Diálogo Productivo con Rodrigo Asili

Rodrigo Asili es director de Investigación y Desarrollo de la empresa Summabio, que conforma el directorio del Clúster de Biotecnología Córdoba. Nos cuenta sobre la creación del Clúster, sus objetivos, sus desafíos y su impacto en la región, y también sobre la contribución de Summabio en el desarrollo de agricultura sostenible.

Diálogo Productivo con Rodrigo Asili

MISIÓN PRODUCTIVA: ¿Cuál fue el motivo de la creación Clúster de Biotecnología Córdoba y cómo se organiza institucionalmente?

RODRIGO ASILI: El Clúster fue creado en el año 2021, impulsado principalmente por el sector público, por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Provincia de Córdoba, en el marco del programa Córdoba Clúster, una iniciativa de formación de clústeres de la Agencia de Competitividad de Córdoba. Está conformado por un grupo de empresas del sector privado, algunas constituidas desde hace muchos años, como Summabio –la empresa que yo represento–, que tiene 25 años de experiencia; y también startups en diferentes estadios. Entonces el motor del Clúster son las empresas privadas, y el sector público, con el apoyo del sector académico, generó su incubación.

A nivel organizacional, el directorio está conformado por ocho empresas privadas. Trabajamos con el sector académico y el sector público, y tenemos un clúster manager que coordina todas las actividades. 

La creación del Clúster se dio en el marco de un relevamiento de necesidades y oportunidades del sector productivo ligado a la biotecnología de Córdoba, conformado hoy por 72 empresas y más de 500 investigadores. Nos planteamos como objetivo aumentar la competitividad de la industria biotecnológica de Córdoba para la región y para el mundo. Cuando hicimos el relevamiento de las necesidades y oportunidades del sector, observamos que eran transversales. Hay tres ejes que unen a todas las empresas biotech: las oportunidades de financiamiento de investigación y desarrollo, los modelos de internacionalización y búsqueda de nuevos mercados, y la búsqueda o desarrollo del talento. Sobre la base de estos ejes se arman grupos de trabajo, entre los que se realizan reuniones mensuales para hacer el seguimiento de las actividades planteadas.

Como región, más que como provincia, Córdoba tiene un amplio alcance en biotecnología y en empresas biotech, propiciado por un entorno geográfico y académico muy apto, y fundamentalmente porque esto no está centralizado. Si bien por una cuestión demográfica la Ciudad de Córdoba es muy relevante, en la provincia existen al menos cuatro polos científico-tecnológicos: Río Cuarto, la zona de San Francisco, la zona de Villa María y la zona de la Ciudad de Córdoba. Hay terreno y hay material geográfico, académico y privado acorde para la incubación de esas empresas. 

En resumen, estas oportunidades y necesidades transversales, sumadas a una región que es prolífera y que tiene un sistema académico fuerte, un sector privado muy emprendedor, y un gobierno que incuba y potencia ese ecosistema, propiciaron la formación de este Clúster a nivel regional.

MP: ¿Podrás caracterizar las empresas que lo conforman?

RA: Hay dos verticales de empresas o de ejes biotecnológicos, que son los más desarrollados: salud y agricultura. Estos ejes responden a características regionales. Dentro de la parte salud, se trabaja desde la detección de enfermedades hasta cuestiones de reproducción animal y humana; la parte agricultura está más ligada a biofertilizantes o utilización de tecnología aplicada a los cultivos vegetales. También tenemos una rama fuerte en lo que es producción de alimentación animal, esa es la parte full-tech para destino animal. 

El objetivo principal del Clúster es optimizar la competitividad de las empresas que lo componen, hacerlas verdaderamente competitivas. Esta es nuestra principal diferencia con las cámaras sectoriales. Las cámaras atienden cuestiones más gremiales, más de fondo relacionadas con las empresas. Además pensamos en términos regionales y pensamos también de manera global: el Clúster forma un equipo de empresas que tienen las mismas necesidades y oportunidades para transformarlas en empresas globales. 

MP: Mencionabas, entre los ejes sobre los que trabaja el Clúster, el desarrollo del talento y la internacionalización. ¿Podés contarnos sobre casos concretos de iniciativas que hayan logrado implementar en este sentido?

RA: Dentro de los tres ejes transversales que trabajamos, el primer hito que perseguimos fue constituirnos jurídicamente, paso que ya logramos. Después trabajamos puertas adentro en el ordenamiento como institución para poder respaldar todos estos movimientos, y puertas afuera en la identidad del Clúster. Fueron los dos logros obtenidos a partir del primer hito concreto.

En lo que respecta al desarrollo de talentos, trabajamos en el concepto de laboratorios de innovación abierta. Realizamos hackathons, eventos como BIO Hackathon o CÓRDOBA i, en los que vinculamos a estudiantes e investigadores del sector académico con el sector productivo para resolver problemas reales de la industria. Allí se generan dinámicas con metodologías ágiles y encuentros que son muy divertidos y muy prolíferos para generar soluciones rápidas a problemas reales.

También exploramos los ecosistemas biotech de Argentina para tomar modelos, ver cuáles son sus políticas, cómo se mueven. La provincia de Santa Fe, por ejemplo, es muy interesante en lo que es biotecnología, entonces la tomamos como referencia por los actores que involucra. La idea es encarar misiones exploratorias a otros ecosistemas dentro y fuera del país. La intención del Clúster de Biotecnología es trascender las fronteras de la provincia de Córdoba y transformarnos en un clúster verdaderamente regional. La innovación abierta es algo que define a la vertical biotech, y que va de la mano con la vinculación abierta, con esto de la competencia y la no competencia. Además de Córdoba y Santa Fe, hay ecosistemas muy desarrollados en Entre Ríos, Tucumán, Mendoza, Buenos Aires. Sería buenísimo que esto se siga expandiendo y que Argentina de manera federal sea un gran clúster, un gran polo de biotech en el mundo.

En cuanto a la búsqueda de nuevos mercados y la internacionalización de las empresas, estamos trabajando codo a codo con la Agencia ProCórdoba, particularmente en dos niveles. Primero, relevando las empresas biotech con capacidad o potencialidad para exportar, con todo lo que eso implica: capacitaciones, involucrarnos en los modelos productivos, etcétera. Segundo, analizando aquellos mercados objetivo con oportunidades similares a las que tienen nuestras biotech.

Por último, el 11 y 12 de octubre, en el marco de la Semana TIC, se presenta nuestro segundo Foro BIO, en el que vamos a analizar en qué situación nos encontramos localmente como empresas biotech y también cómo son los entornos a nivel global en lo que respecta a políticas de competitividad, sistemas, gestiones y todo lo que pueda ser productivo para el sector. Después se realizarán paneles de debate con el sector académico, el sector público y el privado, dentro del cual se encuentran empresas consolidadas o startups en diferentes estadios.

MP: A raíz de los laboratorios de innovación abierta y los hackathons que están impulsando, ¿lograron que algunas empresas continúen un proceso de incubación o lleguen a tener a las grandes empresas como demandantes de sus soluciones? ¿O son acciones pensadas principalmente para formar a la gente que participa?

RA: Apuntamos a esos dos objetivos. Creo que a nivel nacional existe una brecha entre la academia y el tipo formación que propone y las necesidades reales de las empresas. Entonces que una persona en su momento de formación tenga contacto con lo que es una industria y los problemas reales que tiene, ya sea de producto o de servicios, creo que ayuda a moldear el pensamiento en áreas de las ciencias naturales que tradicionalmente producen ciencia básica. Yo soy microbiólogo y en mi carrera puntual, como en muchas de las ciencias naturales, nos formamos para ser científicos, para ser productores de ciencia básica. Es importante que ese sector académico esté ligado a la industria para que también haya una formación orgánica de estos perfiles. Por otra parte, las empresas también vemos estos laboratorios de innovación abierta como un semillero de talento. Desde las empresas también se hace scouting de los perfiles, para ver si gustan, si son requeridos. 

En esta puesta a prueba de los movimientos tanto de las empresas como de las personas del otro lado, se generan muy buenos vínculos. Y sí, en muchos casos se continúan los proyectos con base en convenios con la universidad, desde sus diferentes departamentos, o se capta talento de personas que ya empiezan a trabajar en empresas. El gobierno de la provincia de Córdoba brinda muchas facilidades, como el Programa Primer Paso (PPP) –de inserción profesional– o Programa de Inserción Laboral (PIL), que son buenos nexos para incorporar talentos.

MP: Entendemos que la promoción de la biotecnología tiene cada vez más peso en la agenda de los Estados nacional y provinciales. ¿Considerás que, a pesar de eso, el sector requiere cambios regulatorios importantes, ya sea a nivel local, provincial o nacional?

RA: Estamos en una etapa en la que hay mucho conocimiento, muchas ganas y muchas empresas intentando materializarlo. En este escenario sí considero que, para evitar trabas y que todo pueda funcionar al ritmo que se necesita, los centros regulatorios van a tener que aggiornarse. Creo que estamos evolucionando, y el compromiso es evolucionar todos juntos. 

Hoy lo que nos define es la Ley de Promoción de Economía del Conocimiento. En algún momento esta ley era solo para software, y hoy incluye a todas las empresas biotech; de hecho, Summabio aplica la Ley a nivel tanto nacional como provincial. Esto está muy bueno. Pero también hay cuestiones regulatorias puntuales de cada sector. Por ejemplo, hoy el SENASA tiene en consulta pública la Ley de Bioinsumos, que es específica para insumos biológicos. Summabio está en el mercado hace más de 25 años y nos regíamos por leyes que son de productos de síntesis química, de los químicos. Entonces el SENASA se tiene que aggiornar a estos nuevos productos biotecnológicos que actualmente desarrollan muchas más empresas. Lo mismo está sucediendo con ANMAT y con el sector farmacéutico. Hay mucha biotecnología y mucha necesidad de regulaciones específicas.

MP: Queríamos saber un poco más sobre Summabio. ¿Cuál es su propósito, sus principales productos y estadios de comercialización?

RA: Summabio es una empresa del sector agroindustrial con 25 años de trayectoria. Tenemos una plataforma de productos de microbiología aplicada. Son productos 100% biológicos; la mayoría tiene certificación orgánica, aptitud de uso en agricultura orgánica. Nuestro propósito es consolidar una estrategia de obtención de alimentos sostenible en el largo plazo. Para esto trabajamos con biofertilizantes, bioestimulantes y biocontroladores de enfermedades, todos a base de microorganismos o subproductos del crecimiento de microorganismos, y con bacterias y hongos.

Estamos presentes en los principales sectores productivos de Argentina. Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe son nuestras regiones de máxima acción comercial, pero también estamos en Mendoza, en el NOA, en el NEA, en Río Negro, en el sudeste de Buenos Aires y en Misiones con la yerba. Estamos bien atomizados en la parte comercial dentro del país, y además tenemos negocios desarrollados en Uruguay.

Tenemos dos modelos de comercialización. Uno, tradicional en la agricultura, que es a través de agentes o agronomías: coordinamos una estructura comercial y delegamos esa comercialización en diferentes agentes, ya sean personas o agronomías; y otro más orientado al modelo B2B [business to business], en el que elaboramos productos para otras empresas.

Para seguir creciendo en términos de participación de mercado y de inserción de nuestros productos a nivel nacional, encaramos dos grandes desafíos. Uno tiene que ver con la comunicación de las tecnologías: la sensibilización, el conocimiento alrededor de cómo funcionan, qué eficiencia tienen, etcétera. Y el otro está relacionado con la necesidad de políticas públicas que acompañen la producción y la utilización de los bioproductos en todo el país.

MP: ¿Considerás que el sector agrícola está avanzando hacia una sustitución de agroquímicos por bioinsumos o que se va a dar una complementariedad entre ambos tipos de productos?

RA: Hoy estamos transitando una complementariedad, hoy los sistemas productivos nos obligan a ser mixtos. Sin embargo, como te mencioné anteriormente, hay una serie de presiones externas e internas que tienen que ver con la salud de los trabajadores, con la conciencia, con el impacto, con lo que queremos para las generaciones futuras. Y en este sentido hay una necesidad de políticas específicas.

Hoy Argentina es uno de los principales exportadores de granos del mundo. Las políticas europeas ya están requiriendo la reducción de trazas de algunos agroquímicos o productos de síntesis química, de trazas en granos. Entonces creo que la sustitución de agroquímicos va a ir in crescendo. Creo que se viene un cambio en la forma de pensar la agricultura, de hacer alimentos, que quizás termine transformando todo el sistema de manera global, que quizás hackee la forma en la que hacemos alimentos. Y en esto las biotech van a jugar un papel crucial.

MP: Otra startup en la que participás es Tintte, ¿podrías contarnos sobre su aporte a la sostenibilidad de la producción de textiles?

RA: La industria textil es la segunda más contaminante de agua a nivel mundial: afecta al 20% de las reservas de agua del mundo. En este marco creamos Tintte, una startup en estadio emergente que se propone hacer más sostenible la industria textil. Tintte se centra en la producción de pigmentos biogénicos a partir de una colección de microorganismos a través de la cual intentamos hackear la industria de la tinción de textiles reduciendo drásticamente el consumo de agua, energía eléctrica y los aditivos químicos.