Cadena de Valor | Que crezcan mil semillas

El viernes pasado se aprobó la soja HB4 en China, lo que representa uno de los hitos más importantes para la biotecnología argentina, fundamentalmente para la aplicada a la producción agrícola. Esto no fue un hecho aislado, sino que es el cénit de un trabajo que comenzó la Doctora Raquel Chan hace más de 25 años, cuando en nuestro país a los científicos los mandaban a hacer tareas del hogar". Hoy vamos a repasar un poco de qué se trata este acontecimiento y qué consecuencias puede tener.

soja hb4

¡Buen día! ¿Cómo les va? Les mando saludos desde Las Breñas, Chaco.

Esta semana estoy haciendo algunas recorridas por trabajo y no tengo mucho por decir. Solo recordar que tenemos un país hermoso y que vale la pena hacerse el tiempo para recorrerlo y pensar constantemente en cómo ponerlo en valor. En cierta forma, de eso se trata un poco el newsletter de hoy.

“Vayan a lavar los platos”

El #CadenadeValor de hoy es sobre uno de los temas que más me gusta: la tecnología aplicada al agro. El viernes pasado se aprobó la soja HB4 en China, lo que representa uno de los hitos más importantes para la biotecnología argentina, fundamentalmente para la aplicada a la producción agrícola. Esto no fue un hecho aislado, sino que es el cénit de un trabajo que comenzó la Doctora Raquel Chan hace más de 25 años, cuando en nuestro país a los científicos los mandaban a hacer tareas del hogar». Hoy vamos a repasar un poco de qué se trata este acontecimiento y qué consecuencias puede tener.

Arranquemos desde cero: ¿qué es la soja HB4?…  o más bien, la pregunta correcta sería: ¿qué es el Hahb-4? Siempre trato de reducir los tecnicismos al mínimo en los newsletter pero hoy me costó controlarme, así que este va a ser mi permitido del día. El Hahb-4 es un gen que descubrió y logró aislar la Doctora Raquel Chan junto con su equipo en 2004, y que es el responsable de que la planta del girasol tenga mayor tolerancia a la sequía y a la salinidad que otros cultivos. Ese gen fue patentado por CONICET a partir de dicha investigación y esa patente se licenció a Bioceres, que desarrolló toda una tecnología a partir de ese gen, que es la tecnología HB4. Esta tecnología es aquella que se utiliza para insertar este gen por transgénesis en otros cultivos de interés y que permite concederles las mismas propiedades (tolerancia a la sequía y a la salinidad) a otros cultivos. Tras una adaptación y un mejoramiento de ese gen, hoy Bioceres trabaja con el HB4 modificado. Con esta tecnología, los cultivos incrementan entre 1% y 25% su rendimiento promedio respecto del estándar según el nivel de estrés hídrico que atraviesen (cuanto más estrés hídrico, más brecha de productividad con la semilla sin HB4), y esto lo hacen sin perder ninguna de sus otras propiedades: es decir, es todo ganancia de productividad.

trigo hb4

Bueno, la soja HB4 entonces no es otra cosa que aquella soja que está modificada con esta tecnología y adquiere esa capacidad de tolerancia a la sequía. Y es producto de una investigación de científicos nacionales y un desarrollo tecnológico de una empresa (hoy multinacional) de capitales argentinos. Esa empresa es Bioceres, que fue fundada en 2001 por cerca de 300 socios (entre los que se cuentan Hugo Sigman, Gustavo Grobocopatel y Víctor Trucco, padre del actual CEO Federico Trucco) justamente con el objetivo de desarrollar genética en Argentina para el desarrollo del sector agrario.

Entonces, ¿cuál fue el hito del viernes pasado y por qué es tan importante como para que las acciones de Bioceres subieran un 26% en la bolsa estadounidense? Bueno, el punto es que China, que es el principal consumidor mundial de soja, aprobó la importación y comercialización de la soja HB4 en su país. Esto quiere decir que a partir de ahora se le podrá vender este tipo de soja, lo que puede transformar el panorama productivo del agro de nuestro país.

¿Por qué todo depende de una aprobación de un organismo regulador en el otro lado del mundo? El punto central detrás de todo esto es que la soja HB4 (y cualquier cultivo desarrollado con dicha tecnología) no es otra cosa más que un Organismo Genéticamente Modificado (OGM). Y existen grandes exigencias para la aprobación del uso, producción y comercialización de OGMs. Además, se debe aprobar individualmente en cada uno de los países a los que se quiera exportar o en los que se busque insertar la tecnología. De esta forma, esto demanda tiempo e inversión, y más aún si sos argentino y te estás metiendo en un mercado dominado (e indirectamente regulado) por empresas de países centrales.

Bioceres patentó el HB4 modificado en 2012 en Argentina, y recibió la aprobación para la soja HB4 recién en 2015 en nuestro país. A nuestro país le siguieron Brasil (2019), Estados Unidos (2019), Paraguay (2019) y Canadá (2021), que son los principales exportadores de la oleaginosa. Cada una de esas aprobaciones representó un gran impulso para la tecnología HB4. Sin embargo, ninguno de ellos generó en principio un cambio productivo: producir algo resulta un esfuerzo inútil si después no tenés a quién vendérsela; y el principal consumidor es China. En mercados de este tipo, además, se tiene que tener cuidado con el cruce y la mezcla de semillas y granos, porque se puede comprometer una producción entera; por eso la producción en Argentina para uso de mercado interno, por ejemplo, estaba en stand by pese al aval del organismo de control nacional. Por todo esto, la aprobación por parte del mercado de destino resulta fundamental, y ahí es donde el hito del viernes pasado se vuelve tan trascendental.

Obviamente, mientras tanto Bioceres no se quedó de brazos cruzados y trabajó durante todo este tiempo en escalar la producción de semillas con el programa Generación HB4. Porque si bien no se podía usar la soja para el mercado comercial, sí le resultaba importante empezar a hacer stock de semillas para que, cuando sucediera esto, tuviera suficiente para salir a proveer a los productores del nuevo paquete tecnológico (que además se completa con los fitosanitarios de Rizobacter, la empresa de agroquímicos del Grupo Bioceres; ¿qué trucazo, no?).

¿Y qué cambios puede llegar a generar esto en el agro argentino? En primer lugar, la tolerancia a la sequía puede reducir el impacto que tienen estos eventos climáticos ­­–que por cierto son cada vez más frecuentes– sobre la producción sojera, dando mayor estabilidad al ingreso de divisas y a los ingresos del sector agropecuario. Por otro lado, una adopción difundida a nivel global puede reducir también la volatilidad en los precios del commodity ante la ocurrencia de estos eventos en distintos países. En segundo lugar, puede permitir una expansión del cultivo hacia zonas aún más áridas, expandiendo la frontera agrícola de nuestro país (que hoy en día ya llega hasta Salta) e incrementando el producto agrícola. Por otro lado, en el largo plazo puede morigerar el impacto que pueda llegar a tener sobre la producción una mayor salinidad de nuestros recursos hídricos y nuestros suelos, que representa uno de los grandes riesgos en la actualidad para nuestras tierras y es una amenaza para el desarrollo agrícola.

Ahora bien, la contracara de esto puede ser una sojización aún mayor de nuestro agro por la brecha de productividad que pueda generar sobre el resto de los cultivos… al menos en tanto no se aplique esta tecnología en otras semillas. Y justamente sobre ese tema hubo novedades a finales del año pasado, cuando en Brasil se aprobó la comercialización y el consumo de trigo HB4. Si bien Brasil es nuestro principal comprador de trigo, esto aún no representó un cambio en la matriz productiva cerealera argentina, en tanto aún existen temores de que se pierdan otros mercados. Sin embargo, ya muestra resultados sorprendentes en cultivos de prueba y se espera un gran impacto en el trigo con la aprobación del HB4 en más mercados. 

Esta tecnología es un gran avance para enfrentar uno de los grandes desafíos que tendrá la humanidad en el futuro, que es garantizar la seguridad alimentaria para más de 7.000 millones de personas. Y es una tecnología desarrollada íntegramente en Argentina, lo cual pone en valor los resultados que se pueden obtener con la combinación de nuestro sistema científico-tecnológico y la iniciativa privada. Muchas veces no se valora en el país el aporte tecnológico que hace el agro, se asocia mucho la tecnología al sector industrial y hoy la tecnología en el agro es fundamental para enfrentar los desafíos del futuro. Revisando las ediciones del sábado de los principales diarios, ninguno dio a la noticia espacio alguno en su tapa. Hay que poner en valor el desarrollo tecnológico en nuestro agro, así como lo hacemos con la industria satelital o nuclear o como celebramos los récords de producción y empleo en el sector automotriz y en el software. Y de la misma forma que hoy se valora al sistema científico argentino (no como lo hizo Cavallo en los 90s) por sus importantes resultados en distintas áreas del conocimiento y la tecnología, y por logros como este y los próximos que vendrán.

Si querés leer más del tema, te dejo algunas cositas que te pueden llegar a interesar:

Si les interesa saber el rol que cumple la biotecnología en el desarrollo económico y productivo, les dejo este paper de Roberto Bisang, Mercedes Campi y Verónica Cesa que es muy completo en su estudio, enfocándose además en el rol de las instituciones públicas para lograr sinergias.

Investigando un poco encontré la tesis de maestría de Melisa Girard, que me pareció muy completa porque atraviesa todo lo relevante (desde la tecnología hasta la estrategia de comercialización) para el desarrollo argentino de la soja HB4 y para otro caso más, la papa resistente al PVY.

A modo de #Autobombo1 les comparto este hilo que publiqué en Noviembre tras la aprobación en Brasil.

Por último, les recomiendo para desasnarse sobre algunas cuestiones vinculadas a la transgénesis esta entrevista que le hicieron a la Dra. Raquel Chan en Radio con Vos en noviembre del año pasado, en el marco de la aprobación de la comercialización de harina de trigo HB4 en Brasil.

Otros temas para seguir de cerca:

El sector vinculado a la energía del futuro sigue generando interés en Argentina en las últimas semanas:

  • La semana pasada se alcanzó un acuerdo entre la provincia de Tierra del Fuego y las empresas MMEX Resources Corp y Siemens Energy, que dará lugar a una nueva inversión en hidrógeno verde en nuestro país. De acuerdo a lo anunciado, la inversión será de cerca de US$ 500 millones y producirá unas 20.000 toneladas al año (aproximadamente un 10% de lo proyectado por Fortescue en Río Negro). El proyecto se instalaría en la ciudad de Río Grande, con un parque eólico y una planta de electrólisis, y demoraría aproximadamente dos años de desarrollo.
  • Además, Marcos Bulgheroni, el CEO de Pan American Energy Group, anunció que la empresa está interesada en desembarcar en el sector del litio en Argentina. Si bien la firma está vinculada tradicionalmente al sector de Oil & Gas, hace tiempo ya tiene inversiones en energía eólica en Chubut y en Brasil. En este sentido, destacó que la empresa quiere profundizar su cartera en energías renovables y que el litio es la base de la sustentabilidad del futuro por su rol clave en la electromovilidad.

Finalmente, el martes pasado Matías Kulfas presentó el nuevo régimen de Bienes de Capital 4.0. El nuevo decreto modifica al régimen que estaba vigente desde 2001 y moderniza su sistema con aplicabilidad automática, basada en el buen funcionamiento mostrado por el Régimen de Economía del Conocimiento. Además, prioriza y fomenta las inversiones en I+D, la adopción de tecnologías 4.0 y la exportación de equipos, promoviendo el dinamismo, la competitividad y la sustentabilidad externa del sector.

Autobombo #2: la semana de Misión Productiva.

En la última semana publicamos esta nota muy interesante de Sebastián Foti sobre la historia e importancia de las compras públicas como impulsoras del desarrollo para sectores estratégicos.

En un nuevo #DiálogoProductivo, entrevistamos Guillermo Abdala Bertiche, Director Nacional de Acuicultura, quien nos contextualizó esta actividad en Argentina. Muy recomendable para quienes no conozcan mucho del sector.

Por último, y muy en sintonía con este newsletter, Gonzalo Brizuela escribió esta nota sobre el ecosistema emprendedor de Santa Fe, donde menciona el nacimiento de Bioceres entre otras empresas. 

Espero que este newsletter les haya gustado y les haya abierto la cabeza sobre el dinamismo que tiene el sector agropecuario argentino hoy en día como me sucedió a mí hace algunos años. 

Un abrazo y nos leemos en dos semanas.
Pablo

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