada para la promoción de la bioeconomía en el NOA: el caso de Tucumán

POTENCIAL BIOECONÓMICO EN EL NOA SEGÚN PROVINCIAS Y EN RELACIÓN CON LA MEDIA NACIONAL Y EL CENTRO DEL PAÍS. índice CIECTI (2023)

Articulación público-privada para la promoción de la bioeconomía en el NOA: el caso de Tucumán

La oportunidad de Tucumán para liderar la revolución verde

Como se mencionó, Tucumán se posiciona como un caso atípico dentro de la región del noroeste, dado que presenta un fuerte potencial bioeconómico en comparación con sus pares provinciales, pero también con relación a otras regiones del país. Esto se da fundamentalmente por la existencia de un entramado biotecnológico conformado por actores tanto del sector público (universidades, dependencias del INTI y centros del Conicet) como del sector privado (a partir de la inversión de productores agroindustriales).

Además, la provincia es fuerte en otras dimensiones claves para avanzar en una estrategia bioeconómica: la disponibilidad de recursos biológicos (particularmente cítricos y caña de azúcar), la formación de recursos humanos científicos (donde se destaca la Universidad Nacional de Tucumán pero también la de San Pablo T y la de Santo Tomás de Aquino, ambas de carácter privado), la presencia de un sector productivo relevante (vinculado al agroindustrial, con gran inserción internacional) y la existencia de capacidades científico-tecnológicas (Conicet, INTI e INTA).

La ventana de oportunidad que la bioeconomía ofrece se está abriendo en este momento. Así como las tecnologías digitales dominan el paradigma tecnológico actual, la biotecnología se perfila como la protagonista del futuro. ¿Cuáles son sus pilares? Una sólida base de ciencia y tecnología, y la coordinación efectiva entre los diversos actores para mitigar los riesgos asociados con esta actividad. Tucumán puede liderar esta biorrevolución.

Ser inteligentes: aprovechar y potenciar lo que ya existe

Para que Tucumán consolide su liderazgo en bioeconomía, es clave reconocer que no parte de cero. Como ya se mencionó, la provincia cuenta con importantes recursos naturales, capacidades tecnológicas, y un entramado institucional que puede ser potenciado. La estrategia consiste no sólo en crear nuevas estructuras o tecnologías, sino también en fortalecer y coordinar lo que ya está presente: desde los sectores agroindustriales hasta el ecosistema científico-tecnológico con institutos como el CONICET y universidades locales.

¿Cuáles son los principales puntos fuertes de la provincia y cómo pueden ser el motor de crecimiento en el campo de la bioeconomía?

1. Proliferación de actores del ecosistema de innovación en biotecnología, distribuidos en cinco grandes grupos: instituciones científicas y universidades; instituciones públicas de promoción de la ciencia, la tecnología y la innovación; vinculadores tecnológicos; incubadoras y aceleradoras de empresas; empresas biotecnológicas. Varios de ellos revisten un doble rol. Es el caso de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) y del Instituto de Desarrollo Productivo (IDEP), que funcionan como unidades de vinculación tecnológica y como centros de investigación. Lo mismo sucede con el Instituto de Desarrollo Productivo (IDEP), otra Unidad de Vinculación Tecnológica que es asimismo una institución de promoción.

2. Inversiones en I+D. Tucumán se presenta como un outlier dentro del país, siendoes la cuarta provincia en este indicador y supera de manera amplia el promedio nacional. En 2022 se ejecutaron USD 79 millones, el 2,3% del total a nivel nacional; con relación al NOA, Tucumán ejecutó cerca de la mitad de las inversiones de la región. Por otro lado, si bien el 73% de la ejecución proviene del sector público −entre organismos de ciencia y tecnología y universidades−, la participación del sector privado (27%) es relevante en una comparación a nivel país: Tucumán se ubica como la séptima provincia argentina en esta proporción, alcanzando una relevancia superior a la observada en la media nacional.

3. Recursos humanos en I+D. La provincia aglutina una masa importante de científicos, con un promedio de 1,2 trabajadores de I+D por cada mil habitantes desde 2010 hasta 2022, en comparación con el registro de 1,02 a nivel nacional. Contar con recursos humanos calificados en biotecnología y ciencias afines es otro de los pilares centrales para el desarrollo de la bioeconomía: muchas de las empresas biotecnológicas surgen de la iniciativa de investigadores con formación en algunas de las ciencias mencionadas . Pero la importancia de la formación académica radica no sólo en la creación de empresas sino también en innovaciones que los investigadores pueden realizar, con potencial de ser aplicadas en el sector productivo.

RECURSOS HUMANOS EN I+D CADA MIL HABITANTES EN TUCUMÁN Y EL NOA. Elaboración propia (2010-2022) Articulación público-privada para la promoción de la bioeconomía en el NOA: el caso de Tucumán 

4. Productividad del sistema científico tecnológico. Según fuentes primarias disponibles e instituciones de la provincia, se realizaron en Tucumán 4.254 publicaciones científicas, el 92,6% de lo publicado en el NOA en el período 2012-2022. Entre 2017 y 2022 eso se tradujo en un promedio de 1,3 publicaciones por investigador. Dicha cifra supera la de otras provincias con sistemas científico-tecnológicos robustos, como Córdoba o Santa Fe, que promediaron 0,8 y 0,9 publicaciones por investigador respectivamente. En cuanto a la producción científica en bioeconomía, históricamente el Centro de Referencia para Lactobacilus (CERELA) y la Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiológicos (PROIMI) son los institutos que mayor cantidad de publicaciones realizan históricamente: en el período 2012-2022 concentraron el 20,3% y el 16,5% del total publicado por las instituciones de Conicet Tucumán. En cuanto a patentes, de 2013 a 2023 los institutos de Conicet y otros actores registraron un total de 32. Las patentes facilitan la transferencia de tecnologías al mercado.

5. Creación de Empresas de Base Tecnológica, claves en la conformación del ecosistema, dado que son un vehículo para transformar el conocimiento científico en bienes y servicios comercializables. Las startups biotecnológicas de Tucumán suelen encontrar su principal mercado en el sector agropecuario. Un ejemplo es Nat4Bio, que desarrolló una gama de recubrimientos de origen microbiana aplicable en la etapa poscosecha del limón para evitar su putrefacción. Otro caso es el de Quimir Nano con sus bionanopartículas para el tratamiento de patógenos en el cultivo de la caña de azúcar y de soja. A su vez, las empresas cuentan con el apoyo de instituciones científicas de CONICET y de universidades, que permiten el uso de sus laboratorios y de espacios para la realización de pruebas piloto, y prestan servicios de alta tecnología.

Tucumán es una de las pocas provincias de la región que ha logrado articular actores públicos y privados en torno al desarrollo biotecnológico. Su capacidad de innovación, sostenida en un sistema científico-tecnológico robusto y una industria agroindustrial pujante, la posiciona como un modelo para el resto de las provincias del norte argentino.

A medida que la bioeconomía gana relevancia global, Tucumán tiene la oportunidad de convertirse en un polo de referencia para el desarrollo sostenible basado en el conocimiento y los recursos naturales, liderando un proceso de transformación que puede tener impacto no sólo en la provincia y en la región, sino en todo el país.

Esta nota parte de un trabajo realizado entre el CFI y Fundar por Juan O´Farrel, Fernando Zornada, Franco Mendoza, Sol Gonzalez de Cap, Tomás Allan y Paloma Varona. El trabajo completo se puede leer acá.