Diálogo productivo con Marcos Pacchiele

BioMetallum es una startup que creó una solución biotecnológica para cambiar el método de extracción de litio, y volverlo más eficiente y sustentable. Conversamos con su cofundador sobre el desarrollo de esta tecnología innovadora y sobre los desafíos que enfrenta la empresa para su crecimiento.

Diálogo productivo con Marcos Pacchiele

MISIÓN PRODUCTIVA: Nos gustaría que nos cuentes los comienzos de BioMetallum, su misión, la visión y el objetivo que persiguen.

MARCOS PACCHIELE: Desde la empresa estamos desarrollando una solución al método de extracción de litio actual. Apuntamos a hacerlo más eficiente, con foco en la sustentabilidad. La minería es una actividad bastante contaminante, pero también es 100% necesaria. Es un recurso fundamental para alcanzar la transición energética: sin litio no hay manera de acumular la energía, ni de hacer los autos eléctricos y demás. Pero también nos preguntamos a qué costo se hace esa transición energética. 

Actualmente en el triángulo del litio –conformado por Argentina, Chile y Bolivia– el mineral se aloja en forma de salmueras, a diferencia de lo que ocurre en países como Australia, donde se lo encuentra en forma natural, mezclado en una piedra que se llama pegmatita. El triángulo del litio concentra el 70% del litio del mundo, pero sólo alcanzamos un 25% del mercado. Esto se debe a que el método de extracción evaporítico que se utiliza actualmente es poco eficiente. Así, nos propusimos brindar una herramienta con la cual se pueda explotar este recurso estratégico para la región.

El litio se bombea de un acuífero de hipersalina que está a unos 400 metros bajo tierra. Se deposita en unos piletones inmensos: ocupan unas mil hectáreas en conjunto, y cada uno tiene el tamaño de diez canchas de fútbol; se ven desde el espacio. La extracción del litio demora entre 12 y 24 meses y no puede aplicarse a reservas, donde el recurso está muy diluido. Durante este proceso se pierde casi el 50% del mineral. Además, para poder concentrarlo se evaporan millones y millones de litros de agua.

Diálogo productivo con Marcos Pacchiele

Desde la empresa estamos desarrollando un método de extracción a partir de la biotecnología. Manipulamos microorganismos que ya tienen algunas características fenotípicas, y los utilizamos como herramienta biotecnológica. Es decir, buscamos en la zona bacterias u hongos con propiedades que nosotros podamos adaptar a un proceso biotecnológico. A estos microorganismos les aplicamos biología molecular y biología sintética: tocamos sus rutas metabólicas, los modificamos genéticamente para que hagan mejor la tarea que necesitamos. Y creamos una resina, a la que llamamos biomembrana, compuesta por estas bacterias de diseño que adhieren litio selectivamente, es decir, actúan como un imán biológico pero para el litio. La salmuera pasa por estas biomembranas y se extrae el mineral. De esta forma, eliminamos la fase de evaporación y la necesidad de los piletones, y también la dependencia climática. El proceso dura mucho menos tiempo –entre una y dos horas– y puede ser aplicado en reservas de baja ley. 

MP: ¿Cómo surgió la idea de meterse en este proceso de la minería? 

Marcos Pacchiele: Yo estudié Ingeniería Electrónica, después me dediqué al comercio exterior y después empecé a investigar un poco sobre biotecnología, porque tuve una oferta laboral. Algo que me gustó de la biotecnología es que encuentra soluciones para todo. Y veía que había procesos biotecnológicos que se aplicaban a biosaneamiento, a la posibilidad de remover un contaminante de la tierra. Uno de los procesos de biosaneamiento más famosos es la extracción de metales pesados de las aguas residuales de la industria minera. El agua que queda de los procesos mineros contiene metales pesados. La biotecnología pone microorganismos para que hagan un efecto esponja y así poder extraerlos. 

Entonces me pregunté por qué no aplicar algo así al proceso de extracción del litio, que es un metal que ya está suspendido en el agua. Esto fue en febrero o marzo de 2022. Me puse a estudiar el mercado, vi algunos antecedentes científicos que hablaban sobre esto, y se lo propuse a Sebastián Cogliati, a quien conocí mientras trabajaba en biotecnología. Le llevé la idea y nos pusimos a ver su viabilidad. Dos semanas después me dijo que sí, que era posible hacerlo. Así que nos pusimos a trabajar en esto y fundamos en conjunto la empresa.

MP: ¿En qué estadio de desarrollo se encuentra esta tecnología que proponen? ¿Cuáles son los próximos pasos y en cuánto tiempo creen que pueden tener el producto desarrollado?

Marcos Pacchiele: Ahora estamos en TRL 3, el producto está probado en laboratorio. Para hacer el escalado tenemos que verificar algunas operaciones unitarias. No tenemos un prototipo para mostrar todo el proceso conjunto, sino que tenemos distintas partes del proceso probadas en laboratorio. Ahora estamos trabajando en la unión de estas partes para hacer un prototipo final. 

Nuestro plan es comenzar a hacer pruebas con la industria de acá a dos años. Hay mineras que se nos acercaron por el potencial que tiene esta tecnología. Queremos avanzar con la transferencia tecnológica, probar el prototipo in situ y continuar con la optimización industrial. Para empezar estamos trabajando en el Servicio Geológico Minero Argentino [SEGEMAR]. Ellos nos brindan el espacio de laboratorio y también asesoría: reciben muchas muestras de las salmueras, y las ponen a disposición para que las analicemos y hagamos determinados ensayos. Además tenemos vínculo directo con privados que se han acercado a nosotros, y con las empresas de extracción de litio más importantes de Argentina.

MP: Sabemos que a lo largo de tu carrera recopilaste bastante experiencia con distintas empresas emergentes. ¿Qué lecciones fuiste aprendiendo y cómo aplicaste este aprendizaje en BioMetallum? 

Marcos Pacchiele: A mí siempre me gustó la tecnología, por eso estudié Ingeniería Electrónica. Después fundé mi primera empresa, una importadora de actuadores y sensores de inyección de autos de alta gama. Me fue muy bien y aprendí mucho de lo comercial. Perdí mucho dinero haciéndolo por mi cuenta, pero eso me nutrió. Después tuve la oportunidad de virar mi carrera hacia lo biotecnológico. Me convocó una persona que estaba buscando a alguien que pudiera trabajar en la parte técnico-comercial en una empresa de biotecnología. En su momento yo sabía poco y nada de este tema. A medida que me fui adentrando en la biotecnología me fui nutriendo. 

Soy una persona bastante curiosa. Ahora ya no tengo el mismo tiempo para dedicarle, pero me gusta mucho leer los papers científicos, estar al día en la materia. Me gusta aprender cosas nuevas aunque no termine de entenderlas por completo. Entre todo eso que me iba nutriendo, también aprendí lo que es un venture capital, cómo se mueven los inversores, cómo vender una idea, cómo moverse en el mundo corporativo. Nuestra empresa es un pececito chico en un acuario donde hay tiburones gigantes, y estamos intentando venderles algo. Ver cómo se hacen esos tratos también fue todo un proceso de aprendizaje. 

Estando en una startup tuve la oportunidad de aprender y de hacer cosas para las que quizás no estaba preparado; en una empresa privada, llegar a ese nivel de conocimiento me hubiera llevado diez años. Hice desde el desarrollo de un biorreactor hasta la construcción de un laboratorio; también importación y exportación de productos que ni siquiera tenían posición arancelaria, como un hongo que fabricabamos y que necesitábamos enviar muestras al exterior. 

Creo que se trata de saltar al vacío, tener el coraje de mandarse y ver qué pasa. Con Seba nos pasa constantemente cuando intentamos inventar cosas: buscando siempre encontramos una solución, y también aprendemos. En mi primera empresa yo no tuve que trabajar en equipo. Empecé a entender la importancia del equipo trabajando en una startup: la vocación, el objetivo en común que se contagia. Creo que sin eso no llegás a ningún lado, es uno de los aprendizajes que más grabados me quedaron. 

MP: ¿Cómo es el vínculo de BioMetallum con la innovación y cómo se relacionan con el ecosistema?

Marcos Pacchiele: La innovación surge de una serie de fracasos que en algún momento te sorprenden. Lo que sucede también, a partir de la innovación, es que podés mezclarte con el ecosistema. A nosotros nos sorprendió su receptividad. En biotecnología y en el mundillo de las startups podés encontrar mucha gente que está dispuesta a ayudar sin cobrarte: te dedican su tiempo porque les emociona lo que estás haciendo. Es impresionante esta generosidad, que no sé si se da en otros ámbitos y además sucede no sólo a nivel local, sino también en el exterior.

Yo participé en un programa de una aceleradora que se llama Emprelatam, en el cual me presentaron a Alejandro Germe. En ese momento nosotros estábamos buscando capital activamente y él tenía el conocimiento. Entonces conseguí su contacto y lo llamé. Él se tomó el tiempo de venir por dos meses, una vez por semana, acá al laboratorio, a charlar con nosotros y ayudarnos a estructurar todo. Cuando se dio cuenta de que ya no podía ayudarnos para lo que nosotros necesitábamos, nos presentó un estadounidense que estuvo hablando con nosotros un sábado toda la mañana, hasta las tres de la tarde. No hablaba español, apenas nos entendía. Este hombre nos contactó con gente de Estados Unidos que nos podía ayudar con el desarrollo: nos presentó a un tipo que hace escalados industriales para la industria farmacéutica. Esa predisposición y generosidad te sorprenden: en este mundo de la innovación la gente se sienta, te escucha y hasta te tiran ideas o te contactan con otros, no quieren ni ser intermediarios. 

MP: Y en cuanto a la etapa de escalamiento del producto, que acabás de mencionar, ¿te parece que ahí puede estar el mayor desafío? 

Marcos Pacchiele: Nosotros estamos proponiendo un producto que se maneja 100% por biotecnología y la industria es bastante desconfiada, no termina de creer en lo que hacemos. Eso nos frena un poco, porque para poder llevarle una solución a la industria necesitamos laburar con ellos codo a codo. Buscamos involucrarnos con la industria desde el momento en que tenemos el producto en el laboratorio, porque entendemos que es la forma de llegar al escalado y a manejar los volúmenes que necesitan. La industria tiene un know how de muchos años. Si no trabajamos en conjunto con ellos no vamos a obtener ese conocimiento en ningún otro lugar. 

MP: Tenemos entendido que el primer fondo con el que contaron fue el de la aceleradora SF500, ¿cómo fue esa articulación? 

Marcos Pacchiele: Llegamos por un evento de innovación que organizaba la provincia de Santa Fe, al que fue Seba. Ahí se encontró con Laura Orcellet y le contó sobre nuestro proyecto, qué es lo que estábamos desarrollando, en qué estadio estábamos. A ella le resultó muy interesante el cambio de paradigma que queríamos darle a la industria y la vuelta de tuerca que le estábamos dando a un problema que nadie conoce. Todo el mundo sabe que hay litio en Argentina, pero nadie sabe puntualmente cómo se saca y qué problemas puede traer su extracción. Laura nos propuso que le contáramos un poco más en una reunión, en la que estaba Juan Soria –el CTO– y un equipo del fondo. Ahí empezó la relación. Después aplicamos al programa y así fue como comenzamos. Ahora fuimos seleccionados para participar en Start-Up Chile, en un programa que empieza el 20 de marzo. Además, participamos del programa de SQM Lithium Ventures. 

Al principio puede ser difícil empezar la historia con un fondo. Se entiende, porque los fondos también están ocupados, tienen mucho laburo para hacer. Cada startup en la que van invirtiendo es una startup que adoptan y a la que le tienen que dedicar un tiempo. Cuando empezás el programa quizás creés que no te va a aportar nuevos conocimientos, pero después te das cuenta de que te ayuda a encarar el proceso, a dejar de tomar el proyecto como si fuera algo part time que hacés después del laburo. A nosotros nos sirvió porque fue la primera vez que con Seba pensamos en nuestro proyecto como algo real, tangible. Pudimos poner las cartas sobre la mesa y empezar a pensarlo como una empresa. 

Entonces en estos programas siempre aprendés cosas nuevas, porque incluso te sirven para repensar lo que ya sabías por experiencias anteriores. Además conocés gente, te metés más en el ecosistema, vas encontrando distintas soluciones. Siempre hay alguien que sabe más que vos en algún ámbito y te puede dar una mano. Es una experiencia muy enriquecedora porque hay alguien que te está dando su capital y su cuota de confianza. Te dan el primer respaldo y la primera palmada en la espalda. Nosotros íbamos y decíamos “vamos a sacar litio con bacterias”, y todo el mundo nos veía como si estuviéramos locos. Ahora empiezan a darse cuenta de que es posible realizarlo. Y ese primer aval no tiene precio. 

MP: ¿Cuáles creés que son los desafíos y oportunidades de emprender en Argentina? ¿Y cómo ves el ecosistema emprendedor en el país?

Marcos Pacchiele: Ahora por suerte existen fondos como SF500 o GRIDX, pero es poco. En Brasil, por ejemplo, hay 20 fondos de biotecnología. Creo que acá el ecosistema está arrancando, pero todavía no está desarrollado. 

También hay cuestiones particulares que se dan en Argentina. Por ejemplo, los fondos del exterior invierten en tu empresa si tiene alguna sucursal en cualquier otro país, para poder depositarte sin problemas. Además existe el riesgo de que un día el gobierno cambie las reglas y la empresa pierda la mitad de la guita. Otro tema es que la tesis de inversión que proponen SF500 y GRIDX es del 25% del equity de la empresa, cuando normalmente los fondos del exterior te piden menos de un 10%. Ahí se ve el precio por recibir los fondos en el país. 

Pero hay otras particularidades que son positivas: en Argentina hay mucho capital humano y mucha gente que decide ayudarte. No sé si esto pasa en otros lugares. Sí hay mucho capital humano en otros países, pero en Argentina realmente lo hay para todo. No hay un límite. 

MP: ¿Cuáles son los próximos pasos que planean para el crecimiento de BioMetallum? 

Marcos Pacchiele: Ahora encaramos el proceso de internacionalizar la empresa. Para eso también estamos yendo a Chile, que es el segundo proveedor más grande de litio del mundo. También estamos en busca de más capital para poder acelerar este proceso, y para consolidar los convenios y join ventures con los privados y con la industria. Esto nos permitirá alcanzar la etapa de escalado industrial. 

Por Valentín Benitez, Lorena Drewes y Paloma Varona