Nuevo dossier sobre innovación
Cómo la ciencia y la tecnología están impulsando el desarrollo productivo.
Innovación Abierta: Una herramienta para impulsar la transformación productiva
La innovación es un motor esencial para el desarrollo económico en el siglo XXI, y en Argentina, su difusión puede generar una transformación profunda. Tradicionalmente, las empresas han implementado un modelo de innovación cerrado, generando el conocimiento estratégico de manera interna y protegiéndolo estrictamente, evitando su transferencia a competidores. Bajo este modelo las empresas invierten en sus propios departamentos de investigación y desarrollo (I+D), sin involucrar a actores externos. Aunque este enfoque ha sido exitoso en algunas industrias, tiene limitaciones en cuanto a la velocidad de adaptación y la magnitud de las inversiones necesarias para mantenerse competitivas en mercados dinámicos.
Este fue el caso de IBM, una de las primeras empresas en adoptar la innovación abierta como una respuesta a los límites de su enfoque cerrado. IBM, en sus inicios, operaba bajo el paradigma tradicional, invirtiendo fuertemente en I+D interno. Sin embargo, enfrentaba varios desafíos: las crecientes demandas del mercado requerían una mayor agilidad y flexibilidad que no lograba alcanzar únicamente con recursos internos, y la inversión en I+D suponía altos riesgos financieros, lo que limitaba su capacidad de explorar nuevas ideas y tecnologías. En los años 90, inspirado por el creciente éxito del software de código abierto, como Linux, IBM decidió cambiar su estrategia. Abrió sus procesos de innovación, permitiendo que comunidades externas de desarrolladores contribuyeran a sus proyectos, lo que no solo aceleró el desarrollo de nuevas soluciones, sino que también redujo los costos. Este enfoque colaborativo permitió a IBM revitalizar su negocio de software y convertirse en líder en soluciones empresariales, mientras integraba innovaciones que provenían del exterior.
El concepto de innovación abierta desarrollado por Henry Chesbrough surge como respuesta a los desafíos del modelo tradicional. Chesbrough explicó que las empresas debían abandonar la idea de que sólo podían confiar en sus propios recursos para innovar, y en su lugar, buscar asociaciones externas que les permitieran acceder a nuevos conocimientos y tecnologías. Esta estrategia fue particularmente efectiva en industrias como el software, donde la velocidad y la colaboración son esenciales para mantenerse competitivos. En lugar de depender exclusivamente de la I+D interna, las empresas que adoptan la innovación abierta buscan activamente el conocimiento externo y colaboran con startups, universidades, centros de investigación, clientes y proveedores para desarrollar nuevos productos, servicios o procesos. El enfoque les permite reducir costos, compartir riesgos y acelerar el tiempo de desarrollo al aprovechar el potencial de múltiples actores.
La principal diferencia entre ambos enfoques radica en el acceso y gestión del conocimiento: mientras que la innovación tradicional se centra en la protección del conocimiento dentro de los límites de la empresa, la innovación abierta promueve la colaboración y el intercambio de ideas, tanto hacia adentro como hacia afuera de la organización. Así, las empresas pueden integrar ideas externas en sus procesos y, al mismo tiempo, licenciar o compartir sus invenciones con otros actores para maximizar su impacto.
En resumen, el paradigma de la innovación abierta transforma la manera en que las empresas desarrollan sus productos, basándose en la cooperación y la creación conjunta de valor, lo que les permite ser más ágiles y adaptarse mejor a las demandas del mercado.
Empresas como tractoras de innovación
Uno de los pilares fundamentales de la innovación abierta es la capacidad de las grandes empresas para cumplir el rol de tractoras o impulsoras de innovación. Estas compañías reconocen que, para mantenerse competitivas en un entorno global cambiante, necesitan asociarse con actores externos que les permita ser más ágiles y flexibles en sus operaciones. En el proceso de búsqueda de soluciones a sus propios desafíos, también abren nuevas oportunidades de mercado para los emprendedores.
El valor de las empresas tractoras para los emprendedores dinámicos radica en su capacidad de escalar proyectos y soluciones innovadoras, integrándolos en cadenas de valor más amplias. Estas empresas, al vincularse con startups y emprendedores, no solo pueden aportar capital y recursos, sino también acceso a sus redes y conocimientos. Esto permite que las startups crezcan y se consoliden más rápidamente, desarrollando soluciones que pueden aplicarse en el mercado de forma más ágil y eficiente.
Este modelo no solo beneficia a las startups, que acceden a mercados más grandes, sino que también fortalece el tejido empresarial del país al promover la creación de soluciones adaptadas a las necesidades locales y globales.
Innovación Abierta en Argentina: Casos de Éxito
En Argentina, diversas empresas han comenzado a implementar estrategias de innovación abierta, alineándose con este enfoque global. Compañías como Grupo Murchison mediante su vehículo de inversión corporativa Murchison Ventures, Quilmes con su plataforma de innovación abierta Eklos o Grido con Infinito demuestran cómo la vinculación entre grandes empresas y pequeños emprendimientos puede acelerar procesos de innovación y aumentar la competitividad.
Para ilustrar estas colaboraciones, podemos tomar el caso de la startup SiloReal y La Segunda Seguros. SiloReal posee una plataforma que permite a sus clientes conocer el estado de los granos de un silo (humedad, CO2, etc) a través de un dispositivo que se introduce en él. Como cada silo bolsa tiene una ID única y envía alertas sobre daños y robos, entre otras cosas, esto permite a La Segunda convertirlo en un objeto asegurable. La sinergia se encuentra en que el productor que toma un seguro para un silo bolsa, adquiriendo esta tecnología además de monitorear el estado de su cosecha puede prevenir que esos granos se deterioren bajando el riesgo de la póliza.
También podemos mencionar la vinculación entre la startup Sensify y la cervecería Quilmes. En 2021 Quilmes quería mejorar la administración y mantenimiento de los equipos de frío que otorga en comodato a puntos de venta. Mediante sensores en máquinas, la startup le reporta en tiempo real cortes, y mediante análisis de datos predice hasta 60 días antes cuando una heladera se va a romper. Esta asociación le permitió a Sensify escalar rápidamente, proveyendo su solución en los miles de puntos de venta de la empresa y adquiriendo confiabilidad para otros clientes. Además de Quilmes, hoy trabajan con Coca Cola, Arcor y Nestlé, entre otras marcas.
Si bien la implementación de estrategias de innovación abierta requiere dedicar recursos, y las grandes empresas son las que se encuentran en mejor situación para hacerlo, las PyMEs también están incursionando en este mundo. Por ejemplo, constituir un fondo para invertir en startups es algo que está al alcance de pocas empresas, pero asignar una persona encargada de explorar oportunidades de negocio, identificar desafíos internos y vincularse con actores innovadores externos puede ser una tarea abordable para ciertas PyMEs. Para que este proceso sea efectivo existen instituciones que acompañan a las empresas en este camino. Es el caso de Uvitec, la unidad de vinculación tecnológica fundada por la Bolsa de Comercio, la Cámara de Comercio Exterior y la Unión Industrial de la provincia de Córdoba, que a través de un programa de la Agencia Córdoba Innovar y Emprender acompaña a empresas en la definición de desafíos, las vincula con emprendimientos dinámicos o actores del sector científico tecnológico capaces de dar solución a dichas demandas, y las ayuda a estructurar un proyecto de innovación colaborativa.
Federalización de la innovación: un desafío urgente y una oportunidad para las provincias
Un reto importante que enfrenta el país es la concentración geográfica de la innovación. Actualmente, la mayoría de las actividades de investigación, desarrollo e inversión están centradas en la zona centro de Argentina, dejando rezagadas al resto de las provincias. La federalización de la innovación no solo es deseable, sino también necesaria para garantizar un desarrollo más equitativo y sostenible.
Sectores como la agricultura, la minería y el turismo, que son pilares de las economías provinciales, pueden beneficiarse enormemente de este enfoque colaborativo. Por ejemplo, en la provincia de Mendoza, el sector vitivinícola ha comenzado a adoptar soluciones tecnológicas desarrolladas en colaboración con startups, centros de investigación y empresas tractoras. Estas innovaciones incluyen el uso de tecnología para mejorar la eficiencia en el riego y la producción, así como para desarrollar nuevos productos derivados del vino, como subproductos que optimizan la sostenibilidad.
En las economías del NOA y NEA, donde los productos agrícolas tienen un peso significativo en la actividad económica, la innovación abierta puede ayudar a impulsar la competitividad a través de la incorporación de tecnologías agtech y biotecnologías. A través de asociaciones con universidades locales y centros tecnológicos, estas economías pueden desarrollar nuevas variedades de cultivos resistentes al cambio climático, mejorar la trazabilidad de los productos y optimizar los procesos de postcosecha.
Para que las plataformas de colaboración entre grandes empresas y startups no se limiten a los grandes centros urbanos, el rol de las políticas públicas es fundamental. Programas como Impulso Federal, perteneciente al Consejo Federal de Inversiones, cuyo objetivo es promover la creación de startups de base científico-tecnológica en las provincias, han generado espacios donde emprendedores e investigadores locales se vinculan con empresas tractoras de innovación. La Jornada Regional de Innovación Abierta del NEA fue un primer paso para sensibilizar sobre las oportunidades que abre el paradigma de la innovación abierta y promover la vinculación del ecosistema de innovación regional. En el marco de dicho programa, actualmente se están acompañando a un conjunto de empresas de la región para que definan desafíos de innovación y busquen aliados para encontrar soluciones. El próximo encuentro se realizará el 22 de octubre en la provincia de Salta.
Mirando hacia el futuro: más colaboración, más innovación
A medida que Argentina avanza en su camino hacia una mayor apertura en la innovación, es crucial fortalecer la colaboración entre los actores del ecosistema emprendedor. Para ello, algunas acciones concretas pueden incluir:
- Sensibilización sobre la innovación abierta: Aumentar el conocimiento y la comprensión de este modelo entre PyMEs y emprendedores, para que puedan aprovechar las oportunidades que ofrece.
- Fomentar la creación de emprendimientos dinámicos que resuelvan desafíos productivos locales: Basados en la demanda de sectores estratégicos, promoviendo el acceso a financiamiento y mentorías que aceleren su desarrollo.
- Reforzar los vínculos entre universidades, empresas y gobiernos locales: Crear espacios de intercambio y cooperación entre los distintos actores del ecosistema para que las soluciones innovadoras se implementen más rápidamente en sectores productivos clave.
Aumentar la colaboración y la interacción entre estos actores contribuirá a que la Argentina no sólo aumente su nivel de innovación, sino también fortalezca su tejido productivo y mejore la competitividad de sus empresas en este contexto global.
Por Gonzalo Brizuela (@Gonzabrizuela9)
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