Recién está empezando el debate electoral de cara a las elecciones presidenciales pero los diferentes actores económicos están a la espera de que cada uno de los y las candidatas presenten sus propuestas. La economista Sol González de Cap, directora ejecutiva de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) y especialista en desarrollo económico, apuntó que es clave tener sobre la mesa “cuál será el rol del sector productivo como generador de empleo, qué Argentina imaginan, cuál es el perfil de inserción internacional de Argentina y el perfil productivo al que apuntan” y resaltó: “A veces escuchamos declaraciones que nos preocupan, consideran a Argentina no como se decía antes, el supermercado del mundo, sino como el galpón donde entran importaciones y se comercializan y nada más”.
En ese sentido, agregó: “Ese es un modelo que ya vivimos, que por un lado es insostenible porque sólo se puede sostener con endeudamiento y esa posibilidad no está, y por el otro lado es un modelo que repercute sobre el empleo y la pobreza. Eso lo tenemos que tener muy claro”.
El último informe de Fisfe sobre la actividad industrial en la provincia refleja una caída en la actividad, relacionada fundamentalmente con el impacto de la sequía. ¿Esto corta o es un bache en el proceso de recuperación que había empezado la industria?
Venimos registrando desde febrero, marzo y abril caídas consecutivas de la actividad interanual. En abril fue una caída en torno al 7% y está relacionada con la sequía. Santa Fe tiene un gran peso dentro de su estructura a las manufacturas de origen agropecuario (MOA), ligadas al complejo soja fundamentalmente, y eso repercute no sólo en los sectores de molienda sino en otros de la cadena de valor agropecuaria como la fabricación de agroquímicos o maquinaria agrícola. Santa Fe tiene al principal polo de producción de maquinaria agrícola y de biodiesel y la falta del insumo clave repercutió en una caída de la actividad.
LC: En el índice nacional se compensa la caída, se observa cierto sostenimiento de la actividad, ¿cómo se explica esta diferencia?
SG: Si bien Santa Fe lideró la recuperación industrial de la pospademia lo que hoy vemos es que la provincia se empieza a distanciar del indicador nacional y tiene que ver con que tiene una industria muy diversificada, eso no ocurre en la mayoría de las provincias. Hay desde metalúrgica a plástica, industria de pintura, etc.. Pero también otras tuvieron un buen desempeño. En el desempeño negativo influye la dificultad por el acceso de insumos, por la baja cantidad de reservas del Banco Central. Como eso se libera a cuentagotas constituye un freno a la actividad. También la baja por la sequía no llega a ser compensada en su totalidad, pero hay otros sectores que vienen creciendo. En Fisfe vemos que uno de los sectores que más empuja para arriba es el automotriz, que está en el récord de los últimos 6 años.
LC: ¿Qué otros sectores pueden tirar para arriba en Santa Fe?
SG: Algo que venimos trabajando en Fisfe es el vínculo con los proveedores de algunos sectores que sabemos que tendrán un boom en los próximos años, concretamente energía y minería, todo lo que tracciona Vaca Muerta. Algo vemos con la construcción del gasoducto, pero sabemos que en Santa Fe hay también un amplio entramado de proveedores de oil y gas. Estando lejos de provincias como Neuquén tienen trayectorias muy importantes. Acá hay una industria metalúrgica muy desarrollada y con tecnológica de punta que se desarrolló al calor del polo de la maquinaria agrícola y que está totalmente capacitada para proveer a este sector tan pujante. Eso se está gestando en Santa Fe. Muchas empresas empiezan a diversificarse para constituirse en proveedoras de energía y minería, que es otro de los sectores con mucho impulso y potencial. Es algo que se viene gestionando, desde el 2018 cuando se constituyó la mesa del petróleo, gas y minería, conformada por industriales que son proveedores o buscan serlo. En esto se está trabajando fuerte junto con el gobierno provincial. Argentina va a ser un jugador importantísimo en el tema energético y del litio. Es una gran oportunidad para la industria, no solo por las baterías sino también aguas arriba.
MP: ¿Cómo ves al interior, el territorio, en un nuevo modelo de desarrollo? ¿Qué papel pueden jugar las industrias asentadas allí en este nuevo modelo?
SG: Todas estas oportunidades de las que hablé están vinculadas a sectores con gran diversidad territorial y son economías regionales o provinciales. Hay que aprovechar las oportunidades. Cuando se dice que ese recurso que se extrae no deja nada, digo que eso depende de qué política industrial se lleve adelante y cómo se lo acompañe. A Argentina, desde la últimas décadas, le cuesta mucho crecer sostenidamente. Si vemos la serie de PBI industrial en 2011 era el mismo que en 1974 y en 2021 es un 23% menor que en el 74. Los años de dictadura y los de la década del 90 nos han costado un gran retroceso en términos industriales. Es necesario tener presente que la política industrial es fundamental para que esto pueda sostenerse. Los años de crecimiento que vivimos en la pospandemia que hoy se empiezan a ver interrumpidos por la situación de restricción externa recurrente en el país, dan cuenta de que se necesita diversificar la matriz productiva y no puede depender de un sólo sector. Hay que borrar de un plumazo esa dicotomía entre campo e industria. Pero no podemos depender de si llueve o no llueve para que el país cuente con las divisas para crecer. En esto es clave diversificarse y para eso es necesario política industrial.
MP: ¿Esto está en discusión en estas elecciones?
SG: En este tiempo muchos nos preguntamos por qué no se habla más del rol que estaba teniendo la industria que tuvo niveles récord, algunos que no habían tenido en los últimos 20 años. Eso permitió recuperar parte del terreno perdido, del 2018 y 2019 y ni hablar del 2020. Las discusiones más programáticas sobre el rol de la política están un poco corridas de eje. A veces es más fácil discutir desde un lugar más de la grieta. Es necesario que de ambos lados se ponga de relieve cuáles son las políticas y qué sectores se quieren apuntalar. Esta gestión con un montón de vicisitudes, tuvo una política industrial, hemos visto cuestiones de financiamiento con un rol muy activo del Banco Nación y el Bice, la secretaria de Industria, la recuperación del régimen de bienes de capital que han posibilitado esa recuperación y es necesario que sean sostenidos en el tiempo. La estabilidad macroeconómica es un punto de partida, pero un segundo punto necesario es que las políticas industriales sean sostenidas y que el Estado ayude a la industria a innovar, como pasa en todas partes del mundo. Esto no hace falta irse lejos, Brasil lo tiene o Estados Unidos, que muchas veces algunos sectores desde un punto de vista liberal lo ponen como bandera, es un país donde el Estado tiene un rol fundamental en la innovación y esa innovación derrama a los sectores productivos. No tiene que haber temor a conversar sobre estos temas, es fundamental que se reclame y se ponga sobre la mesa.
Entrevista para La Capital (link)