Cadena de Valor | Formarse para liderar el desarrollo

Creo que la juventud tiene un gran desafío por delante, principalmente quienes trabajamos vinculados a la política pública, que es el desafío de estar constantemente en formación. El mundo está entrando en un ritmo de cambio tecnológico cada vez más acelerado, y cada vez se genera más información y es importante poder estar a la altura.

Cadena de Valor | Formarse para liderar el desarrollo

Jueves 21 de Julio

¡Buen día! ¿Cómo les va? Esta vez #CadenadeValor se demoró una semana más, ahora les voy a contar por qué.

Formarse para liderar el desarrollo

La semana pasada en el Consejo Federal de Inversiones tuvimos el cierre de la segunda edición del Programa Federal de Formación “Gestión para el Desarrollo”, un Programa que desde CFI organizamos junto con las provincias desde el año pasado. Con más de 200 participantes de las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Corrientes, Neuquén, Río Negro, Salta, Santa Cruz, Santa Fe y Tucumán, conocimos las principales plantas productivas del conurbano bonaerense, charlamos con Miguel Galuccio y con el Ministro del Interior “Wado” de Pedro sobre los desafíos de la gestión y la política pública, y escuchamos a los gobernadores de Jujuy, Neuquén y Río Negro sobre el rol que debemos tomar las y los jóvenes en el futuro de nuestro país.

Creo que la juventud tiene un gran desafío por delante, principalmente quienes trabajamos vinculados a la política pública, que es el desafío de estar constantemente en formación. El mundo está entrando en un ritmo de cambio tecnológico cada vez más acelerado, y cada vez se genera más información y es importante poder estar a la altura de este ritmo y poder tener las herramientas para filtrar y discernir entre la información aquello más útil para que la política pública pueda acompañar y potenciar ese avance tecnológico, aportando a un desarrollo que sea inclusivo y sustentable.

Y creo que este Programa que organizamos entre el CFI y las provincias es un buen ejemplo de todo lo que implica prepararse para hacer frente a esos desafíos. Así que aprovechando la ocasión del cierre del programa que tuvimos la semana pasada, quería contarles un poco sobre qué hacemos y por qué lo hacemos. Y compartirles algunas de las conclusiones a las que llegué hablando con los participantes, que son los protagonistas de la historia.

Voy a arrancar por hacerles una pequeña introducción del Programa Federal de Formación: es un dispositivo que armamos entre el CFI y las provincias pensando en los grandes desafíos que tiene por delante nuestro país y cada una de las provincias en materia de desarrollo productivo. En ese sentido, diseñamos una formación integral e intensiva apuntada a jóvenes líderes de las provincias, quienes serán los próximos responsables en tomar decisiones, para que tengan una experiencia inmersiva en los principales debates que atraviesa hoy nuestro país y el mundo.

Lo que queremos es colaborar para construir la visión sobre el contexto en que les tocará tomar decisiones y los desafíos que deberán afrontar, como la transición energética, la sostenibilidad ambiental y la innovación tecnológica. Buscamos “saltar la grieta” de la discusión coyuntural, con una formación transversal que valorice el potencial de nuestro país y ponga el foco en las discusiones estructurales, que son los ejes fundamentales para pensar un país más inclusivo en el largo plazo. Algo que desde Misión Productiva tantas veces remarcamos y que nos pone muy contentos ver que hay otros espacios que comparten nuestra mirada.

Pero decirlo es más fácil que hacerlo, y formar más de 200 jóvenes de distintos orígenes y con distintas formaciones -y muchos de ellos con responsabilidades de gestión en sus provincias-, sobre temáticas tan heterogéneas como infraestructura, energía, producción, innovación y financiamiento es bastante complejo. La apuesta que hacemos desde el CFI es que, para formarse en tan poco tiempo sobre temas tan diversos, la formación tiene que tener tres ejes: aprender, conocer y transformar.

Cadena de Valor | Formarse para liderar el desarrollo

 

Aprender sobre los debates que tiene nuestro país en materia de desarrollo es, probablemente, una de las partes más difíciles de sintetizar en tan poco tiempo. Si bien existe un debate general acerca del pacto de desarrollo que Argentina abandonó, una estrategia integral implica múltiples sectores y políticas transversales. Tal como me decía Santiago Alurralde, uno de los participantes que se desempeña como Subsecretario de Participación Ciudadana del gobierno salteño, el Programa “sirvió para entender dónde estamos parados y cuáles serán las nuevas reglas de juego que tendremos a lo largo del siglo XXI a nivel global, pero también saber que más allá de las crisis económicas que vivimos, tenemos un gran potencial por nuestros recursos y sabemos cómo explotarlos y hacerlos trabajar”.

¿Cómo logramos esto en tan poco tiempo? Tomamos lo más relevante de cada tema para aprenderlo y fundamentalmente conversarlo con los protagonistas: si vamos a hablar del agro o de la industria, que sea con Gustavo Grobocopatel y con Daniel Herrero; y para entender los desafíos de política tecnológica o financiamiento, quiénes mejores que aquellos formados en la temática y que ocuparon los puestos de decisión en la materia, como Fernando Peirano o Cecilia Fernández Bugna. Como me decía Santiago Alurralde cuando repasábamos juntos el programa académico, “tuvimos la posibilidad de hablar con CEOs y grandes referentes de la política pública, y nuestro compromiso debe ser formarnos y comprometernos a participar como hicieron ellos, sea desde el lado público como del privado pero siempre de forma mancomunada, para seguir aportando a ese desarrollo productivo que tanto soñamos para nuestro país”.

Pero discutir estos ejes en abstracto sin considerar que el ámbito de acción de cada uno será en el territorio de sus provincias no tiene sentido. Cada tema se encaró con una perspectiva provincial, profundizando con paneles con funcionarios y empresarios, así como actividades para conocer la matriz de infraestructura, productiva y tecnológica provincial (lo que explica algunos de los viajes que estuve haciendo a lo largo de los últimos meses), visitando lugares como INVAP, Vaca Muerta, la planta de Ternium en San Nicolás, la hidroeléctrica Yacyretá, y parques eólicos y solares como los de Cañadón León y Tinogasta. La frase más repetida a lo largo de las jornadas que se hicieron fue “no sabía que teníamos esto en nuestra provincia”. Y eso es lo que buscamos: conocer lo que hay, para saber su potencial, qué le falta y cómo mejorarlo.

Y formar líderes en cómo transformar la realidad de la provincia no podría estar terminado sin un ejercicio de cómo hacerlo. Como parte del programa, los participantes diseñaron más de 50 proyectos, apuntados a abordar desafíos concretos que encontraron en su provincia. Alberto Pino, presidente de la Juventud Peronista de Tucumán y autor de uno de los proyectos laureados, describió este proceso creativo como “una metodología que nos aportó algo que en nuestra formación académica no existe: entender cómo se piensa un proyecto para una solución particular, y cómo encararlo de forma pragmática”.

Este proceso no fue meramente creativo. En palabras de Alberto Pino, logró “bajar las fantasías e ideas dispersas que pudiéramos tener a acciones concretas que sirvan para transformar la realidad”. En cada uno de los proyectos, los participantes tuvieron que armarse una agenda real de vinculación con los potenciales receptores de la política o el proyecto, y articular con los actores y las agencias regulatorias locales. De esa forma, no crearon un proyecto en el aire, sino que hicieron el ejercicio real de detectar nichos concretos en los que pudieran aportar para el desarrollo local, al punto tal que muchos de ellos ya están trabajando junto a esas instituciones para concretar esos proyectos y aportar su grano de arena al desarrollo de sus provincias, un reflejo de la voluntad de transformación que tiene hoy la juventud.

Hacia eso apuntamos en el CFI con este programa: a dar una experiencia inmersiva en los desafíos concretos de la gestión para el desarrollo, desafíos que en el mundo dinámico que vivimos “requieren una formación constante y dinámica por parte de las jóvenes y los jóvenes que tenemos la oportunidad y la responsabilidad de tomar decisiones”, como me decía Ileana Rossi Seluy, participante del Programa que trabaja como Directora Provincial en el Ministerio de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat del Gobierno de Santa Fe. “Esto nos permite tener una visión global de lo que está pasando en nuestro país a nivel productivo, y nos da herramientas para que en nuestras localidades acompañemos ese dinamismo productivo con decisiones que también sean dinámicas, para generar más desarrollo, más arraigo y más oportunidades de trabajo locales”. De esta forma, aportamos a construir un liderazgo que conozca los desafíos que deberá enfrentar y hacia dónde debe liderarlos, que conozca cómo detectar problemas concretos y pensar soluciones efectivas que aporten a esa visión de desarrollo.

La semana pasada cerramos el programa acá en Buenos Aires todos los participantes, tras alrededor de cuatro meses con bastantes actividades, pero cerramos pensando en cómo trasladar estas experiencias y aprendizajes a los desafíos de la gestión cotidiana. Pusimos el foco en tejer redes entre participantes de distintas provincias, con el objetivo de construir una juventud más unida y comprometida en el abordaje de los desafíos que tiene nuestro país.

Y esto debe venir acompañado de una fuerte apuesta por la formación, porque los jóvenes debemos estar preparados para resolver desafíos cada vez más complejos para la política pública (y para el sector privado también), en un mundo cada vez más cambiante. Para eso necesitamos establecer consensos básicos más allá de las diferencias políticas, para reconstruir un pacto de desarrollo argentino que ponga la producción en el centro, que garantice la sostenibilidad ambiental y que sea socialmente inclusivo.

Otros temas para seguir de cerca:

De acuerdo a los datos publicados por INDEC en su informe de Intercambio Comercial Argentino, el país registró déficit comercial en junio, la que sería la primera balanza comercial deficitaria desde diciembre 2020 y el primer junio deficitario (mes que habitualmente tiene altas exportaciones de commodities agrícolas por la estacionalidad de la cosecha) desde 2018. La explicación se encuentra fundamentalmente en el déficit energético: en el último mes, se importaron USD 1.932 millones en combustibles, un incremento de 157% respecto al junio anterior. Esto viene en línea con los problemas energéticos que se vivieron a lo largo del país, con faltantes de gasoil, y la necesidad de importar energía para hacer frente a la demanda, tal como destacaba EconoJournal hace unas semanas.

En el plano internacional, la Unión Europea relajará sus controles de emisiones de carbono en el marco de la crisis energética atravesada por los faltantes de gas ruso. En este escenario, varios países ya reabrieron plantas de generación con combustibles fósiles más contaminantes como el carbón, siendo Alemania el caso paradigmático. El bloque tiene una gran dependencia del gas ruso, que abastece cerca del 40% de la demanda total de gas. Según estimaciones realizadas por el Fondo Monetario Internacional, el cierre del abastecimiento de gas ruso generaría una recesión de entre 2 y 3% del PBI en el continente, según el nivel de integración del mercado energético que muestren los países. En el escenario más extremo, países como Hungría e Italia (de mayor dependencia de Rusia) alcanzarían hasta un 6% de caída, acercándose a los niveles registrados en 2020 con la pandemia.

Autobombo #1: la semana de Misión Productiva.

El lunes publicamos una entrevista a Daniel Herrero, ex presidente de Toyota Argentina, que vale la pena tomarse el tiempo de leer para comprender como logró posicionar a Toyota como una empresa líder del sector automotriz argentino, entendiendo su filosofía productiva, laboral y gremial. 

También publicamos la siguiente entrevista a Adrián Titarelli quien nos contó sobre la historia de la firma familiar Crucianelli, empresa que desde 1956 se especializa en el sector agrícola posicionándose hoy como una de las principales empresas de maquinaria agrícola en el país. 

En tercer lugar, les comparto este artículo donde Daniel Glatstein plantea una mirada interesante sobre los desafíos de convertir actividades extractivistas, como la minería o los hidrocarburos, en plataformas productivas que generen divisas y empleo de calidad. 

Y no me quiero olvidar de dejarles la columna de nuestra compañera Sol Gonzalez de Cap, para TiempoAr, sobre la biotecnología agrícola. 

Por último, también les recomiendo tomarse el tiempo de leer esta nota que escribieron Martín Alfie y Sol Gonzalez de Cap, integrantes de Misión Productiva, que viene muy bien con el tema de este newsletter ya que profundizan sobre la importancia de plantear un desarrollo con perspectiva federal y repasan las capacidades productivas que tiene cada provincia de nuestro país. 

Un abrazo y nos leemos en dos semanas.

Pablo

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