Diálogo Productivo con Lucas Maglio

En el último año la acuicultura ha crecido en su producción convirtiéndose en uno de los sectores productivos con gran potencial en Argentina. En está nueva edición de Diálogos Productivos exploramos la trayectoria y contribuciones de Lucas Maglio, destacado acuicultor argentino graduado como Ingeniero Acuícola de la Universidad Austral de Chile, a partir de su papel fundamental en el crecimiento y desarrollo del sector acuícola en el país.

Diálogo Productivo con Lucas Maglio

En el último año la acuicultura ha crecido en su producción convirtiéndose en uno de los sectores productivos con gran potencial en Argentina. En está nueva edición de Diálogos Productivos exploramos la trayectoria y contribuciones de Lucas Maglio, destacado acuicultor argentino graduado como Ingeniero Acuícola de la Universidad Austral de Chile, a partir de su papel fundamental en el crecimiento y desarrollo del sector acuícola en el país.

En su rol como responsable de Idris Patagonia, una empresa con capitales chilenos dedicada a la acuicultura en la región de la Patagonia, Maglio ha sido un impulsor clave en la producción sostenible de trucha patagónica en el país. En esta edición de Diálogos Productivos, exploramos la trayectoria y contribuciones de Lucas Maglio en el dinámico y prometedor sector acuícola argentino, que ha experimentado un notorio crecimiento en los últimos años.

MISIÓN PRODUCTIVA: Podes contarnos, en resumidas palabras, ¿Qué es la acuicultura?

LUCAS MAGLIO: La acuicultura es una actividad milenaria, tan antigua como la ganadería  o la agricultura. En resumidas palabras es una actividad que se ocupa de la producción controlada de organismos acuáticos, abarcando desde peces,  moluscos, crustáceos,  algas, microalgas hasta bacterias. 

Para tomar dimensión, hoy Argentina cuenta con dos centros principales de producción en base a las especies que produce: en la Patagonia donde se produce la trucha arco iris, como es el caso de Idris Patagonia S.A., y en el Noreste pacú, aunque también se producen otras especies de peces como carpas, tilapias o surubíes. 

MP: ¿A nivel mundial cuál viene siendo la prospectiva de la acuicultura? 

LM: En todos los informes de la FAO -Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura- se puede ver el crecimiento que viene teniendo la acuicultura a nivel mundial. Yo siempre recomiendo el informe Sofía, que sale cada dos años, porque es muy claro y  contundente.

Del año 96 a la fecha, la pesca comercial a nivel global no ha mostrado ningún incremento en capturas y el 90% de las especies que se capturan están explotadas plenamente o sobreexplotadas, demostrando que esta actividad no puede suplir el aumento en la demanda de proteínas de origen acuático. Por el contrario, en el mismo periodo de tiempo la acuicultura ha crecido de una manera exorbitante, de manera exponencial. Entre 1970 y el 2008, la acuicultura creció a tasas anuales del 9% y no hubo ninguna actividad de producción animal o vegetal que haya crecido tanto. Para alcanzar estos niveles, tendríamos que sumar la tasa de crecimiento de la producción de vacas y aviar y multiplicarlas por dos. 

Otro dato importante es que actualmente se consume más pescado de producción que de pesca, lo que posiciona a la acuicultura por arriba de las 90 millones de toneladas, con vistas de seguir creciendo.

Se estima que la producción de proteínas que más va a crecer a futuro es la acuática. En  los documentos de la FAO o de Naciones Unidas donde abordan temáticas sobre el cambio climático y la distribución demográfica se concluye que, en cuanto a tierras cultivables, solamente se puede pensar a nivel global en un incremento de un 10 a un 15%. La acuicultura tiene un papel preponderante para encontrar un equilibrio, por eso se estima que su crecimiento en los próximos años va a ser muy grande.

Según la FAO, actualmente consumimos un 5% de proteínas de origen marino y se espera que para el año 2050 este incremento pase a un 40%, que en volumen son aproximadamente 350 millones de toneladas de animales acuáticos, entendiendo que la pesca no podrá entregar semejante cantidad de biomasa, se espera que la acuicultura asume ese desafío.

El mismo Jacques Cousteau, principal defensor de los oceanos, decía que habría que tomar los mares como una granja y dejar de hacer la barbarie que estamos haciendo con la pesca extractiva, de hecho es la última actividad donde el hombre sigue funcionando como cazador. Así que creo, y está validado por un montón de instituciones y comunidades científicas, que la acuicultura va a ser la gran fuente de producción de proteínas de origen marino y acuático en general de cara al futuro.

MP: ¿Cómo fue el proceso de instalar Idris Patagonia en Neuquén?  ¿Cómo surge la iniciativa? ¿Cómo viene acompañando la provincia este tipo de proyectos?

LM: Todo comenzó cuando conocí al grupo Mar Andino, (actual propietaria de Idris Patagonia). En Perú desde hace unos 10 años Mar Andino poduce truchas arco iris a más de 4500 metros de altura sobre el nivel del mar,  en condiciones extremas ya que ahí el oxígeno escasea, sin embargo cuenta con una condición natural y de pureza única.

Yo en Chile había creado una pequeña empresa de nano burbujas junto a un socio y amigo, la primera en su rubro en Latinoamérica. Las nano burbujas tienen propiedades exttraordinarias para aumentar la eficiencia de la difusio de gases en general. A raíz de este emprendimiento tuvimos unos ensayos y ventas en Peru , fue en esa oportunidad que conozco al grupo Mar Andino. En ese viaje, conociendo su operación en las alturas me cuentan que ellos eligieron aquel lugar inhóspito  debido  a que las condiciones de sanidad son inmejorables y permiten mantener la filosofía de la compañía que se basa en la producción libre de quimicos y antibióticos, logrando un alto componente natural en términos de inocuidad y salubridad. Me enteré que el grupo era chileno y que no producían en Chile por las mismas razones. Por estas razones les comenté acerca de las virtudes dde los embalses de la cuenca del lImay y de su potencial. Una semana después de aquel viaje recorrimos los embalses del Comahue junto a los dueños del Grupo Mar Andino. Así nació elproyecto que hoy nos encuehtra 6 años después exportando truchas desde Piedra del Aguila al mundo certificadas libres de antibióticos. Con una particularidad que evidencia la calidad del ambiente y de las practicas que utilizamos, hoy , día a día consumimos la misma agua que usamos para producir nuestros peces, esto es una condición única y es nuestro mayor desafío mantenerla en el tiempo. 

A partir de esa primera visita conocimos a las autoridades de Neuquén, quienes nos brindaron todo el apoyo para hacer posible el inicio del proyecto. Años atrás trabajando como docente y Director de Departamento en la Universidad del Comahue había presentado una idea-proyecto para construir una planta de proceso en Piedra del Águila, ya que dentro de la cuenca ese embalse en particular tiene la mayor capacidad de producción, cuenta además con un poblado a solo 20 kilómetros del cual se podían obtener recursos humanos. Finalmente aquel proyecto se materializó gracias al fuerte compromiso de la provicnaide Neuquen y en particular el centro Pyme Neuquén. El destino quizo que Idris Patagonia termine siendo la concesionaria de esta planta de proceso. Cuando en 2018 llegamos con Mar Andino iniciamos un proceso de inversión fuerte y nos asociamos con una empresa de Río Negro. Hoy ampliamos la planta de proceso. Somos 170 personas y este año vamos a estar terminando con 200 personas o más.

Diálogo Productivo con Lucas Maglio

Ha sido un proceso largo y complejo, pero hemos tenido el apoyo de las provincias de Neuquén y Río Negro y de la Dirección Nacional de Acuicultura.

MP: Hace pocos meses se anunció y puso en marcha la planta de procesamiento en Piedra del Águila (Neuquén), ¿Qué implica este avance para ustedes y para la actividad de la provincia?

LM: En rigor es la primera planta de proceso de acuicultura pensada así desde que la dibujamos en una servilleta de papel con Nestor Zeller por ese entonces líder del programa Acuicola de Neuquén, hoy Néstor no esta con nosotros pero su recuerdo siempre pesente. Hay otras plantas que procesan pescado provenientes de la acuicultura pero  fueron plantas que se adaptaron o que mutaron luego de empezar con otro tipo de productos.

Esta planta es fundamental porque acá se inicia el proceso de inocuidad que termina en el plato de un argentino, de un japonés o de un estadounidense. Además está a disposición de todos los productores del Embalse Alicura ya que un 20% de la capacidad de la planta está destinada a procesar a ellos.

Por otro lado es el punto obligado de contacto con los clientes cuando vienen de visita, es muy importante para nosotros que ellos mismos vean las condiciones de proceso, que  vean que prácticamente es un laboratorio. Está todo el mundo de blanco, de pies a cabeza, y huele a sanitizante, y sumado a las certificaciones que validan los procesos lleva tranquilidad a los mercados. 

Recientemente la ampliamos agregando casi 600 metros cuadrados, cámaras de frío, cámaras de congelado, túnel de congelado, bodegas, áreas de empaque, oficinas de aduana y oficinas de SENASA. 

Tenemos una planta para el aprovechamiento de los residuos del proceso, en donde producimos harinas y aceites de trucha. Los plásticos también los reciclamos para que se hagan nuevos productos y los líquidos de la planta los usamos para regar, ya que tenemos un proyecto forestal con plantas autóctonas. Es decir que somos una planta cero residuos.

Ya iniciamos el proceso de fileteado, es un enorme paso para nosotros. Permite que el pescado que se procesa en Piedra del Águila termine directamente en el mercado final.

MP: Hoy en día IDRIS viene marcando fuertemente el crecimiento de la actividad en el país ¿Cuáles son los próximos objetivos que tienen para seguir acompañando está tendencia? 

LM: Mar Andino hoy tiene dos compañías: Idris y Patagonia Farming, que tienen algunos objetivos en común, como querer aumentar la producción. Nosotros apuntamos a pasar las 3.000 toneladas este año, llegar a 6.000 en 2024 y a 10.000 en el 2025.

El objetivo es alcanzar la mayor cantidad de toneladas que se puedan producir en el lago, respetando el medio ambiente y sin perder la condición de sanidad, ya que nuestro negocio es vender una trucha sana, sin químicos ni antibióticos.

MP: ¿Cuáles son las principales trabas que ves para que la acuicultura de el gran salto que podría dar?

LM: La primera es una cuestión cultural. Somos un país netamente agropecuario,  resulta difícil que se vea a la acuicultura como un lugar a donde ir a invertir ya que hoy no hay insumos, no hay muchos profesionales y hasta hace unos años no teníamos ni ley. Hay muchas actividades antes que permiten una rápida rentabilidad, menos riesgo y disponibilidad de recursos humanos e insumos, y por su puesto mas conocidas, como el cultivo de oleaginosas o ganado vacuno. 

Antiguamente desde el Estado no se consideraba a la acuicultura como una actividad importante y con proyección. Hoy por primera vez la Dirección Nacional de Acuicultura toma esto y marca que Argentina tiene un gran potencial. Tal es así que se reglamentó la primera ley Nacional de Acuicultura generando incluso una línea de financiamiento especifica para el sector. 

Por otro lado, cuando aparece alguien que se anima a invertir, aparecen muchos problemas y trabas. A nivel impositivo somos un país que tiene una carga muy alta, y cuando alguien de afuera quiere invertir y analiza entre varios países, estas son variables con mucho peso. Otra cosa que complica muchísimo es la disparidad cambiaria y algunas limitaciones coyunturales para la importación de insumos.

Por último, creo que son necesarios modelos o proyectos punta de lanza, así como hemos sido nosotros, ya que la llegada de Mar Andino generó el impulso de otros emprendimientos con muchas proyecciones. 

En Chile , como ejemplo, el Estado aportó a través de fundaciones o casas de altos estudios de la ciencia, apoyando proyectos de acuicultura a baja escala pero con alta escalabilidad. La industria del salmón surgió con un proyecto de Fundación Chile que fue exitoso en su momento y a partir de ahí hubo un gran crecimiento que llevó a Chile a ser el segundo productor de salmón del mundo. Del mismo modo, Brasil hoy está cerca de las 700.000 toneladas de producción entre agua dulce  y agua marina.

MP: Ya que mencionas el caso chileno, ¿En general qué nivel de conflictividad tiene la acuicultura con el ambiente? ¿Cuáles son las medidas que toman respecto a la sustentabilidad de la actividad?

LM: Sin ambiente no podríamos producir un pescado que nos permita competir con los grandes actores a nivel mundial.

La industria de la salmonicultura, (salmones y truchas), se concentra en un 90% entre Chile y Noruega. A comparación nosotros quedamos muy chicos y la única forma de diferenciarnos es hacer algo que ellos no pueden hacer: una trucha libre de químicos y antibióticos producida en lugares ambientalmente increíbles.

Nosotros arrancamos por lo más importante que es la nutrición. Usamos un alimento con una altísima digestibilidad que tiene la certificación ambiental y tiene un nivel de energía muy alto que nos permite hacer que el ciclo productivo sea más corto y por ende menos contaminante. Esto es un dato muy importante porque de casi un kilo de alimento podemos producir un kilo de pescado.

Tenemos debajo de las jaulas un sistema que se llama LIFT UP o “conos de recuperación de desperdicios de la producción” que se bombean en superficie y se pueden recuperar,. Después toda la fracción de nutrientes solubles en el agua las va mitigando el mismo ambiente.

También disponemos cada seis meses de un muestreo de agua y de sedimentos que nos impone la provincia y no tenemos ninguna afectación. Acá lo más importante es la profundidad del agua. Las patologías y pandemias a nivel acuícola surgen muchas veces porque la calidad del ambiente no es la mejor. En Chile, en el año 2008, hubo una crisis muy grande por un virus  y se presume que el disparador fue una debilidad en el medio ambiente. A partir de ahí Chile modificó su normativa, y los sitios de cultivo que están en profundidades más altas tienen un tratamiento completamente distinto a los sitios de cultivo que están en aguas menos profundas. La evidencia mostró que el impacto es considerablemente menor en aguas profundas que en aguas poco profundas. Por eso nos gusta ubicarnos en lugares con grandes profundidades, bien expuestos, que si bien es complicado y complejo para la operación día a día, es el lugar donde los peces quisieran estar y donde nos aseguramos que el ambiente pueda mitigar el impacto de la actividad. 

En la actualidad el bienestar animal ya dejó de ser una idea romántica. Hoy se sabe que un pez que no está estresado, que está con poca carga, con poca densidad, en un lugar expuesto al ambiente, a corrientes, a las olas y al viento, es un pez que se va a enfermar menos, va a crecer mejor y por lo tanto mejora la rentabilidad y protegemos el medio ambiente, es un circulo virtuoso. 

MP: Hubo una repercusión muy fuerte y negativa cuando se anunció el proyecto de salmones en Tierra del Fuego y sabemos que vos estuviste muy activo, ¿cómo le impacta este tipo de campañas a la actividad? ¿Cómo pensás que debería comunicarse para evitar el desconocimiento sobre la acuicultura?

LM: Creo que la influencia mediática tuvo mucho que ver. Narda Lepes y Francis Malman fueron activos manifestantes con el No a la Salmonicultura, lograron con su visibilidad en medios, que se apruebe la Ley de Prohibición de la Salmonicultura en Tierra del Fuego, lo cual fue algo muy grave.

Hoy se levantan campañas con figuras mediáticas pero se olvida la ciencia y el conocimiento. Por supuesto en Chile hay casos que fueron muy malos, pero la mayoría son casos extraordinarios de éxito, porque si no, no sería la segunda industria más grande del mundo y la segunda en generación de divisas para Chile. 

En esas campañas mediáticas se mezclaron muchas cosas, se tergiversaron datos  y se sacaron conclusiones equivocadas. En ese contexto alguien que no conoce a cabalidad la actividad es natural  ponerse del lado de la persona que está cuidando el medio ambiente, cuando en realidad el análisis es mucho más complejo. Hoy Narda Lepes ofrece truchas en su nuevo restaurante producto de la salmonicultura. 

Otro error que se cometió es poner todo en la misma bolsa. Años atrás trabajando en Chile en una empresa especializada en estudios ambientales para la acuicultura, nos encomendaron medir las variables del canal de Beagle para este proyecto que se había pensado en su momento.  Claramente no es un lugar para producir en forma industrial por varias razones:  El canal tiene una riqueza ecológica una diversidad única y espectacular, por otro lado tiene un tránsito intenso de embarcaciones, es un canal limítrofe y es poco profundo. Esas condiciones complejizan la idea de establecer una actividad intensiva en ese lugar, si creo que es un gran lugar para potencia a los pequeños pescadores artesanales que allí existen o bien para cultivo de filtradores como mejillones algo que ya se está haciendo. Por otro lado sería ridículo encarar un proyecto en ese lugar, teniendo los antecedentes de la experiencia de lo que pasó en Chile en los canales de baja profundidad.

Pero no por eso uno diría que se debe prohíbir toda la actividad en la provincia. Tierra del Fuego, Río Grande y demás regiones cuentan con sectores  extraordinarios para producir en aguas abiertas validado además por la FAO, con un documento que pone la costa argentina con el mayor potencial del mundo para producir acuicultura multitrófica offshore (Boletín Técnico 549 FAO) 

Esta campaña llevó a que la gente,  en este caso los funcionarios, creyeran y avanzaran en una ley que ellos con orgullo decían era la primera del mundo, sin saber que estaban cerrando la puerta a una actividad que bien podría ser la mayor actividad productiva de la Isla.  Tenemos todas las condiciones para ser un actor preponderante en acuicultura a nivel mundial, Argentina debería estar en el top 10 del mundo.

MP: ¿Cómo ves el futuro de la actividad en Argentina?¿Qué aspectos quedan por mejorar? 

LM: Con muchas esperanzas, porque con la llegada de Mar Andino se abrieron otros intereses y ganas de producir. Está el caso de Newsan, una empresa muy grande del mundo pesquero, que es muy positivo porque han hecho las cosas bien, son grandes exportadores y ya tienen los canales comerciales abiertos. 

También tengo vínculo con gente del agro y siempre están coqueteando con la idea de meterse en la producción de alimentos balanceados para peces, tenemos las condiciones para lograr dietas locales de alto estándar. 

Creo que ahora entramos en una ola ascendente y positiva porque nunca se habían dado créditos o subsidios a proyectos de acuicultura como se dieron el año pasado, y seguramente se van a repetir este año a través del FONAC.

Argentina tiene una capacidad intelectual y logística increíble para desarrollar esta actividad, tenemos industria naval que podría adaptarse a la construcción de centros de cultivo, tenemos un montón de organismos a nivel estatal vinculados con el mar que tienen conocimiento y gente muy valiosa, el CONICET, el CIMAS, el INIDEP, la UTN, el CENPAT, y muchos otros.

Tenemos un gran futuro por delante y me gustaría que la acuicultura escale en el organigrama del Estado a un nivel más importante. Como ejemplo  en el año 2008 Lula en Brasil llevó la acuicultura a categoría de ministerio, y terminó con Brasil en el puesto número 14 a nivel mundial. Esto demuestra que no solo es la valentía de algunos inversionistas sino también el acompañamiento del Estado con políticas claras que empujen la producción. Después de muchos años, hoy considero estamos en ese punto.

Por Tomás Gulias y Paloma Varona