Diálogo productivo con Laura Tuero

Luego de casi 10 años de experiencia en el área de producción del Municipio de San Martín, Laura Tuero dio el salto a la gestión nacional en la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedores (SEPYME): primero como directora de Desarrollo Regional, y actualmente como subsecretaria de Financiamiento y Competitividad PyME.

LAURA TUERO

Luego de casi 10 años de experiencia en el área de producción del Municipio de San Martín, Laura Tuero dio el salto a la gestión nacional en la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedores (SEPYME): primero como directora de Desarrollo Regional, y actualmente como subsecretaria de Financiamiento y Competitividad PyME.

En diálogo con Misión Productiva, Tuero detalla cómo encontró a la SEPYME al asumir  y cómo se trabaja para reconstruir programas y equipos técnicos capacitados para llevarlos a cabo de manera eficiente. Además, a partir de su especialización en cuestiones de desarrollo territorial, resalta la importancia de articular con instituciones subnacionales, cámaras, agencias de desarrollo y universidades para generar un vínculo más aceitado entre la necesidad de inversión de las PyMEs y las políticas desplegadas por el Ministerio de Desarrollo Productivo.

Misión Productiva: Trabajaste mucho tiempo en San Martín, un distrito con una fuerte tradición productiva e industrial. ¿Qué enseñanzas rescatás de esa experiencia para tu gestión en el gobierno nacional?

Laura Tuero: Estuve en la gestión municipal entre 2011 y 2019, por lo cual agarré dos modelos macro totalmente distintos. Y eso en el territorio, en el vínculo con las empresas, se notó profundamente. 

Por ahí en el primer período 2011-2015 transitábamos una situación distinta y lo que pasaba era que el municipio era más bien visto por las pequeñas y medianas empresas como un primer mostrador para la habilitación o para trámites de vinculación, que una institución de acompañamiento en el proceso de mejoras productivas o de competitividad. Entre 2016 y 2019 pasó todo lo contrario: al no tener un gobierno nacional ni uno provincial con programas de apoyo o financiamiento competitivo para la producción, el único lugar donde la PyME podía tener algún tipo de asistencia era el municipio. En San Martín tuvimos un Estado presente, que se encargó desde bajar las tasas locales para sostener los costos altísimos de las empresas por los tarifazos, hasta declarar la emergencia textil, sosteniendo la producción local frente a un contexto donde cerraban PyMEs todos los días en Argentina 

Por otra parte, la experiencia en el territorio me permitió conocer de primera mano la diversidad de PyMEs industriales, que en San Martín son cerca de 4.000.

MP: ¿Cómo se puede hacer para tener una mejor bajada territorial de las políticas que se diseñan desde la SEPYME? ¿Cómo es la articulación con los gobiernos nacionales y subnacionales?

LT: Teniendo en cuenta lo que les mencionaba anteriormente, desde la SEPYME tratamos de tener desde el primer momento un vínculo abierto con cualquier municipio, organismo o universidad, ya que son nuestras patas en el territorio. 

Es todo un desafío. La construcción de ese vínculo, que tiene que ser de confianza, y de las capacidades para poder aplicar las políticas públicas de manera eficiente, no es algo que se construya de un día para otro. Si bien esto se aceleró en el inicio de la gestión y en el contexto de pandemia, tuvimos que empezar a reconstruir muchos vínculos y articular con la mayor claridad posible todas las herramientas que tenemos: capacitación, financiamiento, asistencias técnicas, aportes no reembolsables (ANR). Una batería de herramientas inédita en la historia de la SEPYME. Durante la pandemia, la aplicación del ATP y de las distintas líneas de financiamiento nos sirvió muchísimo para articular con los diferentes actores del territorio, lo cual también fue un puente para la etapa actual de reactivación productiva.

Tenemos instituciones, agencias de desarrollo o cámaras que nos pasan los casos concretos de proyectos de inversión, requerimientos, demandas de mejoras, y con nuestro equipo vamos haciendo el seguimiento de forma conjunta. En ese sentido, en estos dos años de gestión se fortaleció este diálogo que antes no había. El desafío ahora es que ese diálogo se profundice y se descentralice porque a veces desde el Ministerio no tenemos los recursos humanos para llegar a toda la cantidad de PyMEs que requieren nuestros servicios. Si no contamos con las secretarías de Producción e Industria de provincias y municipios, con las cámaras sectoriales, con las agencias de desarrollo, y con las universidades, es difícil llegar a todas las empresas. Ya pudimos retomar el diálogo, reconstruir ese entramado de apoyo a PyMEs, y ahora estamos profundizando el vínculo con las PyMEs para poder seguir acompañando sus proyectos de inversión, con herramientas del Ministerio y de la Secretaría.

MP: ¿Cómo encontraron a la SEPYME al momento de asumir tanto en términos de financiamiento como en términos de capacidades institucionales y cómo la ves hoy a dos años de haber asumido?

LT: En Desarrollo Regional nos tocó recomponer un área que directamente no existía, que había sido destruida. En sintonía, la SEPYME prácticamente no tenía instrumentos y no cumplía su rol histórico. La encontramos con pocos recursos y con pocos profesionales formados capaces de afrontar los desafíos de volver a poner en marcha programas y herramientas. 

Tanto el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, como el secretario PyME, Guillermo Merediz, tienen mucha experiencia en estos temas e hicieron un tarea extraordinaria para armar equipos técnicos capacitados y reconstruir la secretaría con ejes estratégicos bien claros, definidos por sus subsecretarías: financiamiento, productividad y desarrollo regional, y emprendedores. Los cambios se reflejan en el presupuesto: pasamos de tener $3.800 millones en 2018 y $3.500 millones en 2019, a tener más de $100.000 millones tanto en 2020 como en 2021.

MP: Recientemente se duplicaron los fondos del programa de Desarrollo Productivo PyME para financiar proyectos estratégicos que busquen incrementar la productividad. ¿De qué se tratan, a grandes rasgos, estos proyectos? ¿Cuáles son los pilares elegidos para orientar este financiamiento?.

LT: Desde el inicio de la gestión se pusieron en marcha más de 30 líneas de financiamiento y este programa en particular fue pensado para complementar este esquema. Está orientada a aquellos proyectos que llamamos estratégicos tanto por el monto de la inversión como por los aspectos que prioriza: incremento de exportaciones, mejoras tecnológicas en el proceso productivo o en productos,  generación de empleo y sustitución de importaciones. También financia a aquellos sectores o cadenas de valor con potencial de desarrollo a largo plazo, como el caso de las energías alternativas.

Para proyectos estratégicos, el plazo de financiamiento puede llegar a 7 años con montos que alcanzan hasta los $1.000 millones, en tanto que el ANR del programa de Desarrollo Productivo PyME permite a las pequeñas y medianas empresas contar con un respaldo más para potenciar sus inversiones estratégicas, en el corto plazo.

Cuando llegamos no existían líneas de estas características. Por ejemplo, en su momento este rol de apoyo a la inversión productiva lo supo cumplir la línea del Bicentenario, y cuando visitás una PyME te suelen decir “ese galpón, esa planta o toda esa tecnología la adquirí con la línea del Bicentenario”. Creo que con este instrumento para proyectos estratégicos va a pasar lo mismo a largo plazo.

La cantidad de proyectos que hay en evaluación demuestra la capacidad de inversión que tiene nuestra industria nacional cuando hay un Estado decidido a acompañarla. Y refleja también el crecimiento de la actividad industrial y de la capacidad instalada.

MP: Muchas veces se habla de que Argentina necesita una banca de desarrollo, pero cuando uno ve el rol que jugó la SEPYME en estos años con el despliegue de diversas líneas de crédito, de cierta manera estuvo financiando al desarrollo. ¿Creés que vale la pena la institucionalización de una banca de desarrollo, o con una mejor articulación entre las distintas herramientas del Estado se puede cumplir esa tarea?

LT: En los países más industrializados el rol del Estado en el financiamiento productivo o en el establecimiento de reglas básicas para el financiamiento PyME es clave. En ese sentido, volver  a poner al Estado en esa función, con el Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP) y el Fondo de Garantías Argentino (FOGAR) fue muy importante. De hecho, se constituyó en Consejo Nacional de Garantías donde participan fondos públicos y privados, para ir avanzando hacia la institucionalización de todos los instrumentos y herramientas. 

El primer paso fue poner en marcha el aparato del Estado para acompañar al sector productivo con financiamiento. Al inicio de la gestión, los bancos, sobre todo los privados, desconfiaban de que el Estado garantizara el financiamiento de las PyME a través del FOGAR, porque no había una experiencia previa. Guillermo (Merediz) está muy comprometido en la importancia de que el Estado sea eficiente en cumplir los plazos, y ese cumplimiento llevó a que hoy la banca solicite el acompañamiento del FOGAR y del FONDEP. Creo que el camino hacia la banca de desarrollo se inició, y es muy importante avanzar en su institucionalización.

MP: Sabemos que las grandes empresas en general tienen más facilidades para incorporarse en el mundo de la industria 4.0 mientras que para una PyME esto es un desafío mayor. ¿Cómo ves a las empresas más chicas en el proceso de transformación digital? ¿Ves interés en incorporar tecnología en los procesos productivos o aún hay cierto temor asociado a la desinformación?  

LT: Algunas PyMEs piensan que la industria 4.0 es sinónimo de robotización y de dar un salto tecnológico brusco. Entonces hay cierto temor a cambiar radicalmente el modo de producir. Pero a veces un proceso más simple de digitalización de procesos administrativos vinculados a lo productivo es un paso hacia la industria 4.0, y desde el Ministerio de Desarrollo Productivo trabajamos para facilitar ese camino.

La pandemia aceleró los procesos de digitalización, con el e-commerce y el trabajo remoto. En ese marco, muchas PyMEs le perdieron el miedo a las mejoras tecnológicas. Visitamos muchas empresas y los niveles de tecnología son importantes; en muchos sectores no tenemos nada que envidiarle a otras industrias del mundo. Hay una oportunidad enorme de seguir avanzando y apostando a la industria 4.0, que se está acelerando a nivel mundial, y en la SEPYME buscamos potenciar ese proceso.

MP: ¿Qué herramientas del Estado son necesarias para acompañar a las PyMEs en este proceso y cuáles están actualmente a disposición? 

LT: Hay varias políticas productivas que pusimos en marcha, vinculadas a capacitación, sensibilización o asistencias técnicas. En el inicio de la gestión tuvimos que recomponer programas como el histórico Programa de Apoyo a la Competitividad (PAC), que lo orientamos hacia asistencias técnicas para mejoras de productividad, fundamentalmente  vinculadas a digitalización PYME, desarrollo sostenible y certificaciones de calidad para exportación. Después eso se vincula con las líneas vigentes para inversión productiva.

Por otro lado, pusimos a disposición el programa de Desarrollo Productivo Pyme, como comentaba anteriormente, con un Aporte No Reembolsable (ANR)de hasta $40 millones orientado para aquellas empresas que, después de años de caída en la producción industrial, no cuentan con balances que les permitan acceder  al financiamiento necesario para proyectos estratégicos de inversión, con los bancos. Como más de 270 empresas superaron el puntaje de proyectos buenos, la mayoría asociados a mejoras tecnológicas, ampliamos los fondos desde $3.000 millones hasta más de $8.800 millones.

MP: A veces hay cierta disociación entre investigación, universidades y mundo productivo. La SEPYME viene trabajando con convocatorias y financiamiento a centros tecnológicos universitarios. ¿Cómo creés que ese programa puede reducir esa brecha?

LT: Así como Matías (Kulfas) y Guillermo (Merediz), gran parte del equipo también venimos del ámbito universitario. Cuando estaba en el municipio comenzamos la articulación con el centro PyME de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), y ahora apostamos por fortalecer el vínculo a nivel nacional. Con los centros universitarios PyME estamos poniendo en valor estos espacios de vinculación entre cada universidad nacional y el territorio, no solo para facilitar la llegada de las herramientas de la secretaría, sino también para que cada universidad pueda vincular aquellas investigaciones y áreas de conocimiento en las cuales se destacan con el sector productivo de su entorno, e incluso entre las mismas universidades. 

En 2021 fue la puesta en marcha y ahora en 2022 tenemos el desafío de fortalecer el vínculo entre los centros; que si una PyME necesita asistencia con la transformación digital pueda ser derivada al centro de la universidad o centro tecnológico que se especializa en ese tema. Porque no sólo las universidades cuentan con estas herramientas y equipamientos, también hay muchos centros tecnológicos del ámbito privado, o mixtos (público-privados), compuestos por cámaras empresariales sectoriales y el sector público de ciencia y tecnología, que tienen tecnología de última generación y brindan importantes servicios a las PyMEs.

Siempre cuesta la articulación entre el sistema científico-tecnológico y el productivo, pero cuando se logra tiene un impacto inmediato y significativo en cuanto a mejora tecnológica, desarrollo de producto e innovación. Nunca el Ministerio había tenido un espacio institucionalizado de vinculación con las PyMEs dentro de una universidad. Es una construcción que iniciamos en esta gestión junto a la Secretaría de Políticas Universitarias.

El círculo no es universidad-pyme, sino Estado-universidad-pyme. Y con Estado me refiero tanto a Estado nacional, como provincial y local. Sin eso, el vínculo entre universidad y PyME no siempre sucede naturalmente. 

MP: ¿Tiene la SEPYME políticas para reducir las desigualdades de género?

LT: Tanto en las áreas de capacitación, asistencia técnica, financiamiento o ANR priorizamos la inclusión de mujeres o identidades no binarias en las PyMEs. Tenemos nueve líneas de financiamiento con un cupo mínimo destinado a empresas lideradas por mujeres o con mayor cantidad de mujeres participando en el capital accionario. En los programas que están orientados a la generación de empleo hay mayores beneficios cuando se trata de mujeres e identidades no binarias. También desarrollamos una diplomatura orientada a la incorporación de perspectiva de género en el sector productivo, en la cual se inscribieron 400 personas, que es muchísimo para una primera edición. 

En paralelo, trabajamos la mirada de género hacia adentro de la SEPYME, con asistencia a todos nuestros equipos.

MP: Por último, queríamos tocar otra temática que el Ministerio viene trabajando, que es el Desarrollo Productivo Verde. ¿Cómo están abordando la cuestión ambiental desde la secretaría?

LT: Al igual que con la cuestión de género, otro de los ejes transversales es el desarrollo sostenible/ambiental. En el marco del plan productivo verde del ministerio tenemos el plan PyMEs Verdes, que se compone de una línea  específica de financiamiento orientada a la adecuación ambiental, pero el resto de las líneas que brindamos también dan mayor puntaje en la evaluación cuando el proyecto tiene un impacto positivo en la reducción del impacto ambiental. Esta línea también se complementa con el programa de ANR para asistencias técnicas orientadas a la mejora ambiental de la PyME y los programas de capacitación en temática ambiental para los sectores productivos.

Por Martín Alfie, Paloma Varona y Santiago Reina