Diálogo productivo con Esteban Assaf

Exporer Latam es un Venture Capital que acompaña el desarrollo de startups tecnológicas del Norte Grande. Esteban Assaf, su cofundador, nos comparte su trayectoria en la economía del conocimiento y su visión para fortalecer el ecosistema emprendedor en el Norte Grande de Argentina. Con la misión de apoyar startups de la región y vincular inversores, Esteban y su equipo están decididos a generar un impacto sostenible en la economía local y latinoamericana.

Diálogo productivo con Esteban Assaf

MISIÓN PRODUCTIVA: ¿Cuál es tu trayectoria y cómo te involucraste en el mundo de la inversión de riesgo en startups de América Latina?

ESTEBAN ASSAF: Hace más de una década vengo trabajando en el mundo de la economía del conocimiento. Primero como director de una empresa que desarrollaba una plataforma para turismo enfocada en agencias de viaje, y llegamos a exportar a toda Latinoamérica. Después fui socio de Numerando, una plataforma de comercialización para pequeños y medianos negocios de barrio, y de Macamedia, una desarrolladora de software. También fui presidente del Clúster Tecnológico Tucumán, rol que me dio visibilidad y a partir del cual muchos jóvenes empezaron a buscar mi asesoramiento sobre sus diferentes proyectos. A mi socio y amigo, Oscar Bercovich, le pasaba algo muy parecido. El tema es que en ese momento nuestra cabeza estaba a mil, con muchos proyectos al mismo tiempo. Entonces, allá por 2021, nos pusimos a pensar en armar algo para profesionalizar esto con una visión colaborativa y de impacto en los propósitos personales de quienes nos querían consultar. Ahí surge el tema del venture capital, que tiene dos aristas muy importantes: vincular a las startups con alguien que las pueda asesorar dentro de la zona, que no hay; y también acercar el mundo de los inversores al de las startups y la economía del conocimiento.

Explorer fue producto de una necesidad: yo ya tengo 45 años, y chicos mucho más jóvenes que yo me pedían que los couchee, que los mentoree, me consultaban cómo levantar capital, querían saber cómo lo habíamos hecho nosotros. Después vimos que había dos oportunidades genuinas: de negocio y de encontrar desarrollo tecnológico de impacto.

MP: ¿Cuál es la misión y la visión de Explorer Latam?

EA: Nuestra intención es que los emprendedores tecnológicos no necesiten irse del Norte Grande para desarrollar sus proyectos: que se queden y que los empresarios de la región sepan que hay algo nuevo en lo cual invertir, que agrega valor, que agrega impacto y que también les traerá recursos económicos.

Soñamos con que surja un unicornio del Norte Grande, y que exista una comunidad o un ecosistema emprendedor mucho más sólido –lamentablemente hoy le falta madurar–; que el inversor entienda que tiene que aportar no todo su capital, pero sí el 5% de lo que normalmente invierte al desarrollo de aquellos emprendedores que tienen mucho valor agregado para dar, no solo dentro de nuestra región, sino en toda Latinoamérica.

Soy un convencido de que acá estamos encarando una cruzada, porque no hay nada. Por ejemplo en Andalgalá o en la localidad de Los Altos, Catamarca, nunca han escuchado hablar de emprendedores tecnológicos. Quizás el Estado es el que debería abordar este tema, pero no lo hace. Ante esta realidad, nuestra visión con Oscar es no quedarnos de brazos cruzados: generar acciones para impulsar el desarrollo tecnológico en el norte e invertir no solamente en aquellos desarrollos en los que ya sabemos que somos los mejores. Estamos convencidos de que hay que ir por ese camino, ese es el propósito de Explorer como empresa. No queremos que quede todo en la región central: necesitamos que del Norte Grande surjan más emprendedores y que el empresariado esté dispuesto a invertir. Pareciera que estamos evangelizando, pero alguien tiene que dar el puntapié inicial para ir contagiando. 

MP: ¿Qué oportunidades identificás o qué fortalezas ves hoy en el norte argentino como para generar emprendimientos?

EA: En lo que refiere a emprendimientos de base tecnológica, acá hay una vertical muy fuerte –que está creciendo– relacionada con la biotecnología, agrotech y foodtech. En Tucumán hay instituciones que van desde el CONICET hasta institutos de investigación como el Miguel Lillo o la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, que dan un impulso muy fuerte a esa vertical. Además dentro de esta vertical hay muchos investigadores de calidad. Por ejemplo, en el evento de Impulso Federal, del Consejo Federal de Inversiones [CFI], escuche el lanzamiento de 22 proyectos en un lapso de cuatro horas. 

Están empezando a salir proyectos de biotecnología con foco en foodtech, que ya empezaron a levantar capital tomado de rondas en serie A, y están creciendo tremendamente. Esto es un poco también lo que hay en la región: mucho de agro y ahora también de desarrollos tecnológicos para la industria minera.

Otra veta interesante es que, por la forma en que se vive en el norte, se cuenta con recursos humanos arraigados, a los que les cuesta irse. Las provincias están empezando a ver la oportunidad de generar las condiciones para que vengan más empresas y generen trabajo. Dentro de la industria de desarrollo de software, por ejemplo, en las provincias más grandes hay una cantidad importante de chicos que podrían estar trabajando a distancia. 

También me sorprende, dentro del mundo de la biotecnología, el desarrollo de plataformas que cuidan el medioambiente. Hay emprendedores de mucho nivel y creo que es una pata que se liga muy bien con el empresariado. Las empresas también están enfocadas en esa temática y deberían tener una sinergia perfecta con el emprendedor. Explorer está para acercar a estas dos partes y facilitar el trabajo conjunto.

MP: Nombraste Impulso Federal, ¿cuál te parece que es la importancia de este tipo de eventos o el valor que aportan? 

EA: Fue nuestra primera experiencia desde Explorer, y fue espectacular. El día después de ese evento tenía mensajes en el celular del CONICET, del Instituto Miguel Lillo, de la Estación Experimental, de emprendedores y científicos que ya empezaron a trabajar en algunos proyectos y quieren venir a nuestras oficinas a conversar.

Impulso Federal está dando visibilidad de una manera más profesional a los científicos, a las aceleradoras, a los fondos. Pone el foco en estos participantes y los invita a juntarse. Si se quiere hacer esto mismo desde la provincia por medio del CONICET, por darte un ejemplo, es todo más protocolar, más difícil. Como nadie es profeta en su tierra, viene un evento desde Buenos Aires y al Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán o la Secretaría de Innovación y Desarrollo Tecnológico les parece buenísimo, entonces te invitan. 

Creo que es muy rico y muy importante lo que se está haciendo a través del Impulso Federal, y si se ampliase el foco hacia otras aristas que tienen que ver con la economía del conocimiento el impacto puede ser muy grande. Hay otras tecnologías, otros desarrollos de impacto –más allá del software o la biotecnología– que se están trabajando y no se sabe. Por ejemplo acá en Tucumán, en zonas donde normalmente no hay grandes desarrollos productivos, como los Valles Calchaquíes, se están desarrollando plataformas que tienen que ver con EdTech –educación– y con el cannabis.

Creo que hay mucho potencial. No todo el mundo entiende lo que hacen los científicos del CONICET. Como paso para visibilizar esto me pareció fantástico. La verdad que no sabía muy bien con qué me iba a encontrar y me asombré de todo lo que se puede hacer con tan poco: organizar un evento donde nos juntemos, generar un espacio para que te puedas encontrar.

MP: ¿Cuál es la tesis de inversión con la que trabajan en Explorer Latam y los montos que manejan? 

EA: Explorer nace con el foco puesto en ver que encontrábamos en el Norte Grande, siendo agnósticos inicialmente. Así que estamos todavía en un proceso. Nos gustaría actuar mucho sobre el mundo de la biotecnología, todo lo que es educación, EdTech, medioambiente y sustentabilidad, y también sobre desarrollos tecnológicos que tengan impacto en la industria pesada. Yo estoy en la comisión directiva del Clúster Tecnológico Tucumán y participo también de la UIA Joven. Entiendo muchas de las necesidades latentes del sector industrial: están saliendo a buscar desarrollos tecnológicos para poder exportar, para poder ampliar su matriz productiva fuera del país. 

Explorer va a traccionar sobre dos aspectos. Uno es la aceleradora, que va a estar siempre aunque la tengamos que bancar nosotros –esta es una decisión ya tomada por los socios–, porque es la única forma de ir encontrando cada vez más y mejores proyectos. El otro aspecto es todo el proceso de inversión. Nuestra idea es que los tiquets de inversión arranquen en USD 50.000 y lleguen a USD 100.000 o USD 150.000, dependiendo un poco del estadío. Siempre invertimos en estadíos preseed y seed. Hay que tener en cuenta que no es lo mismo el preseed en el Norte Grande que en la región central. Por este motivo Explorer creó su aceleradora. Al principio lo veíamos como un aporte más, y después nos dimos cuenta de que hay una necesidad imperiosa de una especie de aceleradora company builder, porque a los científicos los tenés que ayudar a construir; ellos tienen la capacidad del desarrollo científico, pero les falta la construcción de la compañía. 

Estamos todavía en un proceso de evangelización, de dar a conocer las herramientas de inversión. Vimos que existe una herramienta como el RICE, en la que Explorer está inscripta, que está dando buenos resultados: hemos logrado inscribir a algunos inversores y ya lograron el beneficio. Entonces estamos dando a conocer esta herramienta de beneficios, como para que se sigan animando a invertir.

Y nos encontramos en los estadios iniciales. Nos habíamos propuesto levantar USD 5 millones este año, pero tuvimos que poner un freno no por la crisis argentina, sino más que nada por la crisis global que hubo en la industria. Decidimos ir más despacio, ir por la mitad de ese valor, porque teníamos que convencer a los inversores y en este escenario era difícil. Cuando esto se estabilice un poco a nivel global, se pegará la acelerada. 

MP: ¿Cómo se conforma su cartera de proyectos? 

EA: Hasta ahora invertimos en seis startups, en algunas con montos más chicos, porque las venimos acompañando. Somos cautelosos con las primeras inversiones, queremos ver un poquito más de números, un poquito más de tracción. Hablamos mucho con Facundo Garretón, que ya invirtió en varias startups acá en Tucumán, y como tucumano siempre nos aconseja bien. Él me decía que en la región tenemos que invertir siempre con tiquets un poco más chicos, porque las startups están en estadios muy iniciales.

Me encantaría decirte que todas las startups en las que invertimos son del Norte Grande, pero no lo son. Acá en Tucumán hay proyectos muy ocurrentes como el XENILAB, que transforma los plásticos en pintura a través de un proceso químico y que tienen un primer producto llamado NEPTUNO. Pero te quiero dar un ejemplo de una startup 100% del norte que se llama NOT NINI. Son tucumanos que crearon una plataforma para enseñar a programar vía gaming a los chicos del secundario, y les está yendo bárbaro: en tres semanas se van a Silicon Valley. Dos años atrás empezamos a apostar en esta startup con Oscar, como inversores ángeles. Y los chicos fueron creciendo: tienen clientes en un montón de lugares, trabajan el B2B [business to business], el B2C [business to consumer], pero a ellos todavía les cuesta creérsela. Llegó un momento en que decidimos invertir desde Explorer, y es una de las startups que más contentos nos tiene, sobre todo como tucumanos. Es un ejemplo palpable de los buenos resultados que surgen cuando se toma el desafío de resolver un problema.

Como te decía, acá en el norte no se necesitan grandes inversiones. Si esta startup que te nombré hubiera estado en Córdoba o en Buenos Aires, capaz necesitaba USD 250.000. Acá necesitó menos y fue un proceso más de acompañamiento. 

MP: ¿Cuáles creés que fueron las condiciones –por ejemplo, del entramado productivo o de instituciones o universidades– que habilitaron los primeros brotes de estas startups? Y en el caso de las regiones en las que están dadas las mismas condiciones pero en las que quizás todavía no se avanzó tanto, ¿dónde ves potencial como para introducir la semillita del emprendedurismo?

EA: Te voy a dividir la respuesta en dos partes. Por un lado, lo positivo es que hay instituciones del ámbito científico que no tienen nada que envidiarle a la región central –por ejemplo CONICET Tucumán–, y también hay gente con mucha capacidad. Por darte un ejemplo dentro del Norte Grande, Tucumán es una provincia chica, con mucha gente, y se sorprenden cuando encuentran esa calidad. Hay un entramado, hay universidades, acá en Tucumán hay cuatro –que no es poco– que son una usina generadora de emprendedores. Hoy ya no se forma a los futuros empleados de las empresas, sino que hay una mirada más hacia el emprendedurismo.

La parte negativa es que todo es perfectible. Acá en la región ninguna provincia realmente tiene armado el ecosistema emprendedor. Siempre doy ejemplos de lo que pasa en Buenos Aires, en Córdoba o en Mendoza, donde hay política de Estado desde la educación hasta el acompañamiento de los inversores. Acá están las tres patas del triángulo de Sábato, tienen capacidades, pero es necesario mejorar la articulación.

Estoy convencido de que, por la capacidad que tiene el argentino, la coyuntura económica del país tranquilamente se daría vuelta con la industria de la economía del conocimiento. Cuando hablo con fondos de afuera, no pueden creer que sigan surgiendo emprendedores de nivel internacional como los que surgen acá, bajo la coyuntura que tenemos en Argentina.