El ecosistema emprendedor de Santa Fe: transformando ciencia en producción

El ecosistema emprendedor de Santa Fe: transformando ciencia en producción
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Los Emprendimientos de Base Científico-Tecnológica son aquellos que han surgido de conocimientos con potencial innovador, provenientes de actividades de I+D realizadas en instituciones académicas y científico-tecnológicas, y de empresas

Estos emprendimientos han sido concebidos por muchos gobiernos como pilar de la estrategia de innovación. Sin embargo, su impulso no es una tarea simple. Existe una gran diversidad de factores que inciden en su creación y desarrollo, entre los que se encuentran las condiciones socioeconómicas, educativas, culturales, la estructura y dinámica productiva

Una de las problemáticas más relevantes tanto en el lanzamiento del emprendimiento como en sus primeros años de vida es la restricción en el acceso al financiamiento. Los bancos no están preparados para aceptar solicitudes de financiamiento de empresas con modelos de negocios novedosos, que en ocasiones incluso introducen nuevas tecnologías, pero que no cuentan con historial crediticio o garantías. 

En este sentido, el sector público ha sido crucial tanto para la investigación básica y aplicada, como para proporcionar financiamiento de alto riesgo en etapas iniciales a empresas innovadoras. La mayoría de las empresas innovadoras de alto crecimiento han recibido su financiamiento de alto riesgo en etapa inicial de fuentes públicas y fondos de riesgo de bancos públicos.

A su vez, la industria de capital de riesgo se encarga de brindar financiamiento a una parte de esta demanda de crédito que no es proporcionada por los bancos. El surgimiento de esta industria no fue espontáneo, sino que requirió sostenidos esfuerzos por parte de estados nacionales y subnacionales. Si bien la maduración de los EBCT es de mediano o largo plazo y está asociada a niveles de riesgos muy elevados, esta industria los afronta esperando que al menos algunos de sus proyectos invertidos alcancen crecimientos en sus valuaciones extraordinariamente rápidos y logren competir en mercados regionales o globales. 

La industria de capital de riesgo emergió en Argentina en los años 90 acompañada por el crecimiento de las empresas puntocom y cayó a principios de los 2000 con el estallido de la burbuja tecnológica internacional y la crisis nacional. Durante los 2000 volvió a cobrar dinamismo de la mano del crecimiento económico y los programas públicos, y en el 2015 la Ley de Emprendedores y la creación del Fondo para el Desarrollo del Capital Emprendedor le dieron nuevos impulsos.

Santa Fe es una de las tres provincias que mayor cantidad de emprendimientos financiados por la industria de capital de riesgo. A su vez, se destaca por su especialización hacia aquellos basados en ciencias de la vida. La historia de sus primeros EBCT nos permite identificar algunos factores que fueron claves para su desarrollo.

Empresas que abrieron camino: los casos de Keclon, Bioceres y Terragene

Durante el auge de la industria del biodiesel, la formación de impurezas generaba problemas tanto en la calidad como en la producción. Hugo Menzella, doctor en Biología por la Universidad Nacional de Rosario, fue repatriado de Estados Unidos y armó un equipo con otros cuatro investigadores para desarrollar un tratamiento enzimático de bajo costo para purificar el biodiesel. Con el acompañamiento técnico de la Gerencia de Vinculación Tecnológica del CONICET formaron la empresa Keclon. La I+D la financiaron en 2012 con el programa EMPRETECNO del Ministerio de Ciencia y Tecnología y con recursos del fondo privado Pymar. Ante la caída del precio del biodiesel, probaron aumentar la eficiencia del aceite de soja con muy buenos resultados y en este momento Molinos Agro se interesó por el proyecto. Mediante el FONTAR se apoyó el patentamiento de productos. Hoy tiene su propia planta industrial en San Lorenzo para el procesamiento de enzimas.

En el año 2001, 23 productores agrícolas de Rosario (entre ellos, el grupo Los Grobo) aportaron capital semilla para fundar la empresa de biotecnología Bioceres. Durante más de 15 años requirió la inclusión de cientos de socios para sostener la inversión en I+D. En 2004 en asociación con CONICET y Biosidus se creó IDEAR, empresa de I+D en biotecnología que en investigaciones conjuntas con un grupo de la investigadora Raquel Chan en la Universidad Nacional de Litoral (ciudad de Santa Fe) desarrollaron una soja modificada genéticamente para resistir la sequía, convirtiéndose en la primera empresa del mundo en obtener la aprobación regulatoria. En abril de 2021 Bioceres Crop Solutions pasó a formar parte del Nasdaq Global Select Market.

Una de las seis empresas en el mundo que produce indicadores biológicos para procesos de esterilización, tiene más de 300 empleados y exporta su tecnología a 70 países fue fundada hacia el 2006 por el genetista Esteban Lombardía y el biotecnólogo Adrián Rovetto, ambos rosarinos. Se trata de la empresa Terragene, la cual desarrolla soluciones para controlar con precisión los procesos de limpieza, higiene, desinfección y esterilización. En 2021 creó su propia incubadora y aceleradora de empresas Uovo, con la que planea invertir entre U$D200 a U$D 600 mil por emprendimiento.

Estos casos permiten ver que existieron numerosos elementos, desarrollados durante décadas, que contribuyeron al aprovechamiento del potencial de estos equipos emprendedores: Un sistema científico tecnológico con una fuerte vinculación con el sector privado; políticas de financiamiento emprendedor, sostenidas a lo largo de diferentes administraciones; creación de entidades públicas y privadas de apoyo a los emprendimientos; existencia de un entramado productivo que traccionó estas iniciativas. Cada uno de estos elementos contiene una gran cantidad de actores con vínculos que fueron evolucionando a lo largo del tiempo, por lo que resulta necesario detenernos en cada uno para apreciar su complejidad. 

A continuación, se describe el entramado institucional que propicia la proliferación de estos emprendimientos en la provincia. 

Santa Fe: tierra fértil para los EBCT

En primer lugar, el surgimiento de EBCT requiere un proceso de investigación, que puede darse tanto desde el sector público como en el privado. La provincia cuenta con más de 30 institutos CONICET, 15 universidades públicas y privadas y 47.000 estudiantes de carreras de ciencias básicas y aplicadas, el Centro Regional INTA, con sus tres Estaciones Experimentales Agropecuarias, y el INTI con dos Centros de Asistencia Regional y tres Unidades de Extensión. 

En segundo lugar, la complejidad que conlleva transformar investigaciones científicas en modelos de negocios definidos, alcanzar sus primeras ventas, registrar la propiedad intelectual ante cada hito alcanzado y acceder a redes de contactos que les abran las puertas hacia inversores de riesgo motivó el surgimiento de diversas entidades especializadas en apoyo emprendedor, registrándose 30 actualmente en Santa Fe. En Santa Fe CITES, Aceleradora Litoral y recientemente Bioceres y Ouvo brindan estos servicios de apoyo a los emprendedores y crean vehículos financieros para obtener financiamiento para las empresas. 

Las incubadoras y aceleradoras de negocios son instituciones que reciben fondos públicos y privados para seleccionar emprendimientos y aumentar sus posibilidades de éxito. La selección de emprendimientos implica desafíos importantes tales como evaluar la propuesta de valor y las capacidades del equipo emprendedor. Una vez realizada la selección de propuestas, potencian los proyectos mediante diversos recursos y servicios, que pueden incluir provisión de infraestructura, asesoramiento (construcción de una hoja de ruta científica, análisis del modelo de negocio, etc) y redes de contactos, entre otros.

Las incubadoras son organizaciones que tienen como objetivo desarrollar nuevas empresas contribuyendo a su supervivencia y crecimiento durante la fase inicial, momento de mayor vulnerabilidad. Las aceleradoras trabajan sobre la base de un modelo de negocio establecido y con un MVP (Mínimo Producto Viable) para acelerar su crecimiento.

La Aceleradora Universidad Nacional del Litoral es un consorcio creado en 2017 compuesto por la Universidad Nacional del Litoral, la Bolsa de Comercio de Santa Fe (BCSF) y el Parque Tecnológico Litoral Centro. Se enfoca en empresas de origen o base en las ciencias, ya sea que provengan o no del sistema de ciencia y tecnología. Proporciona capital mediante el Fondo Litoral Ventures, tutoría y servicios de consultoría, acceso a una red de contactos, protege la propiedad intelectual de los desarrollos y brinda infraestructura de alta tecnología. CITES fue fundado en 2013 localizado en la ciudad de Sunchales, con el objetivo de invertir, incubar y desarrollar startups con tecnologías disruptivas y propiedad intelectual compleja. Su principal inversor y accionista es Grupo SanCor Seguros. En 2020, crea el Fideicomiso Financiero CITES I, primer fideicomiso financiero de cotización pública con foco en promocionar emprendimientos de base científica, por un valor nominal de USD 24 millones con vencimiento inicial a 10 años, cuyo objetivo es invertir en más de 30 emprendimientos.

Hasta el momento CITES tiene un portfolio de 15 empresas invertidas y Aceleradora Litoral 5. Bioceres y Uovo generan grandes expectativas y aún se encuentran dando sus primeros pasos. Las aceleradoras no se limitan a invertir en proyectos provinciales. A su vez, existen numerosas startups locales que fueron incubadas y aceleradas en entidades de otras provincias o del extranjero. 

En tercer lugar, el financiamiento público provincial para emprendimientos en etapas tempranas de maduración satisface una demanda que el capital de riesgo no suele alcanzar. Las políticas de fomento del emprendedurismo se han aplicado aún tras los cambios de gestión, tanto a nivel provincial como local. Los programas “Emprende EBT” y “Apoyo a Proyectos de Desarrollo y Transferencia de Tecnología” fueron las principales iniciativas de financiamiento emprendedor ejecutadas durante 2021 completamente con recursos públicos provinciales. Financian proyectos de desarrollo de nuevos productos, procesos o servicios de base científico-tecnológica. Desde el gobierno provincial también se brinda financiamiento para fortalecer e incentivar la creación de nuevos espacios destinados a brindar apoyo en la creación y consolidación de EBT. A nivel local, en octubre de 2021 el Concejo Municipal de Rosario aprobó la creación del Fondo de Innovación Rosario para el desarrollo de emprendimientos de base tecnológica. 

Un hecho que atrajo la atención de la industria nacional de capital de riesgo fue la firma en agosto de 2021 del convenio marco de colaboración entre el Gobierno de la Provincia de Santa Fe y la empresa privada Bioceres SA para la creación de un fideicomiso financiero privado llamado SF500. Su objetivo es apoyar a 500 startups de base científico tecnológicas en los próximos diez años. Invertirá en etapas semilla, de aceleración y expansión y no se limitará a proyectos de la provincia de Santa Fe, sino que también podrían apoyar aquellos provenientes de otras provincias. El mecanismo consiste en una coinversión entre Estado (10%) y privado (90%) de USD 30 millones anuales durante 10 años, con foco en BioTech y AgTech. Invertirá en etapas semilla, de aceleración y expansión. La empresa Bioceres S.A es la Company Builder del proyecto. 

Finalmente, si consideramos sólo al sector productor de bienes, la participación del PBG santafesino en el VAB Nacional alcanzó el 12,7% en 2019. La existencia de un sólido entramado productivo, con empresas grandes y pymes dinámicas permite concretar las primeras ventas de los emprendimientos y abre nuevas oportunidades cuando realizan innovación abierta -donde innovan en conjunto con empresas y profesionales externos. 

Como resultado de esta maduración del ecosistema, hoy se pueden mencionar una gran cantidad de EBCT que nacieron y desarrollaron sus capacidades en Santa Fe. Uno de los casos alcanzó conocimiento público a raíz de su rápida respuesta para atender a uno de los desafíos que surgió por la pandemia del COVID-19. DETx MOL desarrolló junto con Wainer Laboratorios un kit para el diagnóstico molecular del virus SARS-CoV-2 mediante tecnología de PCR en Tiempo Real que en septiembre de 2020 fue aprobado por ANMAT. Fue fundada por SEGSER (empresa del Grupo Asegurador La Segunda), los doctores Adriana Giri y Diego Chouhy y la Fundación del IBR – CONICET Rosario que ha desarrollado y validado técnicas para el diagnóstico molecular de enfermedades infecciosas. La empresa se constituyó en el marco de EMPRETECNO de la Agencia I+D+i.

Otro caso interesante es el de Michroma que nació en Rosario y utiliza biotecnología para producir ingredientes naturales. Fabrican colorantes para alimentos y micoproteínas, entre otros productos. Fueron acelerados por Grid Exponential (aceleradora argentina) en 2019 y luego por IndieBio (la mayor aceleradora biotecnológica del mundo). Michroma tiene laboratorios tanto en Rosario como en San Francisco, California.

Dado que existen decenas de experiencias, a los fines expositivos se mencionan sólo algunos casos adicionales:

  1. BIOHEURIS S.A., de Rosario, es una empresa de agrobiotecnología dedicada al desarrollo de sistemas sustentables de control de malezas.Fecundis, de Rosario, realiza tratamientos de espermatozoides para mejorar fertilidad; 
  2. Beming, de Santa Fé, desarrolla y produce aditivos biológicos para mejorar la eficiencia en biodigestores; 
  3. Syocin Biotech, de Rosario y Río Cuarto, desarrolla bioproductos para el agro que combaten patógenos en cultivos; 
  4. ArgenTAG desarrolló una solución que disminuye los costos de secuenciadores genómicos de lectura larga; 
  5. Infira, de Santa Fe, desarrolla prototipos de cultivos perennes en forma competitiva y sostenible. 

Iniciativas públicas para potenciar los EBCT

Hasta aquí hemos mencionado las fortalezas del ecosistema emprendedor santafesino y destacado las condiciones que han contribuido al florecimiento de numerosos EBCT, pero aún existe espacio para superar lo alcanzado…

La articulación de políticas nacionales, provinciales y locales permitiría intervenir con más potencia en cada etapa del ciclo de vida de los emprendimientos. Existen programas de capital semilla en los tres niveles de gobierno y es escaso el financiamiento público de rondas avanzadas. 

Actualmente existen programas destinados a fortalecer y crear entidades de apoyo a emprendedores. Incentivar la articulación y direccionamiento de los esfuerzos realizados en forma individual por estas entidades permitiría asignar recursos en forma estratégica. 

El hecho de que los EBCT suelen nacer con un objetivo de internacionalización impone el desafío de disminuir la pérdida de capacidades que se producen cuando esto se alcanza. Al financiar estos emprendimientos, el estado debe procurar maximizar el impacto local de esos esfuerzos, por ejemplo incentivando el desarrollo de capacidades locales por parte de los emprendimientos generando bienes públicos y mejorando las condiciones sistémicas. 

Los gobiernos deben apoyar el desarrollo de proyectos que no son financiados por el capital de riesgo pero que pueden generar transformaciones valiosas en la estructura productiva local. Programas como “Emprende EBT” y “Apoyo a Proyectos de Desarrollo y Transferencia de Tecnología” deben ser sostenidos y reforzados.

A nivel nacional y provincial existe mucho camino por recorrer con el objetivo de mejorar las condiciones sistémicas que propician la creación de emprendimientos. Para ello es necesario fortalecer la educación, la disponibilidad de financiamiento público y privado y el capital social.

Actualmente hay decenas de actores trabajando con el objetivo de fomentar la creación y desarrollo de EBCT. Fortalecerlos, fomentar sus vínculos, repensar sus roles, sostener en el tiempo los recursos invertidos y tener paciencia para cosechar resultados nos llevará hacia una mayor aprovechamiento del potencial local de nuestra ciencia y tecnología.