La Industria Química – Petroquímica tiene como insumos básicos el gas natural, el carbón, cortes de refinerías de petróleo y minerales, ofreciendo una variedad de productos que se multiplican a medida que la producción se traslada aguas abajo en la cadena de valor; por lo cual se considera “Industria de Industrias”. La cadena de valor se caracteriza por ser de capital intensivo, requerir mano de obra altamente calificada y tecnología de punta.
La Industria Química – Petroquímica constituye uno de los pilares más importantes sobre lo que se desenvuelve la vida cotidiana. Sus productos son indispensables para asegurar la disponibilidad, calidad y preservación de los alimentos, medicamentos y productos para la salud, la limpieza y el cuidado personal, la vivienda, la vestimenta, la educación, el transporte, las comunicaciones, y en general para casi todos los productos y servicios característicos de la vida moderna. Esto permite aseverar, sin lugar a duda, que la vida moderna no sería concebible en su forma presente sin el concurso de la industria química y petroquímica.
Debido al impacto de la Química y Petroquímica en el desarrollo de la vida diaria y el bienestar general, el crecimiento del sector fue y se estima que seguirá siendo algunos puntos porcentuales por encima del producto bruto mundial.
Las inversiones en proyectos petroquímicos consideran las siguientes variables para su concreción:
1) Materias primas y energía abundante y competitiva,
2) Acceso a mercados para comercializar productos en forma sustentable,
3) Construcción de plantas de escala mundial y de tecnología competitiva. Baja Huella de Carbono, clave para conseguir financiamiento.
El impacto en Estados Unidos con abundancia de gas natural y líquidos de gas natural (Natural Gas Liquids / NGLs) es sorprendente. En el periodo 2010-2018 se lanzaron 266 proyectos de plantas petroquímicas, se invirtieron aproximadamente 200 billones de dólares y como consecuencia generaron un superávit de 30 billones de dólares en la balanza petroquímica. Se crearon 780.000 nuevos puestos de trabajo (10% en la petroquímica, 45% en empresas de servicios y 45% en comunidades por efecto derrame).
La petroquímica en Argentina desde la década del 40 ha atravesado cuatro olas de desarrollo. La primera se inicia con la puesta en marcha de la planta de tolueno en Campana iniciándose un proceso de sustitución de importaciones. La segunda, en la década del 60 cuando el gobierno nacional inicia un proceso de “Promoción de la Industria Petroquímica” llegando a producir 500.000 toneladas/año de productos petroquímicos. La tercera ola se da en las décadas del 70 y los 80, con la creación de los dos polos más importantes del país: Ensenada y Bahía Blanca, en esta última locación se construye el primer cracker base gas natural (etano). La cuarta y última ola se produce en la década del 90 cuando se construyen plantas de escala mundial integradas al gas natural con una expansión muy importante del Polo de Bahía Blanca, llegándose a producir 7 millones de toneladas/año de productos petroquímicos.
Todas estas “olas de crecimiento” se dieron por tener acceso a materias primas suficientes en cantidad y acceso a un mercado regional demandante de productos químicos.
La potencialidad de los recursos No Convencionales en Argentina: Vaca Muerta
En el año 2011 la Agencia de Información de Energía de los Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés) publicó un informe indicando los potenciales recursos técnicamente recuperables de hidrocarburos No Convencionales en diferentes cuencas hidrocarburíferas del mundo, entre las que se encontraba –en un lugar preponderante– la Cuenca Neuquina y su roca generadora principal, Vaca Muerta. De acuerdo con el informe, el play de Vaca Muerta está ubicado en el cuarto lugar en recursos No Convencionales (NC) de petróleo y segundo en recursos NC de gas natural.
La Roca Madre de Vaca Muerta demostró ser de primera clase mundial y los mejores pozos horizontales tanto de petróleo como de gas natural son similares y aún mejores en productividad comparados con el yacimiento Permian, play estrella de Estados Unidos.
Como no se prevén inversiones en nuevas refinerías al menos para la próxima década se estima que la oferta de materias primas petroquímicas provenientes de Refinerías se mantendría constante. En el caso del gas natural, los recursos potencialmente explotables (308TCF) representan 190 años de suministro a los consumos de hoy. Con similitud a lo ocurrido en el Golfo de Estados Unidos, la abundancia de gas natural y sus líquidos, en condiciones competitivas, podrían dar un proceso virtuoso de inversiones petroquímicas.
En consecuencia, el desarrollo considera los productos petroquímicos derivados del metano –como el metanol y urea y derivados de los Líquidos de Gas Natural (natural Gas Liquids o NGL-s) tales como etano y propano dando lugar a potenciales inversiones en resinas plásticas como Polietileno y Polipropileno–.
Para llegar a ese punto de quiebre que dispare inversiones, se debe desarrollar una demanda de gas natural impulsada por mayor consumo interno (nuevos gasoductos troncales), exportaciones a países limítrofes y Gas Natural Licuado (LNG) a regiones off shore proceso que tomará un periodo y permitirá la maduración de los proyectos petroquímicos.
La mayor oferta de gas natural va a permitir firmar contratos de provisión de materia prima (metano, etano y propano) de largo plazo ( mínimo entre 15 y 20 años) que permita la financiación y repago de los proyectos. Es imprescindible remarcar que Argentina compite por capital para estos proyectos con otras regiones con abundantes y competitivas materias primas.
Los potenciales proyectos analizados son:
-Urea, que representa el 50% de los fertilizantes que se consumen en el mundo donde Argentina y Brasil son mercados demandantes y este último con un déficit anual por arriba de las siete millones de toneladas/año.
– Metanol, químico con amplios usos finales y entre ellos como materia prima para producción de Biodiesel. Además de ser una opción como combustible para barcos.
– Polietileno (PE), producto que genera una cadena de valor muy importante, empezando por la separación del etano del gas (separación de Líquidos de Gas Natural) que es materia prima para producir etileno y este conduce al PE.
– Polipropileno, que necesita al propileno como materia prima que se podría producir a través de Deshidrogenación de Propano (PDH), generando otra cadena de valor muy importante.
– Otros productos petroquímicos producidos en el país, pero con menores posibilidades de estar en este primer periodo inversiones.
Dándose ese proceso virtuoso de inversiones similar a lo que sucedió en Estados Unidos, podemos inferir que las inversiones en plantas petroquímicas (mencionadas en este documento) podrían ser de aproximadamente 10.000 millones de dólares, generando un consumo adicional de gas natural de 15 millones de m3/d. Asimismo, prevemos que el sector tendría exportaciones adicionales de 4.000 millones de dólares por año.
Para que los proyectos arriba mencionados puedan ser evaluados y generar las inversiones correspondientes, hay condiciones generales necesarias que se deberán tener en cuenta:
– Impulsar una política de estado que permita la planificación y operación inteligente de la matriz energética privilegiando el agregado de valor de toda la cadena energética.
– Dar impulso a una política de estado que facilite la monetización de los recursos de Vaca Muerta, tomando al gas natural como un combustible de transición que impulse la economía y reduzca la huella de carbono.
– Invertir en infraestructura para tratar el gas natural en yacimiento y acondicionarlo para evacuarlo en gasoductos al mercado target.
– Poder firmar contratos de largo plazo, mínimo de 15/20 años, dando certeza de suministro a largo plazo.
– Eliminación de Tasas de Exportación de productos industriales.
– Intensificar los reintegros y reembolsos a las exportaciones de productos industrializados.
– Fomentar las inversiones por medio de mecanismos de amortización acelerada de las inversiones de capital.
– Estimular políticas que permitan importar a tasa 0 (cero) bienes de capital no producidos en el país.
– En el área impositiva, buscar alinear los valores de IVA de compra y de venta para evitar desfasajes y además reducir al mínimo los Ingresos Brutos para evitar penalizar el repago de la inversión.
– En caso de revisión Arancel Externo Común (AEC) del Mercosur se sugiere tener en consideración la competitividad del sector y su comparación inteligente contra quienes competimos por capital y exportaciones.
Por Jorge de Zavaleta – Director Ejecutivo Cámara de la Industria Química y Petroquímica.