A través de este nuevo diálogo productivo tuvimos la posibilidad de conocer el trabajo de Federico Posadas, funcionario que cuenta con la particular experiencia de haber participado en la gestión de dos provincias distintas del norte argentino.
Como actual ministro de Cultura y Turismo de Jujuy, el licenciado en Ciencias Políticas y especialista en políticas públicas enfatiza sobre la necesidad de desarrollar al sector tanto a través de la demanda como de la oferta, vía promoción, creación de una marca, mejoramiento de la conectividad o creando condiciones para atraer inversiones. Asimismo, analiza lo bueno y lo malo del PreViaje, la iniciativa que generó un boom de turistas durante el verano.
Misión Productiva: Previo a tu labor actual estuviste en la gestión de Salta, provincia que logró posicionarse como un destino de éxito tanto para el turismo nacional como internacional. ¿Qué experiencias te llevaste para Jujuy?
Federico Posadas: Lo mejor que hizo Salta fue convertir al turismo en una política de Estado. Independientemente de quien gobernase, el turismo siempre fue un sector importante para la provincia. En ese mismo sentido, en los últimos años Jujuy se enfocó en cambiar su matriz económica y para eso el turismo pasó a ser parte de las políticas de Estado, junto a otras actividades como el litio, la energía solar o el cannabis medicinal.
Hoy el turismo en Jujuy genera aproximadamente el 7% del Producto Bruto Geográfico, con 1.300.000 visitas al año en circunstancias normales. Después de la pandemia hubo un efecto rebote muy fuerte, convirtiendo al último semestre del 2021 en el mejor semestre del en la historia de la provincia.
Trabajamos muy fuerte en todo lo que es promoción turística. Jujuy aumentó diez veces el presupuesto que tenía en esta área y fuimos activando las leyes de promoción para la inversión turística con créditos fiscales para que todo aquel que quiera apostar al sector en la provincia lo pueda hacer sin miedo y con garantías a largo plazo. Paralelamente, a la hora de promocionar le damos importancia a nuestra cultura, que es algo distintivo de Jujuy con otras provincias; tenemos 10.000 años de historia, la Quebrada de Humahuaca como patrimonio de la humanidad y la reserva de la biosfera.
El gran desafío que tenemos ahora es desarrollar la capital; hoy tenemos solamente el 28% de nuestras camas en San Salvador de Jujuy y más del 70% en la Quebrada de Humahuaca. Estamos atrayendo inversiones para que haya más hoteles en San Salvador, aunque ya hay un corredor gastronómico y se ha aumentado la cantidad de camas a partir de un acuerdo con Airbnb que nos permitió ampliar 1.000 camas en muy poco tiempo. Esperamos seguir creciendo e ir generando este centro distribuidor desde la capital hacia la Quebrada y los demás circuitos turísticos del norte argentino.
Hay muchos factores que determinan que hoy Jujuy se siga posicionando como una gran provincia turística pero fundamentalmente dependemos de la decisión política. Nuestro desafío es seguir creciendo con 1.500.000 de nuevos turistas y garantizar que haya turismo todo el año.
MP: Mencionabas a San Salvador como un destino subexplotado ¿Cómo es el proceso para crear o impulsar un nuevo destino?
FP: A corto plazo, lo más fácil es impulsar la demanda a través de la promoción. Esto es fundamental para aumentar la cantidad de turistas.
Después tenes el desafío más fuerte que es hacer crecer la oferta; esto depende mucho más de la seguridad jurídica, de que se den las condiciones económicas, de que los inversores se sientan seguros.
Desde que llegamos trabajamos para generar los incentivos para que el que quisiera aportar al turismo en Jujuy lo hiciera. Un factor clave fue la paz social que logramos en una provincia que había tenido una emigración muy fuerte de empresarios. Hoy en día están viniendo inversores de Salta, de Córdoba, de Tucumán y de Buenos Aires, así que si hay algún empresario que no sepa en qué invertir, le garantizo que en la provincia de Jujuy le va ir bien.
MP: ¿Cómo evalúas el PreViaje, no sólo en términos de impulso al turismo sino también en términos distributivos? ¿Considerás que están bien seleccionados los “beneficiarios” de este programa?
FP: Lo bueno del turismo es que, independientemente de quien se dedica específicamente a esta actividad, es un sector que tiene un impacto transversal en la generación de mano de obra de toda la economía en general. El turismo representa del PBG pero impacta en el 10% del empleo, que es muy intensivo en mano de obra. Por eso toda la inversión o gasto público que se genere para promocionar la actividad turística, vuelve en términos de impuestos, de reactivación de la actividad.
El PreViaje ha sido una política muy buena pero es importante que todas las políticas las analicemos en términos dinámicos. Una cosa fue la aplicación del programa cuando la gente no estaba saliendo y cuando había muy poca confianza en que el turismo se iba a reactivar. Ahí había que ponerle mucha energía para que el sector se dinamizara. Otra cosa es cuando estas con el 90/95% de las camas ocupadas con PreViaje; ahí la política se convierte en una política inflacionaria. Hay que encontrar el punto medio para ver dónde poner los recursos en el momento donde tenes subutilizadas las capacidades de la economía.
Mi opinión es que en un primer momento fue muy bueno el PreViaje pero después nos pasamos de rosca. Habría que reformular el programa ahora; focalizarlo en los lugares de temporada baja o en las ciudades que por ahí todavía no se han reactivado, y quitarlo de aquellos lugares o segmentos donde la actividad ya se ha reactivado.
Los precios que más aumentaron en noviembre, diciembre y enero fueron los de gastronomía y hotelería, indicadores que tienen que ver directamente con el turismo. Esto es oferta y demanda; si el empresario puede aumentar precios sin que la gente deje de comprar, entonces los va a seguir aumentando. Por eso se debe redireccionar la política en función de lo que está pasando hoy en la economía argentina.
MP: Yendo al tema de las low cost y los últimos cambios que hubo en las regulaciones, se dice mucho que solamente explotan rutas rentables y que eso genera un perjuicio a las aerolíneas argentinas que tienen que operar rutas no tan rentables, mientras que al mismo tiempo se habla de los beneficios de tener una mayor cantidad de ellas para el turismo ¿Cómo ves está discusión?
FP: Yo trabajé en gobiernos de distinto color político y he compartido también en los últimos tiempos el consejo federal de turismo con ministros de todas las provincias. Con esta experiencia te podría decir que el 100% de la gente del turismo apoya las low cost tanto como Aerolíneas Argentinas, que es nuestra línea de bandera.
La apertura previo a la pandemia mostró que las low cost pudieron convivir con Aerolíneas Argentinas, con muchas más conectividades y mejores precios. Obviamente las low cost van a ir a donde sea rentable y ahí es donde Aerolíneas tiene que ayudar a conectar llas zonas donde no llegan las empresas comerciales. Pero a Aerolíneas no le alcanza para poder conectar ni tampoco deja conectar. El gran problema que tenemos es que se definen las políticas en función del déficit de Aerolíneas; si se desregulara el mercado más habría muchas más líneas aéreas y nuevos mercados inclusive. Lamentablemente, cada una de las líneas privadas que han querido ingresar a nuestro territorio han tenido demasiados obstáculos; el cierre de El Palomar fue una pésima noticia, necesitamos muchísimos más aeropuertos para que haya mucha más porosidad en la forma de conectar el país.
Nosotros, pese a estar en el centro de de sudamérica, somos una provincia periférica dentro de la lógica nacional; Jujuy tendría la posibilidad de poder conectarse con el norte de Chile, con Bolivia, con Paraguay, con el sur de Brasil, con Perú, pero tenemos tasas regionales aeroportuarias altísimas, por un contrato histórico, que hacen que si uno quiere traer un pasajero de Paraguay tiene que pagar entre u$s40 y u$s45, a diferencia de los u$s7 ú u$s8 dólares que paga cualquiera de los países vecinos. Argentina tiene totalmente concentrada la política comercial en Buenos Aires y no es competitivo volar hacia ningún punto que conecta el interior del país con alguno de los países vecinos. Tenemos un país muy extenso pero a la vez uno de los menos conectados en el mundo.
MP: Hablabas de la importancia de la promoción turística para crear una marca país ¿Cómo analizás las acciones de promoción turística a nivel nacional de Argentina como destino?
FP: Argentina está en la periferia del mundo, entonces necesita una fuerte promoción a nivel internacional para poder mostrarse como un destino atractivo. Necesitamos poner esa marca país por encima de los vaivenes de la política y salir a promocionar todos juntos el país.
Tenemos muchos recursos para promocionarnos ante el mundo; la Argentina ha crecido mucho en términos turísticos y somos uno de los líderes de la región. Pese a ser un país relativamente lejano a los centros de emisiones turísticos del mundo, hemos superado a Brasil. Hay que trabajar regionalmente para empezar a atraer el turismo de Asia, de China y de la India.
MP: La preocupación sobre el impacto ambiental es cada vez mayor en todas las actividades productivas. Queríamos consultarte sobre el impacto ambiental que tiene el turismo, cómo mitigarlo y cómo aprovechar la problemática desarrollando políticas vinculadas al turismo sustentable.
FP: Es un tema fundamental. Jujuy es una de las provincias con mayor cantidad de áreas protegidas en el país; más del 30% de nuestro territorio son áreas protegidas o parques provinciales y tenemos el parque solar más importante de toda sudamérica que está inyectado al sistema nacional. Por eso nos auto denominamos como provincia verde.
Al mismo tiempo somos uno de los destinos con mayor vínculo con la naturaleza: tenemos salinas grandes, el cerro de los siete colores, el Hornocal, la vuelta a los colorados, etc. Por eso tenemos un doble desafío en lograr un turismo sustentable y apuntamos a cuidar la capacidad de carga de nuestros destinos. Justo en el límite de la Quebrada y las Yungas, a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, existe un pueblito que tiene 500 habitantes, 40 camas y fue elegido uno de los 44 destinos más lindos del mundo. Imagínense el impacto que tiene para la provincia que ese pueblito aparezca en revistas del mundo.
Con ese objetivo, de cuidar la capacidad de carga de cada destino, estamos desarrollando un sistema de reserva online para que nadie vaya a ese pueblo si no tiene una reserva hecha. Esto es fundamental para cuidar su cultura y para garantizar que el impacto ambiental en estos lugares se reduzca.
Este es un gran desafío tanto para nosotros como para el mundo ya que, luego de la pandemia, hubo como una fiebre existencialista de consumo en la gente, que salió a hacer todo lo que había dejado pendiente durante la pandemia sin planificar, casi de forma desaforada.
MP: Otro tema transversal al turismo es la aplicación y el uso de nuevas tecnologías. Se habla mucho del Turismo 4.0 y destinos inteligentes, ¿Cuál creés vos que son los cambios tecnológicos que realmente están teniendo un impacto y cómo ves a Jujuy y a la Argentina en relación con este tema?
FP: De base, el tema de las redes sociales nos ha acercado muchísimo a la gente y el tema de la conectividad es un factor fundamental para el desarrollo de los distintos destinos.
Hemos logrado tener fibra óptica por la ruta 9 y la ruta 40, y eso ha permitido conectar muchísimos pueblitos del interior de la provincia que se han sumado a la oferta turística. Nuestra política de promoción turística te diría que es el 80% a partir de redes sociales y esto nos ha permitido recuperar cierta centralidad. Este avance ha permitido que la gente pueda sacar un hotel, una excursión o dar su opinión con mucha facilidad.
Las plataformas tecnológicas han ido reemplazando paulatinamente a las agencias de viajes. En ese sentido, vale remarcar que somos la única provincia argentina que firmó un convenio con Airbnb; siempre hubo una tensión muy fuerte entre el mundo hotelero y las plataformas porque decían que había una competencia desleal, así que nosotros la incorporamos al registro, la hicimos pagar impuestos y gracias a que hoy están blanqueados dentro del sistema tenemos 1.200 camas más que antes teníamos de manera informal o no sabíamos que teníamos.
Uno de los grandes desafíos del Estado es pensar la economía turística en términos digitales y dejar el mundo analógico. En esa búsqueda, las redes tienen mucho para dar. Particularmente en Jujuy nos ha ayudado mucho a desarrollar las redes de turismo social comunitario. Distintas comunidades aborígenes distribuidas a lo largo de la provincia se han podido sumar al turismo gracias a la tecnología y han logrado compatibilizar el desarrollo de la cultura con la industria turística. Gracias a ese avance, hemos pasado de 15 comunidades a más de 70 comunidades que hoy se dedican al turismo en la provincia.
MP: En alguna nota mencionaste que unos de los puntos críticos a la hora de aumentar la oferta turística era el tema de la formación y la capacitación. ¿Cómo abordan ustedes esa cuestión?
FP: Nosotros estamos trabajando fuerte con todo lo que es capacitación. Desde el inicio de la gestión invertimos con un crédito del CAF muchísimos recursos en este aspecto. El jujeño naturalmente es una persona muy agradable que te recibe siempre con los brazos abiertos y con una sonrisa, pero quizás le faltaba capacitación en cómo atender al turista. Invertimos mucho en capacitación para gastronomía, hotelería y algo de idiomas. En el caso de las redes de turismo rural comunitario que partían de cero, el perfil de turista que venía a vernos era internacional, que por ahí es bastante más exigente que el nacional. Tratamos de volver a las técnicas ancestrales con el objetivo de volver, de alguna forma, a lo que sus abuelos habían hecho durante años y se fue perdiendo, ya que eso es lo que genera atracción en esa zona; cómo se vinculan con la tierra, con los animales, etc.
MP: ¿Cuáles creés que son las tendencias turísticas que van a crecer y a qué apuesta Jujuy en cuánto a “venta” de experiencias?
FD: Nosotros tenemos un slogan que dice “Jujuy, energía viva” y toda nuestra promoción y publicidad apunta a mostrar que Jujuy tiene magia, que es un destino para recargar energías, que el patrimonio e historia de más de diez mil años lo vas a experimentar a flor de piel al ser la más andina de las provincias de Argentina.
Acá tenemos mucha tradición con la Pacha, con el sol, con la naturaleza y cada uno de los productos que nos conecta genera una mística distinta. Todas las fiestas populares de la provincia se viven con mucha intensidad, como por ejemplo los carnavales, y no es algo que fue implantado para venderlo turísticamente sino que es parte de nuestra raíces y cualquier persona que viene de afuera conoce como celebramos los jujeños.
También seguimos apostando a nuestra ruta andina del vino, con vinos de extrema altura. Así logramos desarrollar en la provincia 87 hectáreas vitivinícolas en la provincia. Antes había solamente 3 bodegas y hoy hay 9 que se dedican al enoturismo.
Por Martín Alfie