Aprovechar el potencial traccionador del agro para impulsar la maquinaria agrícola

El Plan Argentina Productiva 2030 procura transformar el entramado productivo del país con vistas a mejorar los indicadores sociales, económicos y ambientales. La misión 10 se propone crear encadenamientos a partir del sector primario para generar más trabajo y desarrollo. Para ello, la producción de maquinaria agrícola cumple un rol central en la generación de eslabonamientos productivos en la cadena agropecuaria.

Aprovechar el potencial traccionador del agro para impulsar la maquinaria agrícola

El Plan Argentina Productiva 2030 procura transformar el entramado productivo del país con vistas a mejorar los indicadores sociales, económicos y ambientales. En particular, la misión 10 se propone crear encadenamientos a partir del sector primario para generar más trabajo y desarrollo. En este marco, se estudiaron las potencialidades de apuntalar distintos segmentos del sector agroindustrial y sus proveedores, siendo este uno de los principales protagonistas en una eventual expansión de las exportaciones argentinas durante la próxima década. Para ello, la producción de maquinaria agrícola cumple un rol central en la generación de eslabonamientos productivos en la cadena agropecuaria. La presente nota sintetiza sus contenidos, cuyo documento completo puede encontrarse aquí.

Panorama global

Con una superficie cosechada estable, el avance tecnológico (posible principalmente por el desarrollo de organismos genéticamente modificados y la mecanización) permitió triplicar el volumen de producción de granos en la segunda mitad del siglo XX. A su vez, en las primeras dos décadas del siglo XXI el incremento productivo -medido en cereales por hectárea- fue del 30% a nivel mundial, mientras que en Argentina fue del 50%. En este sentido, las mejoras técnicas asociadas a la maquinaria agrícola van configurando las posibilidades para potenciar la capacidad de producir alimentos en nuestro país y el desenvolvimiento del sector dedicado a su fabricación permite vislumbrar la generación local de dichas capacidades de un modo particular.

El sector de la maquinaria agrícola comprende dentro de la industria manufacturera y de su complejo metalmecánico todas aquellas empresas dedicadas a la fabricación de bienes de capital, implementos y sus partes para su posterior utilización en el universo agropecuario. En concreto, los equipos considerados incluyen autopropulsados (principalmente tractores y cosechadoras) e implementos de arrastre (sembradoras, acoplados, tolvas, entre otros).

A lo largo de las últimas décadas, las empresas líderes del mercado mundial han relocalizado su producción en países diferentes a los de su origen, un fenómeno denominado offshoring. Así, cuando analizamos la participación en las exportaciones mundiales de cosechadoras desde una perspectiva de mediano plazo, se observa que entre los años 2000 y 2021 existe una relación inversa en lo sucedido entre Alemania (-4%) y Polonia (+4%) así como en la trayectoria de EEUU (-11%) respecto a China (+6%) y Tailandia (+6%).

Gráfico 1. Participación mundial en las exportaciones de cosechadoras

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Elaboración propia a base de datos provistos por Comtrade.

En un contexto en el que cuatro empresas multinacionales representan más de la mitad de las ventas de maquinaria agrícola en el mundo, la consolidación de ciertas tendencias en la producción y comercialización internacional deviene relevante para comprender y definir las posibles proyecciones de inserción de nuestro país.

Panorama local

En cuanto a su performance exterior, el sector en Argentina es sostenidamente deficitario en su balanza comercial. De todos modos, su evolución no es unívoca, presentando períodos en los que dicho resultado se reduce y otros en los que el mismo se acentúa, como se observa de manera notable en 2017.

Gráfico 2. Comercio exterior del sector en Argentina, en millones de dólares

Aprovechar el potencial traccionador del agro para impulsar la maquinaria agrícola

Elaboración propia. Metodología explícita en Documento de Trabajo.

Si bien las ventas en el mercado interno están representadas principalmente por unidades nacionales, una porción significativa de los insumos utilizados es importado, explicado en buena medida por los módulos estandarizados de las empresas multinacionales. Además, las unidades importadas como equipo terminado no se ven compensadas por volúmenes significativos de exportaciones, configurando un resultado negativo en la balanza comercial.

Gráfico 3. Evolución anual acumulada entre 1996 y 2020

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Elaboración propia a base de datos provistos por OEDE – MTEySS.

A nivel local, la actividad de fabricación de maquinaria agrícola es más dinámica en la creación neta de empresas y en el registro de trabajadores respecto a todas las ramas que la agrupan, aunque se ubica por debajo de la evolución del total nacional.

Sin embargo, en la última década y media se observa un deterioro en el salario mediano de las tres actividades fabriles del sector respecto al salario de la industria manufacturera. Entre estos, el salario más perjudicado es el de los trabajadores dedicados a la fabricación de implementos agrícolas, el cual, a su vez, parte de un menor nivel. Además, es la única actividad entre las tres referidas que redujo entre puntas su nivel de empleo registrado para el período analizado.

La reducción de puestos de trabajo en la actividad “fabricación de implementos” más que se compensa por el aumento neto de las otras dos actividades, resultando en un aumento neto en los puestos de trabajo registrados del sector a nivel agregado. En cuanto a la participación femenina, su incidencia en el empleo es significativamente baja (9,7%), menor que la de la industria manufacturera (18%) y de la economía en su conjunto (33%). La mayor brecha se observa en la fabricación tractores, donde la participación femenina del empleo registrado no alcanza el 4%.

Desarrollo territorial

La perspectiva geográfica deviene relevante, ya que las empresas dedicadas a la fabricación de maquinaria agrícola se radican generalmente en localidades cercanas a los centros de demanda en el interior de las provincias agropecuarias más relevantes. Es por ello que, en pos del desarrollo territorial, existen particularidades del sector que permiten esbozar lineamientos específicos con perspectivas de fortalecimiento federal del entramado productivo.

Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe acumulan el 85% de la producción nacional. Si bien expresan características compartidas (la estructura del empleo por tamaño de empresa, el paquete tecnológico argentino y la formación de capital humano homogénea en el país), cada una refleja elementos característicos que al ser abordadas en sus especificidades permiten lograr una mayor profundidad en la política de desarrollo productivo a implementar en cada ubicación.

En Santa Fe predomina la producción de acoplados y tolvas. La articulación científico-tecnológica con el sector productivo posibilitan un entramado de instituciones favorable al mejor desarrollo de las capacidades humanas para la investigación, el desarrollo y la innovación por parte de actividades conjuntas entre INTI, la DAT, el CIDETER, los talleres ocupacionales y los departamentos técnicos universitarios.

En Córdoba se encuentra la empresa nacional de tractores Pauny. En esta provincia, el 91% de los establecimientos productivos de maquinaria agrícola se localizan en el interior, principalmente al Este y Sudeste, alcanzando una gran participación en el empleo en algunas localidades como Monte Maíz, Arias, las Varillas y Marcos Juárez en las que los trabajadores del sector representan más del 10% de la PEA. Si bien la provincia se especializaba en maquinaria de arrastre, en el último tiempo aumentó su producción de maquinaria autopropulsada. El servicio pos-venta se encuentra más tercerizado que en la PBA y Santa Fe, haciendo propio tan sólo la mitad del mismo.

En Buenos Aires existen más incentivos a la integración intra-firma que en las provincias previamente mencionadas (principalmente en derivados del acero), debido a la mayor distancia geográfica entre las empresas a lo largo y ancho del territorio bonaerense. A pesar de la relevancia como primer destino de las ventas de maquinaria agrícola a nivel nacional, el sector fabricante de maquinaria agrícola en la provincia de Buenos Aires no ha logrado posicionarse como el principal proveedor en dicho mercado. De todos modos, tiene una destacable inserción internacional, dado que el 33% de las empresas bonaerenses realizan exportaciones, superando a sus pares santafesinas (23%) y cordobesas (21%).

Propuesta de política sectorial

En este marco, el sector de maquinaria agrícola presenta un amplio potencial, el cual no sólo se vincula con las capacidades locales ya desarrolladas, sino también con los espacios para la innovación y sustitución de productos importados, así como el aprovechamiento de competencias para aumentar las exportaciones. A pesar de la elevada heterogeneidad hacia el interior de sector, es posible identificar oportunidades en ciertos rubros específicos, pero también a nivel horizontal, de forma tal de fortalecer el conjunto del entramado sectorial.

En este sentido, se señalan tres segmentos específicos donde concentrar los instrumentos de política. Por un lado, el cambio de paradigma orienta al impulso de la siembra directa como paquete tecnológico a partir de incorporar las últimas innovaciones en materia de componentes electrónicos. Por otro lado, en el segmento de autopropulsados se observa espacio para la mayor integración de componentes nacionales en los módulos que utilizan las empresas multinacionales para la producción a escala. El tercer segmento donde existen capacidades para continuar explotando es la agricultura de precisión, en el cuál Argentina se encuentra en la frontera tecnológica junto con EEUU, potencial acrecentado por el avance que ha mostrado la industria del software en nuestro país en la última década.

A nivel horizontal, fortalecer la red de agropartistas nacionales y el desarrollo de las AgTech permitiría contribuir a mejorar la competitividad agregada del sector. Para lo primero, resulta fundamental la coordinación entre fábricas terminales de sembradoras e implementos agrícolas para alcanzar una mayor estandarización en ciertas partes y componentes, permitiendo la producción tercerizada con series más largas y menores costos de matricería, redundando en mejoras de competitividad. En particular, deviene imprescindible la participación de las empresas multinacionales en el proceso, que actualmente registran los menores niveles de integración de piezas fabricadas localmente. En cuanto al desarrollo de las AgTech, nuevas inversiones en equipamiento, el desarrollo de una red de posventa y la concreción de nuevas alianzas con fabricantes nacionales de máquinas agrícolas permitirían impulsar la expansión en el mediano plazo de las empresas del sector, generalmente pequeñas, disociadas de los fabricantes de maquinaria y dispersas entre sí. Espacios como la flamante plataforma AgTech.Ar constituyen pasos concretos en este sentido.

Puede leerse el Documento completo de la misión desde aquí.

Puede acceder al sitio de la Misión 10 dentro de AP2030 desde aquí.